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Magris asegura que “Europa es muy débil y uno de sus males es el nacionalismo emergente”

EFE

Madrid —

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El mar, el agua, el río como metáfora de la vida en la que todo se consume o la memoria y la búsqueda obsesiva de la verdad son algunos de los temas de “El Conde y otros relatos”, el nuevo libro del escritor italiano Claudio Magris, un gran humanista y una de las voces clave de la literatura europea.

Publicado por la Editorial Sexto Piso en castellano, el libro es también inédito hasta en Italia.

El autor de “El Danubio” habla también en su nuevo libro de forma irónica de la herencia recibida por la “Mitteleuropa”, el concepto que él mismo acuñó y en el que reconoce el predominio de la Europa central con toda su cultura.

Y con respecto a la Europa actual, Magris (Triste, 1939)- a pesar de que no tenga ninguna relación con el texto, como el mismo se encarga de precisar en una entrevista con Efe-, el problema es su “debilidad política”.

“Yo sueño -dice el autor- con una Europa que se convierta en un Estado verdadero, por supuesto un Estado federal y descentrado en el que cada región tenga la autonomía necesaria a sus particularidades y exigencias, pero un Estado con las mismas obligaciones y deberes para todos. Un Estado en el que pueda votar por un presidente nacido en Munich, Bolonia o Sevilla”.

“Igual que si hoy en Italia voto por un presidente del Consejo, no me interesa si nació en Génova o Barí. Es ridículo tener leyes diferentes para problemas generales que conciernen a toda Europa”.

Magris, que recogerá a finales de este mes el premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) por “su obra narrativa, ensayística y crítica unánimemente reconocida como una de las más importantes de la literatura europea contemporánea”, añade que “desafortunadamente Europa es extremadamente débil” y que uno de sus males es le nacionalismo emergente, por todas partes, sobre todo el micronacionalismo“.

“El micronacionalismo exarcebando -recalca-, un fetiche de su propia identidad, que contribuye a debilitar el sentido de pertenencia común. Nuestra identidad es la de una matroska, yo soy Triestiuno, hablo de mi dialecto triestino, pero eso no se opone para nada al hecho de ser y de sentirme italiano y eso no se opone a sentirme europeo”.

“Yo sueño con un Estado europeo en el cual aquellos que hoy son estados independientes sean lo que hoy son las diferentes regiones de cada Estado. Objetivo que, desgraciadamente, veo muy lejano, pero en lo cual no dejo de creer”, subraya.

“El conde y otros relatos” reúne cuatro textos: “El Conde”, “La portería”, “Las voces” y “Haber sido”. En el primero de ellos, “El Conde”, Magris comienza así:“ Sabía que tarde o temprano alguien también vendría a buscarme...”.

Y en él, el traductor y profesor de la Universidad de Triste relata en forma de parábola, el enfado y la ira de un marinero anónimo solitario que trabaja para un despiadado “pescador de cadáveres”, cuando navegan por el río Duero en la búsqueda de aquellos que han encontrado la muerte en esas aguas.

“El tema del agua, en todas sus formas, es central. Pero también el río, grande o pequeño incluso el agua amniótica, en la que comenzamos a nadar antes que a caminar. Y aquí es una metáfora de un fluir de la vida. El mar nos consume. Y para el protagonista -que creo que es un personaje único dentro de todo lo que he escrito- esta agua son también el río del vivir y del morir, del amar, del errar”.

“Existe un sentido épico; no de renuncia pasiva, sino aceptación del fluir de la vida; aceptación que no hace el dolor menos profundo, pero que no causa un dolor agudo, neurótico”, añade.

Unas historias, que según confiesa su autor, nacieron por separado y nacieron de dos elementos fundamentales.

“En primer lugar -precisa el autor-, por mi interés profundo por ciertas facetas de la vida y de la muerte. Es decir, nacieron de mi sentido de la vida y de los aspectos de esta que están más presentes”.

“Me he dado cuenta de algunas cosas comunes ; como si fueran rocas que emergen aisladas del agua, pero en el fondo están unidas y forman un único continente sumergido”, añade este autor que dice que el monólogo es para él la forma más adecuada para expresar lo que “el gran Ernesto Sábato, llamaba 'la escritura nocturna'.

“Esa escritora que nos hace escribir cosas, sentimientos, visiones del mundo y de la vida que no sabíamos que teníamos, que alguna vez contrastan con lo que conscientemente y racionalmente pensamos, con nuestros principios y valores”, concluye Magris.