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El hallazgo en Perú de una expedición vasca acerca el mundo inca a la ciencia
El descubrimiento científico de un monte sagrado inca en Perú por parte de una expedición vasca podría dejar al descubierto una parte importante de la cultura inca, lo que serviría para arrojar luz sobre la historia de este pueblo y de la humanidad.
La historiadora y experta en el mundo andino Carmen Martín Rubio considera que si las exploraciones arqueológicas confirman las primeras hipótesis, el reciente hallazgo de este centro ceremonial podría ser “revolucionario”.
“Es muy importante para la historia de la humanidad porque la cultura inca apenas se conoce pese a que ningún otro pueblo alcanzó la extensión del inca, ni siquiera los romanos”, ha destacado en declaraciones a Efe.
Martín Rubio es la primera estudiosa que tiene en su poder el material hallado por la expedición vasca y no oculta su entusiasmo.
Los protagonistas de este descubrimiento científico son los siete componentes de la Mars Gaming Expedition (nombre oficial del equipo alavés) que en septiembre recorrió los andes peruanos en busca de vestigios aún por descubrir. Lo hicieron sin ayudas oficiales ni apoyo institucional.
El promotor de esta aventura, Miguel Gutiérrez Garitano (38 años), lleva cuatro años estudiando la cultura inca y los misterios sin resolver del reino de Vilcabamba junto a su hermano Rafael, fotoperiodista (34 años), y juntos enrolaron en un trekking “soñador” a otros cinco aventureros: Aitor González de Langarica (realizador audiovisual), Silvia Carretero (documentalista), los hermanos Marcos y Javier Janer (alpinistas) y María Valencia (médico).
La escasez de medios materiales y económicos la suplieron con la pasión y la ilusión por ascender a cimas no exploradas antes por la ciencia.
De los 180 kilómetros que pensaban recorrer en la vertiente occidental de Vilcabamba hicieron 120 y dejaron para el año que viene el resto.
La mayor parte de la aventura ha discurrido por el camino inca en la región Vraem. Durante dos semanas han ascendido montañas abruptas de hasta 5.000 metros de altitud y se han adentrado en la selva con una climatología lluviosa que no les ha dejado descansar.
No ha sido fácil, sobre todo en la cuenca del río Apurimac, donde la presencia de Sendero Luminoso era mayor de lo que esperaban y se encontraron con un ambiente “hostil y paranoico”.
En una ocasión no pudieron ascender a los cerros que se habían propuesto porque corrían riesgo de ser secuestrados o de morir por culpa de una mina.
Tuvieron que salir de allí como pudieron y sin completar su plan de exploración, pero el varapalo moral inicial lo superaron cuando lejos de aquel lugar encontraron una necrópolis inca repleta de tumbas escondidas en cuevas.
La descubrió Miguel Gutiérrez por fortuna y guiado por su intuición en una colina de 12 hectáreas de extensión a 3.700 metros de altitud.
Tras este hallazgo, la expedición todavía disfrutó de la compañía de la suerte un trecho más del viaje y encontró en la vertiente occidental de las montañas de Vilcabamba un centro ceremonial inca a 5.000 metros de altura, donde fotografiaron lo que consideran que son restos de posadas, tumbas, reliquias talladas, plataformas, carreteras incas, escaleras y gradas.
Toda la montaña parece “un enorme yacimiento” cuyo alcance arqueológico y científico todavía desconocen pero creen que podría haber niños enterrados tras ser sacrificados en rituales al dios del agua durante períodos de sequía.
La zona principal del santuario está oculto entre barrancos y sólo se ve desde el cielo, como el santuario oculto del cómic “El templo del sol” de Tintín, apunta Gutiérrez Garitano.
La expedición vasca ha comunicado al Gobierno de Perú los hallazgos que han hecho y en los próximos meses presentarán un proyecto arqueológico de prospección superficial y otro de excavación para descubrir el alcance de los mismos.
Los exploradores vascos se han limitado a marcar con GPS lo encontrado y a recoger pruebas gráficas de los yacimientos.
A partir de ahora, buscarán la implicación de la Universidad del País Vasco y no descartan recurrir a la Unesco y a la Agencia de Cooperación Exterior de España.
Quieren que sea un proyecto oficial “que ayude a salvar del saqueo” un patrimonio peruano que enriquece a toda la humanidad, ha indicado a Efe Gutiérrez Garitaño.
La expedición vasca sigue los pasos de exploradores como el gallego Santiago del Valle y Carmen Martín Rubio, atrapados también por la mezcla de historia, magia, mito y leyenda que rodea a los incas y a su ciudad perdida de Vilcabamba.
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