“A veces no comemos porque no podemos pagar ni la luz, solo tenemos mantas para calentar a nuestros tres hijos”
“Tenemos tres hijos y actualmente mi marido y yo no tenemos ningún tipo de ingreso por lo que dependemos de la ayuda de entidades como Cruz Roja para comer y mantener la casa; mi marido y yo hemos llegado a estar varios días sin comer y sin agua caliente y nos calentamos todos con mantas porque no tenemos calefacción”.
Este es el duro testimonio de Dalila y Abdulsalam, dos de los miles de afectados por pobreza energética que han recibido ayuda de esta organización a lo largo de este año.
Ambos residen en Mislata (València) y llegaron a España hace cinco años con la condición de refugiados huyendo del horror de la guerra en Libia.
“Cuando llegamos, pudimos trabajar en la restauración porque teníamos la tarjeta roja de asilo, pero hace unos años nos la retiraron y actualmente, al no tener permiso de residencia, no nos dan trabajo y sin un contrato, no podemos solicitar ni el permiso ni el Número de Identidad de Extranjero”, explica Dalila.
Así, “salvo cuando sale alguna casa para limpiar”, carecen de ingresos fijos. Sin embargo, deben hacer frente cada mes a gastos de en torno a 500 euros solo para pagar el alquiler, la luz, el agua y el gas.
“Nuestros hijos comen en el colegio y el resto del mes tiramos con lo que nos da Cruz Roja; también nos han pagado recibos, pero aúmn así, debo dos meses del alquiler de la casa, no tenemos calefacción y agua caliente solo gastamos para los niños”, explican visiblemente emocionados.
Pese a todo, no pierden la esperanza de que el nuevo año les traiga un empleo que les permita regularizar sus situación.
“Mis hijos se limpian con el mismo agua para ahorrar”
Ana B. R. tiene 36 años y es natural de Polonia. Es otra de las personas que sufre la lacra de la pobreza energética y que recibe ayuda de Cruz Roja en forma tanto de alimentación y productos de primera necesidad, como de pago directo de recibos.
Madre soltera de una niña de cinco años y de un bebé de 16 meses, llegó a València en el año 2009 en busca de un empleo. Lo encontró en el campo primero y en una frutería después, pero actualmente tan solo percibe un subsidio de 430 euros.
“Pago 260 euros de alquiler y con todos los gastos de los niños y la casa no llego a final de mes; me apaño pidiendo ayuda a Cruz Roja que me aporta comida y me ha pagado recibos, pero en casa ahorramos todo lo que podemos en luz y agua; por ejemplo, cuando lavo al pequeño con agua caliente mi hija aprovecha el mismo agua para limpiarse y luego se enjuaga en la ducha”.
Aún así paga de media 90 euros de agua por tres meses y entre 70 y 80 euros de luz cada dos meses. Ana también asegura que está buscando empleo, “cualquier cosa que sale”, incluso se presentó a unas plazas municipales del Ayuntamiento de Mislata para limpiar calles, pero finalmente no tuvo suerte.
Familias pobres pese a tener trabajo
Cruz Roja ha ayudado con el pago de alquileres y suministros hasta octubre del presente año a un total de 1.886 familias en la Comunitat Valenciana, aunque los beneficiarios indirectos de esas ayudas han llegado a 4.929 personas, ya que cada familia tiene de media entre dos y cuatro miembros. En todo el año pasado, los beneficiaros fueron 5.476.
Además, han dado productos de primera necesidad (comida, ropa, colchones o productos de higiene personal) a 3.823 personas (3.944 en todo el año pasado).
En cuanto a intervenciones hacia personas en situación de extrema vulnerabilidad que engloba casuísticas como pobreza energética o personas sin hogar o que viven en infraviviendas, se han realizado 132.986 intervenciones hacia 54.410 ciudadanos.
Al respecto, desde Cruz Roja han advertido que están detectando un nuevo perfil de beneficiarios de ayudas. Se trata de familias que, pese a tener empleo, no pueden cubrir todos los gastos por la precariedad de sus salarios. Un 60% de estas familias son españolas y tienen entre 30 y 55 años.
Las mismas fuentes han explicado que para ser beneficiarios de sus ayudas deben ser remitidos por los servicios sociales públicos y posteriormente, un equipo de valoración de la organización programa un plan integral que va más allá del abono de un recibo, sino que también se les presta ayuda emocional y asesoramiento.
Rajoy recurre la Ley valenciana de pobreza energética
Una de las herramientas legales aprobadas por la Generalitat para luchar contra la pobreza energética ha sido recurrida por el Gobierno.
De hecho, como informó eldiario.es, el Tribunal Constitucional (TC) ha admitido a trámite el recurso presentado por el consejo de ministros contra la ley para paliar y reducir la pobreza energética (electricidad, agua y gas) en la Comunitat Valenciana.
La norma no quedará paralizada y se podrá seguir aplicando hasta la sentencia al no haberse pedido la suspensión cautelar como sí que se ha hecho con una norma similar impulsada en Catalunya.
El artículo recurrido da la competencia al Gobierno valenciano para declarar los hogares vulnerables a propuesta del alcalde y con un informe de los servicios sociales.
La norma también obliga a la empresa comercializadoras que quiera cortar el suministro por razones de impago “a comunicar dicha circunstancia a los servicios sociales municipales para que estudien la situación del hogar en riesgo de situación de pobreza energética, de manera previa al hecho de que se efectúe algún tipo de restricción o corte en el suministro”.