La escritora valenciana, Carmen Amoraga, se ha alzado la noche del lunes con el Premio Nadal en el 70 aniversario de su comienzo. Con su novela La vida era eso, la periodista narra las desavenencias de una viuda que encuentra el consuelo en las redes sociales. El galardón, dotado con 18.000 euros ha sido entregado en manos de la veterana Ana María Matute y ganadora del mismo premio en 1959 con Primera memoria.
La tradicional cena del día de reyes, ofrecida por la editorial Destino, en la que se falla el premio ha estado arbitrada por el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara; el presidente de la Generalitat, Artur Mas; la presidenta del Parlament, Núria de Gispert; el conseller Ferran Mascarell y el alcalde Xavier Trias, entre otros.
El relato de superación y esperanza de Amoraga se ha impuesto sobre las 231 obras nacionales que se presentaban a concurso. El manuscrito inicial estaba escrito bajo el seudónimo de Gino Paulo y con el título de Senza fine. Rótulos aparte, esta historia basada en la historia real de una amiga de la autora ha conquistado al jurado formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Ángela Vallvey y el editor de Destino Emili Rosales.
Giuliana y William son una pareja feliz con dos hijas pequeñas, Ana y María, que ven interrumpida su tranquila realidad con el diagnóstico de cáncer del padre de familia. A petición de su marido, Giuliana comienza a descubrir el universo interactivo de Internet, en el que va narrando los avances de la enfermedad. Lejos de ser un melodrama descarnado, pero sin frivolizar, la narración cuenta con diversos recursos humorísticos y estilísticos que acercan la cruda realidad de la pérdida desde un prisma atractivo y diferente. En plena ebullición del debate del atentado contra la intimidad en redes sociales, el apoyo que recibe la viuda desde Facebook refleja las ventajas de este alarde de publicación de la vida privada.
Siete décadas de Nadales, de Laforet a Amoraga
Siete décadas de ediciones de Premios Nadal que han logrado catapultar a sus ganadores a las listas de los escritores más influyentes y que han rescatado del anonimato a talentos ignorados. Entre los principales nombres de la lista de la historia del premio están escritos Carmen Laforet, Miguel Delibes, Carmen Martín Gaite o Rafael Sánchez Ferlosio. En la gala de 2013, el galardón regresaba a sus orígenes premiando al por entonces poco conocido Sergio Vila-Sanjuán, en vez de remarcar el éxito de otros autores ya consagrados. En esta ocasión, el honor nada entre dos aguas ya que Amoraga, aunque poco conocida entre el público de a pie, cuenta con una prolífica obra sobre sus espaldas.
Sin embargo, Carmen Amoraga no es ninguna novel en los escenarios de los premios literarios. Con su primera novela, Para que nada se pierda, obtuvo el II Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla. Continuó con La larga noche, Premio de la Crítica Valenciana, y Todas las caricias. Algo tan parecido al amor fue finalista del Premio Nadal de Novela 2007 y El tiempo mientras tanto, finalista del Premio Planeta 2010. Entre su obra destacan también Palabras más, palabras menos (2006), una recopilación de sus artículos periodísticos, y Todo lo que no te contarán sobre la maternidad (Destino, 2009).
En la velada también se entregó el Premi Josep Pla de prosa en lengua catalana, al mejor narrador catalán. El arqueólogo Albert Villaró destacó con Els Ambaixadors, una novela de hipótesis histórica ambientada en los Fets d'Octubre de 1934 que se basa en qué hubiera pasado en Cataluña si el desenlace de la revolución hubiese sido diferente.