¡Alohomora! Una visita a la exposición de Harry Potter, en 360º
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Ha abierto sus puertas en cuatro continentes y doce ciudades distintas, entre las que se encuentran Nueva York, Tokio, Sidney y París. Por las instalaciones han paseado más de cuatro millones de personas, las mismas que se negaron a abandonar el universo mágico hace seis años con la última entrega de la saga.
Harry Potter: The Exhibition llega por primera vez a nuestro país con Madrid como ciudad embajadora, donde el Ayuntamiento lleva meses pujando para convertirla en uno de los principales atractivos durante las navidades. Un periodo, como adelantaron este jueves los responsables del tour y de IFEMA, el recinto que acoge la exposición, que se prorrogará finalmente hasta el 2 de abril a la vista de esta enorme acogida.
El precio de la entrada general oscila entre los 14 y los 17 euros por persona y se mantendrá así hasta agotar el aforo, como ocurrió a finales de septiembre, cuando 150.000 personas se hicieron con su pase en un tiempo récord.
Pero, ¿qué ofrece esta exposición? Para muchos, la opción económica de adentrarse en el backstage de las películas basadas en el fenómeno de J.K Rowling sin tener que viajar hasta los estudios de Londres. Harry Potter es el universo fantástico más rentable de la historia y la popularidad ciega de esta exposición así lo demuestra. Sin embargo, los que busquen una versión low cost del set de rodaje británico se llevarán una decepción: esta muestra tiene más de bonito relicario que de experiencia sensorial.
Formada por siete escenarios y dos antesalas, la Harry Potter Exhibition nos traslada por el Bosque Prohibido, la cabaña de Hagrid, la sala común de Griffindor, el gran comedor, el campo de Quiddich, las aulas de todos los profesores y una fantástica zona dedicada a las fuerzas oscuras. En todas ellas abundan las reliquias y las pequeñas piezas, desde vestuario hasta plumas, libros, tazas y elementos míticos como la Copa de los Tres Magos, el Sombrero Seleccionador, el ponche del baile de navidad de la cuarta película o el huevo de oro de Harry.
Por último, para crear una sensación interactiva, los organizadores han dispuesto tres elementos que podemos tocar para las fotos: una red con pelotas Quaffles y aros para encajarlas, un macetero de mandrágoras chillonas y un sillón a gran escala en la salita de estar de Hagrid. Todo ello hace de la experiencia una especie de micromundo mágico, apoyado en la constante (y fabulosa) banda sonora de John Williams, los vídeos y las voces que nos acompañan por el recorrido.
En definitiva, cualquier seguidor de Harry Potter sentirá un latigazo de emoción cuando escuche el pitido del expreso a Hogwarts o cuando el sombrero se pose sobre su cabeza y le asigne una de las cuatro casas. Un sentimiento que responde como ningún otro a la estrategia de marketing de la exposición: la nostalgia. Te invitamos ahora a dar un breve paseo en 360º, pero la decisión de ir al andén 9¾ y embarcarte en la Harry Potter Exhibition es toda tuya. Adelante, solo agita la varita y di: ¡Alohomora!