Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Brian Eno quiere enseñarte a escuchar

Brian Eno, Hanne Darboven y Susan Philipsz son algunos de los artistas sonoros que proponen diferentes formas de escuchar en “Intervalo. Acciones sonoras”, una exposición que se podrá oír desde mañana en todos los rincones de la Fundación Tàpies y convivirá con las muestras de artes plásticas programadas.

Eno ha compuesto para la ocasión “una canción en tres dimensiones” que busca que los oyentes “puedan caminar por dentro” de la melodía, según ha explicado hoy el exlíder de Roxy Music.

La instalación sonora de Eno está situada en el sótano de la Fundación Tàpies, donde el artista ha creado un espacio de recogimiento “donde poderte refugiar de los muchos peligros que nos acechan en las ciudades”, ha dicho. “En la ciudad hay coches, policías y otros muchos peligros que te obligan a estar alerta, por eso he querido crear un espacio donde no necesites estar alerta”, ha añadido el músico, que ha iluminado con velas el lugar.

Antes de llegar a la sala que Eno ha convertido en un santuario repleto de altavoces, el público de la Fundación Tapies tiene que escuchar necesariamente las propuestas sonoras de Raquel Friera y Susan Philipsz, que están situadas en la puerta de entrada y en la sala central que hay que cruzar para llegar al sótano. La obra de Raquel Friera consiste en una serie de altavoces situados en la escalera de la entrada que emiten las voces de los trabajadores de la limpieza de la Fundación.

Friera ha grabado conversaciones con varias mujeres y un hombre que trabajan desde hace tiempo limpiando el museo y que cuentan trucos de su oficio, el tipo de productos que utilizan y su opinión sobre las obras que ven, entre otras cosas. El objetivo de Friera es “dar visibilidad” a un trabajo que “siempre queda oculto”, según ha explicado la artista.

Una banda sonora extraordinaria

El siguiente sonido ineludible es el de la sala central, donde están expuestas las obras de Antoni Tàpies y que a partir de mañana los visitantes apreciarán junto al sonido de las emisiones de radio en onda corta que ha seleccionado la artista Susan Philipsz. “Cada pieza propone una forma diferente de escuchar”, ha aclarado el comisario de la exposición, Lluís Nacenta, que está convencido de que “habrá espectadores que simplemente ignorarán los sonidos, otros que los escucharán mientras miran las obras de Tàpies o mientras suben la escalera y otros que se quedarán horas escuchando alguna de las obras”.

La exposición busca sonorizar cada espacio del museo, de manera que las personas que utilicen el montacargas oirán los ensayos vocales que ha grabado Laia Estruch, mientras que los que suban a la planta superior por la escalera del fondo encontrarán un altavoz en cada descansillo que emite la propuesta sonora de EVOL, un grupo de música por ordenador que deconstruye la cultura techno.

En conjunto, la exposición “favorece formas de escucha que huyen de la plena concentración a la que nos ha acostumbrado la tradición musical occidental de los últimos dos siglos”, según Lluís Nacenta. Esta premisa es la razón que explica la presencia de Brian Eno en la exposición, ya que el músico británico es uno de los precursores de la música ambient que “dignifica la forma de escucha distraída”.

En los temas ambient de Eno, “la desconexión no genera sentimientos de carencia, porque el público nunca tiene la sensación de que, por el hecho de haber desconectado, se haya perdido algo de la pieza”, según el comisario.

Nacenta ha subrayado que los 16 artistas que han participado en la exposición han presentado propuestas muy diferentes entre sí, pero “hay temas presentes en casi todos los artistas”, como “la importancia de la radio, la espiritualidad o la mirada crítica sobre la relación del sonido con la tecnología”.