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Consumidores británicos denuncian los abusos en España contra jornaleros migrantes que recogen su fruta importada

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Gabriela Sánchez

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La fruta y verdura que consumen en Reino Unido puede estar manchada por abusos laborales y sociales contra los jornaleros que la recogen, advierten desde la cooperativa Ethical Consumer. Algunos de los trabajadores que recolectan las hortalizas que acaban sobre las mesas europeas viven “sin agua corriente y hacinados” lo que les impide “seguir los protocolos de salud” ligados a la COVID-19, denuncian. La organización inglesa ha lanzado una nueva campaña para alertar de las condiciones en las que viven y trabajan en pandemia quienes seleccionan los vegetales de uno de los principales países importadores en Reino Unido: España.

La cooperativa sin ánimo de lucro con sede en Manchester, que informa desde hace décadas a los consumidores del país sobre los abusos cometidos en las cadenas de suministro, lleva más de un año exigiendo “transparencia” a los supermercados británicos sobre el origen específico de la fruta y verdura procedente de las fincas de Almería y Huelva.

A principios de mayo, ante el empeoramiento de sus circunstancias ligado al estado de alarma, la asociación ha lanzado una campaña de recogida de fondos para apoyar a los sindicatos y organizaciones que distribuyen suministros básicos entre los trabajadores migrantes del campo andaluz.

“Los trabajadores migrantes, que suministran frutas y verduras a los supermercados del Reino Unido, han sido confinados, debido a las recientes leyes de distanciamiento social, a los pequeños asentamientos en el sur de España donde viven, a menudo sin acceso a agua corriente, saneamiento básico o alimentos”, alerta en su crowdfunding. “Muchos no pueden trabajar durante la pandemia, lo que significa que no tienen ingresos y necesitan suministros con urgencia”.

Europa es el principal destino de las ventas agroalimentarias de Andalucía durante los primeros meses de 2020. Alemania, Francia y Reino Unido son los principales países importadores de estos productos procedentes de la región. En el caso de Gran Bretaña, las ventas ascendieron a los 202 millones, el 10,8% del total, según los últimos datos de Extenda-Agencia Andaluza de Promoción Exterior.

En una quincena, Ehical Consumer ha alcanzado prácticamente el objetivo marcado, a través de donaciones de consumidores británicos preocupados por las condiciones en las que trabajan los jornaleros migrantes en España. “Hemos puesto en marcha un crowdfunding para apoyar la labor de socorro del Sindicato SOC-SAT y del Colectivo de Trabajadores Africanos en Huelva y Almería, que ya ha recaudado más de 23.000 libras y ha recibido un amplio apoyo en todo el Reino Unido”, sostiene Clare Carlile, investigadora de Ethical Consumer, en declaraciones recogidas por eldiario.es.

Algunos de los donantes han mostrado su indignación ante la manera en la que los temporeros migrantes se ven empujados a vivir en Andalucía. “Estas condiciones de trabajo y de vida son una vergüenza para España, el Reino Unido y toda Europa. Los trabajadores esenciales que recogen nuestros alimentos merecen salarios justos, buenas condiciones de trabajo y vidas decentes”, expone uno de los ciudadanos que ha apoyado la campaña.

Piden transparencia a los supermercados británicos

Ante la actual situación de “emergencia”, la cooperativa ha renovado su llamamiento “para que los supermercados del Reino Unido respondan no sólo a la situación actual sino también a los problemas crónicos en sus cadenas de suministro”, añade.

La cooperativa con base en Manchester ha alertado entre los consumidores del país sobre la alta probabilidad de que los productos recolectados por trabajadores que viven en campamentos acaben comercializados en supermercados de Reino Unido. “Creemos que es muy posible que los supermercados del Reino Unido vendan frutas y verduras recogidas por los trabajadores migrantes que viven en los asentamientos de Andalucía”, advierte Carlile. Durante los dos primeros meses de 2020, Almería ha sido líder de las exportaciones agroalimentarias de Andalucía, con 854 millones de euros vendidos entre enero y febrero de este año, el 40% del total, según la Agencia Andaluza de Promoción Exterior.

Ethical Consumer, en contacto el Sindicato de Obreros del Campo y el Colectivo de Trabajadores Africanos, considera que el Gobierno español “debe aumentar las inspecciones de trabajo, y asegurarse de que éstas sean eficaces y den voz a los trabajadores para comprobar si hay violaciones de derechos”.

“Los trabajadores indocumentados, que son el soporte de estas industrias, también deben ser regularizados, y se les debe proporcionar la documentación y el derecho a las protecciones laborales adecuadas según la ley española”, defiende la experta de la asociación de información al consumidor.

Para trasladar las reivindicaciones de los trabajadores, sus campañas incluyen testimonios de trabajadores migrantes en Almería. Uno de ellos es Spitou, quien lleva 19 años trabajando en el campo almeriense. “Las compañías constantemente intentan reducir los salarios y el tipo de trabajador de ”bajo costo“ continuará existiendo”, se queja el jornalero.

“Spitou trabaja en Almería, España, donde se cultivan más de la mitad de las frutas y verduras de Europa. Gran parte del producto que él y sus colegas cultivan y seleccionan va a los supermercados del Reino Unido”, advierten desde la cooperativa a los consumidores británicos, en su objetivo de presionar a los supermercados del país para “que actúen y se aseguren de que sus proveedores respeten los derechos de los trabajadores”.

Durante el último año, la organización ha pedido explicaciones a los principales establecimientos de venta de alimentos para exigir transparencia y responsabilidad en toda su cadena de suministro. Por ejemplo, Tesco, un gigante de los supermercados británicos, ha respondido acerca de su relación comercial con España. “Hemos estado interactuando con productores y proveedores en España durante varios años para ayudar a mejorar la práctica de la industria”, responden desde la cadena. Desde la empresa inglesa han asegurado que “apoyar a sus proveedores es clave ”para que se mantengan condiciones laborales justas“ en la región.

A Ethical Consumer no le convencen sus justificaciones. “Se necesita mucha más transparencia por parte de los supermercados del Reino Unido”, incide Carlile, quien reconoce que “algunos están dando pasos en la dirección correcta”. Entre ellos, destaca empresas como Co-op, que “se ha comprometido a compartir sus sitios de abastecimiento y sus riesgos en materia de derechos humanos” para el año 2020. No obstante, “todos los supermercados deben rastrear, no sólo a sus proveedores directos, sino también a las granjas a las que estos proveedores compran”, reitera en relación a su campaña sobre los abusos en el campo español.

La preocupación sobre las condiciones de trabajo de la fruta y verdura comercializada en Europa también lleva años presente en otros países europeos. La agricultura española ha sido señalada desde Alemania como ejemplo de un sector donde contraviene los estándares socio-laborales europeos. La consultora berlinesa Löning, especializada en derechos humanos y negocios responsables, analizó la situación en 2018 a lo largo de un informe en el que España e Italia aparecen como países donde la actividad agrícola presenta casos de abusos laborales. “Cuando hablamos de esclavitud y de malas condiciones, a menudo pensamos en países que no están en Europa, pero ahí están, por ejemplo, España e Italia”, afirmó Markus Löning, director de la consultora berlinesa, en declaraciones recogidas entonces por eldiario.es

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