Los 'anfitriones' de Airbnb en València prefieren estar vacíos: solo el 20 % busca nuevas formas de alquiler a la espera de que vuelvan los turistas
Las empresas, fondos de inversión y particulares propietarios de los pisos que oferta la plataforma de alquiler de pisos turísticos Airbnb han congelado sus inversiones con motivo del cierre del mercado turístico por el coronavirus. Al contrario de lo que cabría esperar, los anfitriones de estos pisos turísticos no han puesto sus inmuebles en circulación para la renta libre sino que la mayoría los sigue reteniento a la espera de que regresen los buenos tiempos. Los tienen vacíos y sin pecibir ningún ingreso.
Un estudio de la Cátedra de Economía Colaborativa y Transformación Digital de la Universitat de València ha monitorizado en las últimas semanas la evolución y las características de la oferta turística y residencial en la ciudad de València publicada en las plataformas Airbnb e Idealista con el objetivo de conocer el comportamiento de los agentes del sector y sus expectativas durante la crisis del COVID-19. Aun empleando datos generales de la ciudad, el foco se ha puesto, especialmente, en el distrito céntrico de Ciutat Vella por ser aquel en el que se concentra, proporcionalmente, un mayor número de pisos turísticos.
El estudio de esta cátedra dirigida por los profesores Andrés Boix y Adrián Todolí e impulsada por centro de innovación Las Naves, que ya elaboró un exhaustivo informe sobre el número de apartamentos turísticos de Airbnb en València y descaró a algunos de los grandes propietarios, destaca la falta de evidencia de que haya habido un masivo desplazamiento de inmuebles turísticos hacia la oferta residencial. “Para la primera etapa de la cuarentena, los anunciantes o gestores de alojamientos en Airbnb no han buscado, en términos generales, una salida alternativa al alquiler de temporada. Sin embargo, ello tiene sus matices”, explica Adrián Todolí en un pequeño informe remitido en exclusiva a eldiario.es.
“Si bien la inmensa mayoría de los anuncios mantienen los términos y disponibilidades ordinarias, sí se ha dado una reacción visible en los anuncios publicados, principalmente, por gestoras profesionales de inmuebles (como Singular Stays, Valencia Luxury, Living Valencia o Flats Friends), presentes en Airbnb, o de profesionales en el ámbito de Idealista, (como aProperties y Living Valencia)”, señala. Según los números que plantean desde la cátedra, al menos un 20 % de los anuncios de pisos de Ciutat Vella en Airbnb han alterado alguna de las características de su oferta.
“Estas reacciones han sido de distinta naturaleza. Una de las estrategias en Airbnb ha consistido en exigir durante los meses de abril, mayo e, incluso, junio, una reserva mínima de entre 15 y 30 noches, para volver a exigir entre 2 o 3 noches posteriormente; un 8% de los anuncios analizados. Otra de las modificaciones en los anuncios, la más común, ha consistido en manifestar falta de disponibilidad para reservas (18% de los anuncios) o señalar el mes de abril, mayo o junio como no disponible para reservas, pero manteniendo en mayor grado la disponibilidad a partir del comienzo del verano”, explica Todolí.
Por lo que respecta a Idealista, que suele presentar pisos para alquiler de largo tiempo, ha visto un incremento de ofertas que además se replican en Airbnb, es decir son pisos que antes eran turísticos y ahora se ofertan para otras condiciones. “En torno a un 20% de los anuncios publicados en Idealista del distrtito de Ciutat Vella muestran una oferta de temporada. Dentro de este porcentaje, destaca la aparición de un ‘alquiler Covid’, gestionado mayoritariamente por gestoras profesionales”, explica el codirector de la cátedra.
En ese sentido, señala el informe, los más numerosos son aquellos anuncios que advierten que solo se alquilan hasta junio o julio o que se alquilan por 2 o 3 meses. “Por otro lado, se ha encontrado un alquiler de temporada de precio más reducido reservado exclusivamente para personas que tengan que desplazarse temporalmente a Valencia con motivo de la crisis sanitaria, como personal sanitario y de emergencias. Hasta siete anuncios gestionados por Living Valencia en Idealista, algunos de ellos anunciados en Airbnb sin disponibilidad”, puntualiza en su resumen Todolí.
Tras ver esta congelación de la situación de los pisos turíticos, algo que contrasta con el sector hotelero que da el año por perdido, desde la cátedra confirman que no se ha observado una bajada significativa del precio del alquiler, máxime cuando no ha habido un incremento de la oferta de inmuebles provocados por el estado de alarma. “En línea con lo que han manifestado representantes del sector turístico como FEVITUR, estas estrategias a corto plazo podrían estar relacionadas con una previsión de normalidad a partir del verano, con lo que los gestores se estarían resistiendo en este tiempo a cambiar el uso de los inmuebles”, concluye.
Entienden pues desde la Cátedra de Economía Colaborativa y Transformación Digital, que todavía es pronto para que la crisis del coronavirus que ha tumbado el sector del turismo haya cambiado las estrategias de los propietarios de pisos turísticos a medio y largo plazo. Aunque si el movimiento de personas sigue congelado o con importantes restricciones en los mesos de verano la situación podría cambiar.
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