La filmoteca Lumen de la ciudad neerlandesa de Delft acoge Festibérico 2018, un certamen de películas españolas y portuguesas “que refleja a ambos países desde puntos de vista diferentes” y con “algún tipo de proximidad con Holanda”, según dijo hoy a Efe Enrique Krahe, uno de los organizadores.
Este festival bienal celebra entre esta semana y la próxima su undécima edición y ha conseguido enraizarse en Delft, una ciudad holandesa de unos 100.000 habitantes que cuenta “con una filmoteca de lujo”, dijo Krahe.
Parte del público asistente es local, holandeses que “aprecian la calidad y variedad de registros de los actores” y que notan “cómo ha mejorado la calidad del cine español en los últimos 20 años”, explicó el organizador.
Al certamen también acuden expatriados españoles y portugueses, atraídos por disfrutar de filmes de sus países que normalmente no se proyectan en las salas comerciales holandesas.
“Es un festival pequeño, por lo que hay una enorme cercanía con la gente que viene a visitarnos. Eso el público lo agradece mucho”, indicó Krahe.
Algunos protagonistas de las películas acudirán a las proyecciones. El coguionista Pol Rebaque presentará el próximo martes su obra “Júlia ist”, mientras que el jueves la directora portuguesa Susana Nobre ofrecerá un coloquio tras el visionado de “Tempo Comum”.
“Hay un público bastante reincidente porque hay un entorno divertido y desenfadado, es una forma muy agradable de acercarse a gente que viene a contar su película y charlar con ellos”, dijo Krahe.
Festibérico 2018 arrancó el jueves con “El autor”, ganadora de dos Premios Goya y que colgó el cartel de “no hay billetes” en un ambiente “muy festivo”, añadió el organizador. Las películas se proyectan en versión original, con subtítulos en inglés.
La esencia de la edición de este año la forman un total de doce largometrajes, entre los que están la coproducción hispano- holandesa “El mar nos mira de lejos”, y “Sao Jorge”, triunfadora en los premios Sophia con siete galardones, otorgados por la Academia Portuguesa de Cine.
Este filme se proyecta el próximo miércoles y narra la historia de Jorge, un boxeador luso que, empujado por el desempleo y la crisis económica, decide aceptar un trabajo de cobrador de deudas para mantener a su familia a flote.
El festival cierra el 22 de abril con una sesión doble y se mostrarán, en un primer lugar, doce cortometrajes de animación, entre los que estará “Portrait of a wind up maker”.
En él se cuenta la historia de Chema, “un arquitecto español afincado en Amsterdam que se gana la vida haciendo juguetes con piezas de reloj”, explicó Krahe.
El certamen echará el cierre el 22 de abril con “Handia”, el largometraje vasco basado en el “gigante de Altzo” que arrasó en la última edición de los Premios Goya con diez premios.
Entre los patrocinadores de Festibérico 2018 figuran las embajadas de España y Portugal en Holanda y el Instituto Cervantes, entre otras instituciones.
El presupuesto total es de menos de 12.000 euros y el festival se mantiene gracias a los voluntarios de la filmoteca y a las negociaciones que los organizadores mantienen con la industria del cine.
“No hay ningún ánimo de lucro”, explicó Krahe, por lo que consiguen “que las productoras y distribuidoras nos cedan las películas para su visionado a un coste normalmente inferior al de una sala comercial”.
La organización espera mantener la afluencia de la edición anterior, cuando se vendieron más de 1.000 entradas, una media de 80 personas por sesión en una sala que no llega a las 120 butacas.
David Morales Urbaneja