Los cinco discos más políticos de Frank Zappa
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1. We’re Only In It for the Money (1968)1. We’re Only In It for the Money
Dos años después de su debut en 1966 con Freak Out!, Zappa le da la vuelta al movimiento hippie con este disco. Al músico, que se encontraba en pleno centro de la ebullición hippie, no se le ocurrió otra cosa que burlarse del “flower power” y del Sgt. Pepper, el disco de los Beatles. Así, donde los de Liverpool veían paz y amor, Zappa percibe un contexto de violencia y confrontación.
Uno de los ejemplos más claros está en una de las canciones del álbum titulada The Idiot Bastard Son, respuesta clarísima al She’s Leaving Home. Los Beatles hablaban de una chica que abandonaba su hogar en busca de la libertad mientras los padres se quedaban en casa llorando desconsolados. Zappa va más allá al decir, sin tapujos, que hay que describir esa infelicidad. Su canción empieza con unos versos que no dejan lugar a dudas: “El bastardo idiota. / Su padre es, en la actualidad, un nazi del Parlamento. / Su madre es una puta de Los Ángeles”.
2. Joe’s Garage (1979)2. Joe’s Garage
Como anticipo profético de la llegada del reaganismo, Zappa se imagina en esta obra un mundo en el que la música está prohibida. La historia de Joe, que se va relatando a lo largo de las canciones, es la del músico represaliado por el poder político, asunto recurrente en la obra zappiana.
En la canción homónima, Joe’s Garage, Zappa realiza un repaso devastador por la historia de la música rock como una historia de sometimiento a las modas de la industria, y en el solo final de guitarra (titulado Watermelon in Easter Hay, el más popular de su carrera) nos invita a reflexionar sobre la necesidad de la música en la sociedad.
3. You Are What You Is (1981) 3. You Are What You Is
Un ataque demoledor contra la cultura yuppie. Zappa empieza a dirigir sus dardos contra la derecha fundamentalista cristiana, contra los lobbies del partido republicano y contra la cultura del enriquecimiento rápido puesta en marcha por Reagan.
No todo es tan bonito como lo pintan en la MTV, viene a decir. No obstante, su crítica no la ejerce desde posiciones de izquierdas, sino desde un autodenominado “conservadurismo práctico”: lo que Zappa le recriminaba a los republicanos era que fuesen directamente fascistas, usurpando los elementos positivos del pensamiento conservador. Canciones como Teen-age Wind o Drafted Again desvelan esta postura al hablar sobre la estupidez de la sociedad norteamericana, complacida en participar de las prácticas consumistas antes que articular un discurso crítico.
4. Frank Zappa Meets The Mothers of Prevention (1985)4. Frank Zappa Meets The Mothers of Prevention
El disco en el que Zappa recoge su experiencia como ponente ante el Senado norteamericano. Dos meses después de comparecer, saca a la venta un disco en el que pinta un fresco cubista desquiciante usando fragmentos de las declaraciones de los senadores junto con sonidos de eructos y gruñidos de cerdo. Todo ello con la ayuda del Synclavier, un sintetizador con el que Zappa creó numerosas obras.
¿Cuál fue la respuesta de los senadores al disco? “Deberíamos pedirle derechos de autor”, bromeó entonces uno de ellos, sin aclarar si se refería a las voces o a los gruñidos.
5. Broadway the Hard Way (1988)5. Broadway the Hard Way
Un disco de madurez, que compila sus ideas políticas y sus acciones contra el reaganismo, el último compuesto por canciones nuevas antes de enfermar de cáncer. Temas como When the Lie’s So Big, Rhymin’ Man o Jesus Thinks You’re a Jerk resumen su afán de individualismo, su oposición a cualquier organización o forma de control social.
“Mi consejo a cualquier padre es que mantenga a su hijo lo más lejos posible de una iglesia”, decía Zappa. Algo que se manifiesta en una obra que se enfrenta a los extremismos religiosos y políticos y a los desmanes de una industria cultural dedicada únicamente a loar las excelencias del sistema.
¿Cuál era la solución que proponía Zappa? La expresó en toda su obra y también en este disco: Votad. Un llamamiento que sigue vigente en la actualidad al no indicar a quién había que votar pero incidiendo en la idea de que “si la gente no vota, no funciona la democracia”. El mejor remedio contra quienes roban a los ciudadanos la participación y el debate como valor social.