Mientras que su vida en Madrid se centró en la política con logros como el voto femenino o la ley del divorcio, durante su exilio argentino Clara Campoamor dejó aflorar su pasión literaria en forma de ensayos que por primera vez se recogen en el volumen Del amor y otras pasiones.
Publicado por Fundación Banco Santander dentro de su Colección Cuadernos de Obra Fundamental, este libro es producto del trabajo de casi dos años de la investigadora y doctora en letras hispánicas por la Universidad Autónoma de Madrid Beatriz Ledesma, que ha rescatado estas reflexiones literarias que suponen “una radiografía emocional” de la activista.
Muestran “una Clara Campoamor nueva, casi secreta” a través de artículos literarios desconocidos hasta ahora por el público español que publicó entre 1943 y 1945 en la revista mensual femenina Chabela, de la editorial Sopena, a modo de breves ensayos, reflexiones y comentarios de texto sobre poesía del Siglo de Oro, el Romanticismo y finales del siglo XIX.
Con el amor como tema transversal, Campoamor intentó dirigir la mirada de sus lectores hacia lo femenino y los estereotipos de grandes poetas españoles y latinoamericanos con un afán divulgativo y reflejando “su visión muy personal”, ha explicado hoy durante la presentación Ledesma.
“Chabela era una revista popular, dirigida a amplias capas de la sociedad porque entonces se da en Argentina un apogeo de la cultura de masas, y eso explica que sean unos ensayos de divulgación que pretenden despertar un fervor, contagiar una pasión por esos poetas que admiraba”, ha apostillado.
Por ello la investigadora pide que el lector “no se quede sólo con la valoración estrictamente literaria, porque ella habla de sentimientos y, si leemos atentamente, encontraremos una radiografía emocional de Clara Campoamor”.
Como en el artículo que dedica a los poemas de sor Juana Inés de la Cruz, su “décima musa”, de la que destaca que “ve la inconsecuencia de los hombres al juzgar la conducta de las mujeres” y lanza “como un grito del alma, rebozado en burla donosa, al azotar esa dualidad entre el anhelo íntimo y el juicio social varonil”.
La intelectual madrileña escribió también sobre Quevedo, Góngora, Garcilaso, Fray Luis de León, Juan de Mena, Espronceda, Bécquer y Zorrilla, pero también de trovadores de coplas y autores más próximos a su tiempo como el mexicano Amado Nervo o Manuel Machado.
La cara desconocida
Obligada al exilio tras la Guerra Civil, tras vivir a caballo entre Suiza y París recaló en Argentina, donde viviría entre 1838 y 1955 su etapa “más fructífera, desconocida y feliz”.
Dejar en un segundo plano su activismo político y, al comienzo de esta etapa de destierro, incluso su carrera como abogada permitió que “saliese a flote su pasión un poco dormida por la literatura, que se despertase una vocación dormida de la que El amor y otras pasiones es su máximo exponente”, ha destacado Ledesma.
Ha trabajado en colecciones “desperdigadas” de la revista, que nunca llegó a España, hasta conseguir salvar la treintena de artículos literarios, salvo “un pequeño fragmento de uno”.
“Del amor y otras pasiones” incluye además entrevistas en los que la pensadora abordó asuntos como el lenguaje inclusivo, algo que reconoció que no le iba a quitar “ni media hora de sueño”, ha destacado durante su presentación junto con Carmen Posada la periodista Marta Robles, “enorme fan de Campoamor desde pequeña y feminista desde los tiempos en que no existía la palabra sororidad”.
Declaraciones como la referida del lenguaje le parecen a la periodista “importantísimas” porque permiten “esclarecer algunos aspectos del feminismo que ahora están un poco confusos”. “Ella es luz y guía y su discurso debe ser parte del nuestro”, ha reivindicado.