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Cañas y barro: el alud de la DANA cubre el puerto de Catarroja en pleno parque de l'Albufera

Montones de cañas inundan el puerto de Catarroja.

Toni Cuquerella

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Cañas y barro, este fue el alud que cubrió el puerto de Catarroja, en pleno parque de l'Albufera en la fatídica jornada del 29 de octubre cuando la lluvia de la DANA arrasaba numerosas localidades valencianas. El título de la célebre novela de Vicente Blasco Ibáñez -que se desarrolla en la vecina localidad del Palmar, al otro lado del lago-, se ha convertido desde entonces en una pesadilla para Catarroja, la segunda localidad en número de puertos, y que ha afectado de forma transversal a la localidad: desde sus vecinos y sus casas, a sus fábricas y campos, y a sus espacios naturales y etnológicos.

Aquel día la avalancha entraba a gran parte de la localidad a través del barranco del Poyo -que allí llaman barranco de Chiva-, y en el núcleo urbano arrasaba el 30% del arbolado y el 40% de la localidad está sin luz en las calles. También se llevó por delante hogares, coches y comercios, arrasó fábricas en el polígono industrial y a medida que se acercaba a l'Albufera se desbordaba hasta alcanzar el puerto que se sitúa en paralelo a más de doscientos metros, inundando los arrozales que los separan y tocaba también una de las joyas naturales que hay en el parque natural, el Tancat de la Pipa.

En los espacios del entorno del humedal, como explica el concejal de Urbanismo de Catarroja, Martí Raga, “no solo ha cubierto los arrozales, también todo aquel patrimonio etnológico como acequias y canales, el puerto ya no es navegable con la densidad del lodo que en algunos lugares llega a un metro y ha creado islas, y la gran cantidad de cañas que se han depositado”.

Así explica que el Ayuntamiento de Catarroja ha colaborado con los agentes del humedal (pescadores, barqueros, agricultores y restauradores) en la medida de lo que ha podido, fundamentalmente despejar caminos y accesos. “Pero la competencia sobre l'Albufera es fundamentalmente de la Generalitat, y también en parte del Gobierno (a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar y el programa AGUA) para espacios como el Tancat de la Pipa”, señala Raga.

El concejal entiende que los esfuerzos iniciales de las administraciones se hayan centrado en los rescates, limpieza y ayudas para la reconstrucción, y subraya que entiende que se hagan vertidos al mismo barranco para agilizar la limpieza, que también llega al humedal, lo que significa que “hay mucho lodo que dragar para recuperar la vida en el puerto de Catarroja”. Por ello mismo advierte que “no se debe postergar más la actuación sobre l'Albufera y su entorno, porque esta avalancha ha aportado muchos contaminantes, entre residuos sólidos, plásticos y otros elementos, y cuanto más se retrase más difícil y compleja será la recuperación”. Raga recuerda que “el ecosistema de l'Albufera mantiene un equilibrio sensible, contiene especies de animales y vegetales amenazadas como las que hay en el Tancat de la Pipa, y este temporal puede haber hecho que se pierda un equilibrio que tarde años en recuperarse”.

Con todo el edil pide que “las consellerias y los ministerios se tienen que volcar, se han de pedir ayudas a Europa”, y ejemplifica con el propio ayuntamiento: “El presupuesto municipal para 2025 estaba a punto de aprobarse, y ahora ha saltado por los aires, tenemos que hacer unos presupuestos de contingencia”. Por otro lado también pide que “las mismas administraciones tienen que tomar cartas en el asunto, no podemos decir ahora a la población que esto no volverá a pasar. Ha sido un temporal que se ha desbocado como nunca y es imposible de calibrar”.

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