Un estudiante jerezano del Curso Internacional de Arqueología que anualmente organiza el yacimiento de Empúries, unas ruinas griegas y romanas de L'Escala (Girona), ha encontrado durante la campaña de excavaciones una jarra enterrada que contenía doscientos denarios de plata.
Este alumno de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Guillermo Ortiz, ha sido el protagonista del hallazgo, calificado por los responsables del Museo de Arqueología de Cataluña de “tesoro” por la cantidad de piezas que lo conforman, un número nunca alcanzado en anteriores intervenciones en este espacio.
Uno de los responsables de la excavación, Pere Castanyer, ha detallado que la jarra con las monedas se relaciona con una de las viviendas de la trama urbana de la antigua ciudad romana que ejercía de bodega.
El contexto de la ocultación se sitúa entre los siglos II y I a. C. y la cantidad del dinero, según Castanyer, era “muy significativa” para la época.
Con aquellas monedas y en base a documentos hallados en Pompeya y en otras antiguas poblaciones romanas, “alguien podía vivir holgadamente durante un tiempo”, ha señalado este responsable de Empuries, quien precisa que una sola de las piezas permitiría adquirir veinte litros de vino o alquilar una vivienda en alguna ciudad importante.
“Las pagas de los soldados eran de diez denarios al mes”, ha explicado Pere Castanyer al presentar los trabajos realizados durante este curso de arqueología.
Esta moneda fue el patrón de referencia en la antigua Roma hasta bien entrada la época imperial y los magistrados eran los encargados de la acuñación.
Cada pieza cuenta con diferentes representaciones, normalmente una personificación de la ciudad de Roma, pero también alusiones a dioses como Júpiter o Marte.
Además, el anverso reproduce desde imágenes de animales como elefantes a escenas de victorias, con lo que “cada moneda tiene una historia que contaba su magistrado”.
La mayoría de las doscientas piezas proceden del centro de Italia y presentan un buen estado de conservación, por lo que se espera obtener más datos cuando se sometan al proceso de identificación y catalogación.
El alumno protagonista del hallazgo ha explicado que avanzaban en la excavación cuando descubrieron “el borde de la jarrita y una monedita saltó”.
“Pere Castanyer -ha rememorado- nos dijo entonces que podía ser algo importante de verdad, las piezas se intuían y el momento de la extracción fue genial, porque el peso era considerable y se empezaron a cruzar apuestas sobre el número que habría dentro, aunque los más optimistas no pasaron de cien”.
Las excavaciones de este año en Empuries, en las que han participado también estudiantes de diferentes puntos de España, Portugal e Italia, ha permitido también descubrir un pequeño cazo de bronce, 'simpulum', que servía en esa bodega para extraer vino del interior de las ánforas.
El Curso Internacional de Arqueología cumple este año su 70 aniversario, el de más larga tradición de los que se organizan en territorio español.