La COVID-19 se ha llevado por delante a Toots Hibbert a los 77 años, en su Jamaica natal. En muchos obituarios se puede leer su apasionante biografía como estrella local del género y líder de los legendarios Maytals, con gran repercusión en Reino Unido y categoría de estrellas del culto en el resto del mundo. Ciertamente Toots fue menos conocido de lo que se merecía.
Su música rítmica, sudorosa, apegada el soul de vocalistas como Bobby Womak, pero también Sam Cook u Otis Reading, caló con fuerza entre las generaciones punk y new wave de finales de los setenta, pero le mantuvo alejado del gran público comercial. Sin embargo, sus temas fueron siempre reivindicativos: el racismo (Monkey Man), la brutalidad de la cárcel (54-46 /That’s my number), el sufrimiento de la miseria (Pressure Drop), la vida marginal en Kingston (Sweet and dandy) o el ritmo de las calles de la capital jamaicana (Funky Kingston).
Decía el gran productor ‘Scratch’ Lee Perry, encargado de lanzar a la fama a la mayoría de estrellas del reggae de los 60 y los 70, que si en lugar de Bob Marley & the Wailers las estrellas globales hubieran sido Toots & The Maytals, este género musical hubiera llegado mucho más lejos. El líder de grupos como The Upsetters no se refería a la calidad de la música, sino a la convergencia del estilo de Toots Hibbert con el pop, el punk y el soul, frente a un Marley más introspectivo -léase fumeta- y que desarrolló un reggae apegado a la raíz.
Sea como fuere, la gran estrella global que dio a conocer la nueva música jamaicana a principios de los 70 fueron los Wailers, mientras que Toots Hibbert y sus Maytals se reservaron una suerte de libro Guinness de hitos para la historia del género. A continuación te vamos a contar unos cuantos, por los que creemos que merece la pena que sea justamente recordado como uno de los más grandes de la historia reggae.
1.Tiene una de las canciones más versionadas del género
Sí, me refiero a That’s my number, una canción autobiográfica en la que narra su paso por la cárcel de joven. Como muchos otros jóvenes en los 60, Toots solo tenía dos salidas en las calles de Kingston: la música o la delincuencia. Tentó la segunda mientras se formaba en la primera, y le pillaron con marihuana de trapicheo.
Escribió 54-46 /That’s my number narrando una vida terrible y alienante, y logró un tema universal que ha sido versionado prácticamente todos los grupos de reggae y ska del mundo. Como curiosidad te dejamos aquí la versión en Euskera que hizo Fermín Muguruza con su Sound System.
2. Lanzó el vinilo de reggae que más rápido se ha vendido en la historia
Si los grandes números son para Bob Marley & The Wailers, las pequeñas victorias se las pueden apuntar los Maytals de Toots Hibbert. En 1976 el sello jamaicano Island Records preparó una recopilación para el gran mundo -es decir allende Kingston- de los mejores temas del grupo hasta la fecha.
El ábum se llamó Reggae got soul y entró como un tiro en la bullente Gran Bretaña donde se estaba cocinando la música de los ochenta: punk, power pop, sintetizadores y mucha música negra para especial la sopa. En un solo día vendió un millón de copias y siguió así en días posteriores hasta situarse como número uno en ventas en apenas una semana, donde se mantuvo bastante tiempo. Hoy en día estos números pueden parecer ridículos pero en 1976 fue toda una gesta.
3. Supo evolucionar el reggae más allá de sus orígenes
Al igual que el flamenco, la música jamaicana siempre ha tenido el gran reto de abrirse a la fusión con la actualidad sin caer en la insustancialidad comercial de las baladas de corte cursi y machista. Pocos artistas lo han logrado en este género; Max Romero lo intentó con temas semipornográficos -hoy nos parecerían risibles al lado de las letras del trap y el reggeton-, pero acabó regresando al reggae reivindicativo y canónico.
En cambio Toots y sus Maytals sí lograron abrir puertas a otros géneros, sobre todo el soul y el pop, pero también el funk y la música bailable. Tal vez por eso muchos de sus temas aparecen en sendas recopilaciones de acid jazz y música de baile de los 90 como grandes influencias. Por muestra este botón: el eléctrico, revitalizante y mineralizante Funky Kingston en directo.
4. Amó el directo como a sí mismo
No sé si Toots Hibbert murió con las botas puestas, pero apostaría a que sí. Me quedará para siempre grabado en la memoria el día de julio de 1998 en que acudí a un festival de música ska en Finsbury Park, en Londres, donde la cabeza de cartel eran Madness y la curiosidad residía en ver por primera vez a Finley Quaye en directo presentando su Maverik a strike.
Teloneando a ambos artistas estaban los Maytals con Toots a la cabeza dándolo todo a sus entonces 53 años, con un gran sombrero de plumas de jefe indio en la cabeza, al estilo del que solía llevar Jamiroquai. A pesar de que era relativamente temprano, el escenario principal ya estaba lleno de skinheads cincuentones y sesentones, tatuados con la rosa de York y el león imperial, que bailaban frenéticamente ante el que consideraban uno de sus ídolos, un padrino del ska.
Al final de la actuación de Madness salió Toots al escenario para acompañarles y volvió a desayunarse a sus seguidores con su potencia, su fuerza y entrega vocal y gestual. Y así es como creo que debemos recordar a este mito reggae: música, cuerpo y alma. Os dejo un vídeo de una actuación de 2017 en la que aunque ya no se mueve como antes, seguía conservando a sus entonces 74 años su poderosa voz, el rugido del león del reggae.