Tan interesado (o incluso más) en hablar de los insectos de su jardín como en hacerlo de su obra, la pasión de William Basinski por la vida desborda incluso las limitaciones propias de una entrevista vía e-mail. El motivo de esta charla en diferido, su presencia en Madrid el viernes 8 de abril en el Patio de La Casa Encendida dentro de la programación de la décimo cuarta edición del Electrónica En Abril.
Nacido en Houston (Texas) en 1958, aunque inevitablemente vinculado a Nueva York donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera artística, Basinski es un músico de formación clásica y muy vinculado en sus orígenes al jazz avantgarde. Sin embargo, el descubrimiento del minimalismo y su conexión con el punk y sus derivaciones más experimentales (el movimiento no wave) le llevó a interesarse por las posibilidades de la manipulación de cintas, el trabajo con loops y la música repetitiva.
Curiosamente apenas publica discos hasta el cambio de milenio, momento en el que ve la luz el seminal The Disintegration Loops (2002), uno de los “superventas” de la música contemporánea reciente en buena parte por su carácter simbólico: Basinski estaba trabajando con las cintas, que había guardado durante treinta años a la espera de ver de qué manera el paso del tiempo dejaría sus huellas sobre la grabación, en el preciso instante en que caían las Torres Gemelas a unas cuantas manzanas de su estudio.
Siempre de la mano de su pareja, James Elaine -artista y cineasta además de principal apoyo y valedor de su trabajo-, William Basinski se ha convertido en una figura convergente dentro de la cultura de nuestro tiempo, punto de intersección necesario de la música culta, la electrónica y el rock.
Lo primero de todo, ¿podría explicar en qué consiste el show que viene a presentar en directo?
Traigo mi nueva obra, A Shadow in Time, en la que he estado trabajando durante un año y otra aún más reciente, For David Robert Jones. Las dos surgieron rápidamente cuando estrené una pieza dedicada a Bowie (se refiere a Celestial Frequencies). Por supuesto a muchos de nosotros nos impresionó y apenó mucho su fallecimiento. Fue una inspiración para varias generaciones y para outsiders como yo mismo. Bowie era mi héroe. Así que esta pequeña elegía que hice en su honor con unos viejos loops de cinta para un show en una galería de Los Angeles se convirtió en la clave de mi nueva obra A Shadow in Time. Por eso que el show se titula A Shadow in Time (for David Robert Jones).
¿Qué importancia tiene el factor azar y la improvisación en su directo?
Depende del momento. Pero el factor azar siempre juega su papel a la hora de un directo. El sistema de sonido, la acústica, la arquitectura del edificio... son todo elementos que tal vez la audiencia no percibe como partes intrínsecas del show. La prueba de sonido es muy importante, pero hasta que no estás ahí arriba no estás del todo seguro de que el show va a ir tal y como esperas. ¡Solo te queda rezar!
¿Podría decirme cuáles son, desde su punto de vista, los temas principales que trata con su música?
Solo hago mi trabajo. Los temas son algo que llegan luego. Es algo con lo que me encuentro al final del proceso... Soy un ser humano... En un solo minuto puede cambiar mi vida en este mundo de locos, ¿sabes?
¿Qué le sugiere el concepto de “nostalgia” aplicado a la música? ¿Qué piensa cuando se describe su propia obra de “nostálgica”?
La gente habla mucho sobre muchas cosas. Todo el mundo tiene boca y le encanta utilizarla. Solo hago lo que hago. Lo que diga el resto del mundo es cosa suya...
Y ¿cuáles fueron, desde su punto de vista, los elementos decisivos que explican la gran repercusión de The Disintegration Loops?The Disintegration Loops
Buena parte de la crítica se interesó por ese trabajo y además todo sucedió en el momento justo... ¿qué puedo decir? Trabajé en esa obra durante casi treinta años y tenía que esperar hasta que mi trabajo se desintegrara para que llegara al público. Muchos de los artistas de mi generación murieron de SIDA precisamente cuando tenían treinta o cuarenta años. ¡Artistas maravillosos! Amigos míos. Muchos. Yo de alguna manera sobreviví por la gracia de Dios.
¿Y qué es lo que encuentra de fascinante construir sus composiciones a partir de loops?
¡Oh, por el amor de Dios! He hablado de este tema miles de veces... El loop es lo eterno. El tiempo. La memoria. Lo es todo.
