Yo bailo no es un libro de flamencografías. Es un binomio artístico generado entre la bailaora María Moreno y la fotógrafa Susana Girón que va más allá. Ellas son sudor y arte, constancia y movimiento; desde la modestia y la determinación. María Moreno pone palabras al esfuerzo y a la vulnerabilidad en un diario en el que enmarca los orígenes humildes del barrio gaditano donde creció “pues me permiten ahora pisar tierra”.
Susana Girón revela la cara latente –las elipsis de la creación–, que suele quedar subexpuesta a las luces entre camerinos y bastidores. “No hay ni una foto posada en el libro”, asevera Girón. Una sinergia entre fotografía de proximidad (cercana física y emocionalmente) y textos desde las entrañas.
Yo bailo (Fracaso Books) es el duelo del proceso artístico llevado al papel. Sus páginas están compuestas por instantes y relatos que dialogan entre sí: el vacío escénico y el esfuerzo “para no bailarle solo a la pena”; los cuidados y “mujeres orquesta”; sales marinas y minerales; fueras de foco, largas exposiciones y “ticatacata taquitacatacata ta pum pum”; el trance, la vulnerabilidad y los debates internos. “Salgo del teatro como si nada (...) no quiero que las dudas asomen por mi cara”.
El testimonio de María Moreno muestra el trabajo, la fijación y el instinto flamenco que desde la infancia –“cuando era niña jugaba a bailar. Ahora bailo para seguir jugando”– envuelve su vida. Donde ni el cansancio ni las dificultades se dejan fuera del cuadro –con la humanidad y la sensibilidad característica que impregna la fotografía de Susana Girón–; pues las sombras en la creación artística son tan fundamentales como sus luces. “Me interesan fotos que evoquen y que te hagan viajar por esas emociones que yo he viajado y, de alguna forma, invitar a que el espectador pueda viajar ese camino que yo he transitado”, comparte Girón.
El abrazo ritual
En el argot flamenco, el abrazo ritual es el gesto de cierre final de una copla entre bailaoras. 'Yo bailo' es un abrazo transdisciplinar entre dos artistas andaluzas, que han llevado sus obras más allá de las fronteras europeas y que se nutren –vital y profesionalmente– de su tierra. Porque el retrato fotográfico también es un tipo de danza –un combate, según el fotógrafo Alberto García-Alix–, un reflejo tácito donde retratista y retratada se expresan al compás. “Cuando veo una foto suya veo el sentimiento que yo trato de expresar cuando bailo –manifiesta Moreno– esa es la magia del proyecto, que estas dos artes dialoguen, pero verdaderamente desde las entrañas y el proceso (...) tanto Susana se ha venido a mi mundo como yo me he ido al de ella”.
María Moreno estuvo trabajando en Japón durante dos meses y medio. Por las noches trabajaba en un tablao de Tokyo y de día impartía clases particulares y a grupos. Así financió 'De la concepción' –Premio Giraldillo de la Bienal de Sevilla 2018–, su primer espectáculo en formato grande, que contó con la dirección y la dramaturgia de Eva Yerbabuena, una de las grandes maestras de Moreno. 'De la concepción' fue el primer proyecto artístico que compartieron María y Susana. María necesitaba fotografías y pensó que con la mirada “atípica al flamenco” de Susana podría conseguir otra visión donde ella pudiese bailar de verdad, sin estudios fotográficos, flashes ni posados. “Para mí bailar es una fuga de sentimiento, es algo incontrolable, me encantaría controlarlo más, pero no puedo”, afirma Moreno.
Coautoras: la bailaora y la fotógrafa
María Moreno (Cádiz, 1986) es coreógrafa y bailaora de flamenco. Moreno ha creado su propia compañía, ganó el Premio Artista Revelación de Jerez en 2017 y, recientemente, acaban de otorgarle un nuevo Giraldillo al Momento Mágico en la Bienal de Sevilla por su soleá en su última creación More (no) More.
Moeno no olvida sus raíces ni el bagaje que hay detrás para llegar al reconocimiento: “Es un proceso de un año de trabajo, de esfuerzo y de sacrificio en todos los sentidos. A mí como artista no me importa mostrar esa cara más vulnerable. Mi carrera me va bien, pero dentro de esa carrera hay un esfuerzo enorme”. Por ello en sus textos habla de la timidez, del reloj biológico, de la pena y realiza reflexiones sobre la 'mujer orquesta', figura en la que a veces se ve representada. “Antes el artista se limitaba un poquito más a hacer su arte, que no es poco, y que es realmente lo que queremos todo el mundo”, comenta María Moreno.
Yo bailo
Susana Girón (Huéscar, Granada, 1975) es una de las principales fotógrafas documentales del estado español. Sus instantáneas son reconocidas porque buscan más la evocación y la emoción que la descripción. “Se puede describir o descubrir. Me apetece más transitar el camino de que las fotos sean un descubrimiento. Me gusta que las imágenes siembren ciertas dudas”, reflexiona Girón sobre la mirada que ha hecho que sus trabajos, mayoritariamente, relacionados con problemáticas sociales y legados, sean expuestos en multitud de estados e impresos en los principales medios nacionales e internacionales.
Confiesa tener un mantra a la hora de trabajar -“emocionar, sorprender y arriesgar”- y todo ello lo consigue con “determinación”. Girón cuenta que cada día que iba a fotografiar a María “trataba de llevarme algo dentro de una lista emocional: rabia, carácter, genio, miedo, incertidumbre. Me trataba de focalizar”. Porque la fotógrafa piensa que es muy fácil dejarse llevar por el baile, pero necesitaba centrarse en una idea concreta. “Hemos contado la historia desde la parte de atrás. Se trataba de hablar de emociones”, afirma.
“Nosotras no nos juntamos para hacer este proyecto en concreto, esto empezó a surgir, que yo creo que es lo más mágico, realmente. Susana me acompañó en el proceso creativo, pero en ningún momento ninguna de las dos sabíamos que esto iba acabar en un libro. Entonces, cuando terminamos el trabajo inicial para el que nos juntamos y yo veo las maravillosas fotografías que Susana me enseña, decidimos que eso no era carne de redes sociales y ahí empezamos a charlar”, recuerda María. Asegura que nunca antes había escrito nada: “esto ha nacido de una forma muy natural y por eso lo he hecho tan inconsciente y tan verdadero”. Tan instintivamente como cuando era niña empezó a bailar por las tardes en el colegio. “Nunca fui un díaa mi madre y le dije ‘voy a ser bailaora’. Nunca he dicho 'voy a baila'r, he ido”, apunta.
Han sido dos años, dos obras –'De la concepción' y 'More (No) more'–, los que han unido artísticamente a Moreno y a Girón. Cuando ya llevaban un año trabajando juntas “vi que había que hacer algo, no sabía lo qué quería, pero sí sabía lo que no quería. Y tenía una cosa clara: este proyecto para que tuviera sentido era en un formato de coautoría. No tenía sentido hacer un libro sobre una bailaora sin la voz de ella”, revive Girón cómo nació la idea de llevar a cabo la cocreación del libro 'Yo bailo'.
Actualmente, este binomio creativo, mujeres referentes del flamenco y de la fotografía, están recorriendo España para presentar el fruto de su trabajo artístico. Ya han estado en Barcelona y Cádiz. Pronto, según las restricciones lo permitan, presentarán su libro en Granada y Madrid, y volverán al Cádiz de María. “Las alegrías que me llevo con este proyecto es poder haberme sumergido en un mundo artístico totalmente diferente al mío”, concluye.