Este blog se ocupará de las series más influyentes del momento, recomendará otras que pasan más desapercibidas y rastreará esas curiosidades que solo ocurren detrás de las cámaras.
'Deadwood': la violencia que alumbró a Estados Unidos
Algunas de las mejores historias de Deadwood no se pueden ver en la serie. Están contadas en ese libro imprescindible llamado Hombres fuera de serie, que hace un repaso por algunas de las mejores series de la historia a través de sus creadores. Entre ellos está David Milch, de brillante, reconocida y demostrable fama pero también acreedor de una reputación de intratable por parte de (ex) colaboradores cercanos, cadenas que lo contrataron y en general casi todos los que alguna vez se han cruzado en su camino.
Recorrer la carrera de David Milch es repasar algunas de las series fundamentales para entender la actual ficción televisiva. Ya fueran éxitos como Canción triste de Hill Street (donde fue uno de sus principales guionistas), Policías de Nueva York o la ya mencionada Deadwood, o fracasos como John from Cincinnati o Luck.
En el caso de Deadwood nos encontramos ante una serie, una de las pocas, que consiguió sobrevivir a un final precipitado para sacar todavía más brillo a la etiqueta de clásico instantáneo que la acompañó desde su estreno en 2004, por cierto el año de una de las mejores cosechas seriéfilas de la historia.
Consiguió completar tres temporadas entre excesos presupuestarios y complicaciones logísticas, rumores de conflictos durante el rodaje y la personalidad excéntrica de Milch. Se despidió con un final abierto pero con la promesa de culminar su historia a través de dos películas que todavía no han llegado a cristalizarse. Desde hace unos meses vuelven a estar sobre la mesa, después de que varios de sus implicados hayan asegurado que el proyecto está de nuevo en marcha.
Conflictos aparte, leyendas negras a un lado, Deadwood (Movistar+) es una serie imprescindible. Una serie que hay ver sí o sí, si se quiere presumir de seriefilia avanzada (y asombrarse de paso para la larga lista de actores reconocibles que pasaron por ella) o si simplemente se quiere disfrutar de una gran historia del salvaje Oeste de factura impecable, diálogos punzantes y espíritu modernizado. Deadwood se mantiene como el patrón oro del western en la ficción televisiva.
El pueblo inhóspito que da nombre a la serie es también una metáfora de la violenta y difícil conquista de Estados Unidos hacia el oeste. Hasta allí llega Seth Bullock, antiguo agente de la ley ahora reconvertido en comerciante, dispuesto a comenzar de cero en una localidad embriagada de ambición, corrupción y violencia por la fiebre del oro.
Su llegada a Deadwood, junto a su socio y mejor amigo Sol, sirve de presentación a una galería de personajes que viven al límite y afinan sus dotes de supervivencia en medio del barro y de las disputas solucionadas a golpe de revólver. La historia de este trozo de tierra, que pasó a formar de Dakota del Sur, es real y muy parecida a la que se cuenta en la serie. aunque con las inevitables licencias dramáticas.
Por el Deadwood que forma parte de los libros de historia pasó Seth Bullock y se enfrentó al icónico Al Swearengen, convertido aquí en uno de los villanos televisivos por excelencia. También Calamity Jane, Wyatt Earp, Will Bill Hickok o el magnate George Hearst, padre del futuro ‘Ciudadano Kane’ William Randolph Hearst.
Las pequeñas historias de estos personajes y la propia de la serie son solo algunas de las razones que convierten a Deadwood en uno los mejores ejemplos de la esencia del western: un retrato del actual Estados Unidos a través de su violento nacimiento.
Algunas de las mejores historias de Deadwood no se pueden ver en la serie. Están contadas en ese libro imprescindible llamado Hombres fuera de serie, que hace un repaso por algunas de las mejores series de la historia a través de sus creadores. Entre ellos está David Milch, de brillante, reconocida y demostrable fama pero también acreedor de una reputación de intratable por parte de (ex) colaboradores cercanos, cadenas que lo contrataron y en general casi todos los que alguna vez se han cruzado en su camino.
Recorrer la carrera de David Milch es repasar algunas de las series fundamentales para entender la actual ficción televisiva. Ya fueran éxitos como Canción triste de Hill Street (donde fue uno de sus principales guionistas), Policías de Nueva York o la ya mencionada Deadwood, o fracasos como John from Cincinnati o Luck.