¿Considera a sus discos obras completas, terminadas?
¡Por supuesto! Cuando terminas un disco es el momento de poner tu cabeza en la guillotina y ver qué es lo que ocurre. Siempre hay un riesgo, pero a veces terminas salvando la cabeza.
En relación con esto, parece que la música grabada, una invención del siglo XX, está siendo poco a poco desplazada por la experiencia en directo, y artistas que en el pasado apenas giraban ahora actúan en directo habitualmente. ¿Cómo ve usted el futuro de la música grabada? ¿Podría perder definitivamente su espacio en beneficio de nuevas formas de comunicación musical en “directo”, como las posibilidades que brinda la interconexión a través de Internet?
No lo sé… Lo único que tengo claro es que cada vez es más complicado sobrevivir del arte. Publicar discos cuesta mucho dinero, y si la gente no va a pagar por ellos… ¿qué va a ocurrir con los músicos? Morirán. Todo el mundo puede compartir en Internet sus mixes de canciones por las que no han pagado. No quiero sonar como un amargado pero… este nuevo sistema está robando a los músicos para beneficiar a las grandes compañías de Internet como las plataformas de streaming.
Me gustaría preguntarle por cómo el entorno ha condicionado su obra a lo largo de los años. ¿Hay un punto de inflexión cuando en 2008 abandona el famoso loft en Nueva York y se instala en Los Angeles? ¿Qué cuenta su trabajo reciente de la ciudad de Los Angeles?
Mi trabajo está en mi cabeza y corazón. No importa dónde viva. Uno toma sus problemas, preocupaciones e inquietudes y los arrastra consigo allá donde vaya. Te acompañan. Los Angeles es un sitio bonito y el tiempo es estupendo allí. Tengo flores, colibríes y mariposas Monarca que visitan mi jardín, y eso me encanta, pero he estado girando mucho últimamente y lo he descuidado, lo que me preocupa un poco. La cuestión es… aquí en Los Angeles todo crece tan rápido que tienes que podar constantemente y ahora mismo mi jardín parece Parque Jurásico. ¡No sé por dónde empezar!
Es el lugar en el que he montado mi vida y tengo a un joven y maravilloso compositor/ingeniero de sonido como asistente, mi querido Preston Wendel. Desde el pasado mes de septiembre los dos hemos estado trabajando juntos en un proyecto secreto de lo más divertido. Se llama Sparkle Division. A Preston no le gusta el nombre pero yo soy el jefe, así que ¡así se que queda! Él está metido dentro de la escena avantgarde hiphop angelina y aporta mucho material guay al estudio. Me inspira para coger el saxo… y estamos preparando un disco… muy diferente de lo que la gente entiende como mi trabajo (y eso a pesar de que he hecho prácticamente de todo, desde jazz a avantgarde o rockabilly). Podrás escuchar un single o dos de swingin’, jazzy, sexy, dance music este verano firmada por Sparkle Division. Así que estate atento. Everybody Needs, to Feel Embraced, do They not? Es el título del disco que esperamos tener listo a final de año. No llegamos para sacarlo en verano, pero espero que al menos el single esté listo para amenizar para amenizar las fiestas veraniegas. Estamos muy emocionados.
Creo que nunca antes había actuado en solitario en Madrid, pero por favor, confírmeme que no estoy equivocado…
No como solista, aunque tuve el gran placer de trabajar con Robert Wilson, Antony y Marina Abramovic haciendo la música de The Life and Death of Marina Abramovic en su magnífico Teatro Real. Tuvimos nuestros primeros ensayos para la ópera en Madrid en septiembre de 2010, si no me equivoco. Recuerdo la maravillosa luz a las seis de la tarde cuando salíamos de los ensayos. ¡Vuestro cielo es glorioso! ¡Jamie, y yo lo llamamos Spain Blue! ¡Como si estuviese iluminado por detrás… centelleante! Esa es la palabra. Es un detalle que conecta a Los Angeles con Madrid. Continuamos paseando y nos fuimos a comer algo. La comida en los mercados ya entrada la noche… ¡oh! Amo Madrid y he estado esperando desde entonces a que me invitaran a volver. Va a ser muy excitante ver Madrid en primavera. ¡Y degustar unas aceitunas y vino!