“El humor permite tratar temas que en otras circunstancias serían dramáticos”
Para un lector completamente ajeno al lenguaje de Internet, los dibujos de Sarah Andersen -con esa hiperexpresividad heredada del manga y ese ritmo que parece desarrollarse a golpe de meme encontrado en Tumblr-, pueden resultar poco menos que ininteligibles. Sin embargo, su estilo franco y la universalidad de su humor hacen que todo el mundo pueda disfrutar de sus chistes, que tratan a menudo sobre la menstruación o sobre su obsesión por vestirse con jerseys de su pareja. Esta accesibilidad la han convertido en un pequeño fenómeno dentro del panorama de los webcómics.
Desde hace unos meses, sus páginas se publican también en papel y en español. Un bollito feliz y Crecer es un mito son los títulos de dos recopilatorios que han encontrado una aceptación en nuestro país (reforzada por productos de merchandising como calendarios y agendas). Este éxito viene refrendado por su reciente visita a nuestro país, en la que decenas de lectores se han amontonado en las librerías para llevarse una firma de la autora.
Su aparente fidelidad a las reglas expresivas online no debe llevar a engaño: el humor de Sarah Andersen y de su webcomic Sarah's Scribbles es pasmosamente universal.
¿Tiene la fama conseguida a través de Internet un lado agresivo? Acoso online, insultos...
Bueno, Internet no es el sitio más agradable del mundo [risas]. Soy bastante dura a la hora de gestionar los insultos o el acoso. A veces experimentas cierta presión, pero intento que eso no me acabe condicionando demasiado.
La fama de Internet no es fama, exactamente. A mí y a mi carrera nos ha funcionado muy bien porque hago webcómics. Yo soy una persona normal que hace cómics, la única diferencia está en cuando viajo y veo a gente real que va a las sesiones de firmas.
Una de las claves de su éxito es la mezcla de lo cotidiano y lo excéntrico. ¿Qué porcentaje de realidad y qué porcentaje de fantasía hay en sus historias?
La parte que hay de realidad son los sentimientos, todo lo que experimentan los personajes procede de mi propia experiencia. Uso los personajes como recipientes de sentimientos auténticos. Pero luego todo está filtrado por esos personajes, que exagero y convierto en caricaturas. Esencialmente, aunque las vivencias concretas no sean exactas, todo parte de la realidad.
Sin embargo, muchos de sus cómics abordan, siempre con humor, temas algo más oscuros: la soledad, la incomunicación, el sentirse distinto y asocial. ¿Cómo encuentra el equilibrio para que nunca deje de haber humor?
Creo que el humor es difícil siempre, es complicado dar con el tono correcto. A veces tardo días en dar con el enfoque adecuado para un chiste que puede tratar de un tema complicado. Pero creo que el humor tiene siempre un lado serio, que es el que permite tratar temas que en otras circunstancias serían dramáticos. A veces creo que sería más sencillo ser más directa, pero no es mi estilo. En términos generales, sí, me lleva mucho tiempo y esfuerzo darle vueltas a todo.
Otra de sus características es la naturalidad con la que abordas la cotidianidad de la vida de la mujer, de la relación con los hombres a la menstruación. ¿Cómo lo planteas en la página?
En general, no tengo vergüenza a la hora de tratar determinados temas. Para un gran porcentaje de la población lo que cuento es el día a día, como lo es para mí. Creo que no debería ser difícil hablar de ello. Yo me aproximo a temas más complicados como el síndrome premenstrual del mismo modo en que me acerco a otros temas como la ropa, o incluso a cosas mucho más cotidianas.
Los memes de Internet forman parte del vocabulario y el ritmo de sus cómics. ¿Cómo los integra en sus historias?
Me paso el día mirando memes. Creo que los memes dialogan entre sí de una forma muy especial. Mucho de lo que sé acerca del ritmo en el humor y de cómo dialogar lo aprendí de ellos. También me ayudan a estar al tanto de lo que se habla en Internet en cada momento, me ayudan a estar atenta a lo que flota en el aire: quiero ser la mejor en mi trabajo, y los memes me ayudan a ser relevante y no repetirme sin parar
Aparte de Internet y las redes sociales, ¿qué influencias hay en su trabajo?
Especialmente anime antiguo y personajes de tiras de prensa antiguas. Esa expresividad ha influido mucho en mi estilo. A día de hoy sigo muchos webcómics, me gusta estar atento a las cosas que tienen éxito. He tenido muchas influencias en cosas como el primer anime, pero a la hora de condicionar mi trabajo, sin duda los webcómics actuales son importantes.
¿Algún ejemplo de esos webcómics que siga diario?
Hay muchísimos, tantos que a veces es difícil llevar el ritmo. Pero por ejemplo, Poorly Drawn Lines de Reza Farazmand me encanta. Hay también un artista muy reciente, se llama Branson Reese, no sé ni siquiera si tiene un webcómic con título. También hay uno que se llama, literalmente, Webcomic Name, y que es una especie de sátira de las convenciones del género, pero también es muy divertido. Me gusta leerlo para no despistarme y no convertirme yo mismo en una especie de tópico.