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Fallarás asegura que la intención de su libro no era la dimisión de Errejón
Madrid, 13 nov (EFE).- La escritora y periodista Cristina Fallarás ha explicado este miércoles que su libro “No publiques mi nombre” es una memoria colectiva de la violencia machista “que no busca el señalamiento” de nadie, por lo que “no esperaba ni había intención de que dimitiera” el portavoz parlamentario de Sumar, Íñigo Errejón.
Así lo ha afirmado Fallarás en la presentación de su libro, en el que publica denuncias anónimas de violencia machista sobre Íñigo Errejón.
“Se trata de hacer un archivo común de la violencia machista, sea punible o no. El libro no tiene nombres ni apellidos, son denuncias de cómo se construye la violencia sexual”, y ese es su éxito, ha añadido.
Fallarás ha indicado que la inmensa mayoría de las agresiones sexuales sufridas por las mujeres suceden en el entorno familiar y un 70 % se da en la infancia, según las denuncias anónimas recopiladas en su obra.
En rueda de prensa para presentar el libro, de la editorial Siglo Veintiuno, Fallarás ha agregado que este cálculo lo ha hecho tras estudiar los más de 800 testimonios recogidos en el texto (355 páginas), y que se aleja mucho de las cifras oficiales del observatorio de Violencia de Género que sitúan la agresión sexual a niñas en el 40 %.
Además del familiar, el segundo ámbito denunciado por las mujeres y más susceptible de acoso sexual es el médico, según Fallarás y la editora y periodista especializada en derechos humanos Andrea Aldana, presente también en la rueda de prensa.
Fallarás ha explicado que fue en agosto de 2022 cuando lanzó en redes la campaña #SeAcabó para dar voz a las víctimas de violencia sexual, miles de mujeres respondieron a esa llamada y decidieron contar su experiencia, pero con una sola petición 'No publiques mi nombre'.
Y fue esa solicitud la que ha dado título a un libro recopilatorio de testimonios, y tan fiel fue a la campaña que Fallarás ha optado por compartir los relatos en formato de captura de pantalla, eliminando nombres y respetando el anonimato que pedían las víctimas.
La identificación: “Eso a mí también me pasó”
Fallarás ha contado el proceso: “Me llega el mensaje, hago la captura y quito la identidad, de manera que no es rastreable y el agresor jamás podrá saber que hablaba de él. Es fundamental eliminar la trazabilidad”.
“Y al ser una captura, otra ventaja es que no capa las palabras (”coño, vagina, me follaba el culo...“) se publica lo que dice la mujer con sus propias palabras”, ha precisado.
Otra ventaja, ha señalado, es que este archivo genera mecanismos de identificación (“eso a mí también me pasó”), ofrece un espacio de denuncia. En definitiva, el resultado, ha dicho, es un texto “eficaz e irrefutable” que debería ir a las academias y servir de manual en los másteres de violencia de género.
La escritora ha reconocido que son muchísimos los testimonios que le han impresionado pero, sobre todo, ha destacado el de una muchacha que denuncia “una agresión sexual de los chicos de su pueblo. La encerraron en un garaje, le pusieron un caso de moto para no ver su cara, la consideraban fea y la violaron”.
El libro solo recoge el 5 % de las denuncias recibidas
Y es que además del entorno familiar y la infancia, el mundo rural es otro ámbito donde se dan estas agresiones, “el gran olvidado de estos casos”.
Fallarás ha afirmado que el libro, cuyos beneficios se destinarán a la creación de espacios y programas que den voz a las mujeres contra la violencia sexual, recoge menos del 5 % de las denuncias recibidas y ha recordado que en 2018 cuando se lanzó una primera campaña #Cuéntalo se recabaron tres millones de acciones en las dos primeras semanas.
Siete meses más tarde de lanzar la campaña de 2022 en Instagram, la red social cerró la cuenta. Temiendo perder el material acumulado, Fallarás decidió recogerlo y publicarlo en un libro que sirviera de memoria colectiva de mujeres y niñas que sufrieron agresión sexual para “romper su silencio, miedo y vergüenza”.
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