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El Gobierno abrirá un centro de acogida en un espacio municipal de Madrid para los solicitantes de asilo desatendidos

Familias de solicitantes de asilo pasan la noche frente a la sede del Samur Social.

Gabriela Sánchez

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Tras meses de peticiones de soluciones por parte del Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Trabajo ha ofrecido gestionar un centro de primera acogida en un espacio municipal aún por decidir, para asistir a los demandantes de asilo que, a su llegada a la capital, se ven empujados a dormir en la calle durante sus primeras semanas en España, según han confirmado el Ayuntamiento y los Ministerios de Trabajo e Interior. Tras el anuncio, una noche más, una decena de personas, incluidos menores, pasaron la noche a la intemperie a las puertas de la sede del Samur Social de Madrid.

Este martes, a petición del Ayuntamiento madrileño, representantes de los ministerios de Trabajo e Interior han mantenido una reunión con el delegado de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Consistorio, Pepe Aniorte y su homólogo regional, Alberto Reyero, con el objetivo de abordar la situación de colapso de los recursos municipales para dar cobijo de emergencia a quienes llegan a España con la intención de solicitar protección internacional. Estas personas se chocan con una larga lista de espera que retrasa su acceso al sistema de acogida estatal, por lo que acaban llamando a la puertas de los servicios sociales municipales.

Aniorte ha tachado la reunión de “muy positiva” pues desde el Ministerio de Migraciones se “ha planteado” el acondicionamiento de un espacio municipal aún por definir para crear “un centro de acogida de emergencia”. Fuentes de Interior presentes en el encuentro confirman la oferta del Gobierno central siempre que el Ayuntamiento indique un lugar considerado “apto” por los técnicos del Ministerio de Migraciones, del que depende la asistencia de los solicitantes de asilo.

“Si cumple los requisitos para dar una atención digna a estas personas, por nuestra parte, el Ministerio asumirá la responsabilidad que le corresponde”, han resaltado fuentes de Trabajo. En este sentido, el delegado de Familia del consistorio se ha comprometido a buscar “la mejor ubicación” desde “esta misma noche”.

Desde el Ayuntamiento no han precisado ni el número de plazas que contendrá este espacio ni las posibles localizaciones que baraja. Una vez que el Consistorio proponga al Ministerio de Trabajo su propuesta, el Gobierno central tendrá que analizar su idoneidad y adecuar el lugar a la acogida de solicitantes de asilo.

El Ayuntamiento asegura que cerca de 150 demandantes de protección internacional recién llegados acuden cada semana a los recursos sociales municipales en busca de un techo donde dormir. “Es como si vinieran ocho 'Aquarius' a Madrid a la semana. Pensamos que vienen del Mediterráneo, pero la realidad es que el perfil es sobre todo venezolanos y centroamericanos y que vienen con la primera frontera de Barajas, y es una situación de emergencia”, ha señalado Aniorte.

Una familia con niños duerme en la calle de nuevo

Después del anuncio, volvió a repetirse la imagen de decenas de solicitantes de asilo durmiendo a la intemperie a las puertas de la sede del Samur Social. Yanine cubre su cabeza con un gorro rosa y trata de abrigarse con varios abrigos superpuestos. Son las 21:30 horas y asume que pasará la noche en la calle junto a su marido y sus tres hijos menores (de cuatro, siete y 16 años). “Desde que llegamos nos dicen que esperemos y esperemos. Reconocen que los niños tienen prioridad, pero no hay plazas libres”, explica la mujer venezolana, mientras su niña pequeña, de cuatro años, corretea por la acera.

Desde Venezuela, la familia migró Ecuador, donde permaneció los últimos tres años. Aseguran que la vida allí era muy complicada ante “el aumento de la xenofobia” y le rechazo generado hacia la población venezolana en distintos países de Latinoamérica. El 11 de octubre viajaron a España. Tras pasar los primeros días en un hostal y no lograr otro lugar para hospedarse, llamaron a las puertas del Samur Social. “Para conseguir el visado te piden quedarte unos días en un hostal, por lo que eso hicimos. Hasta ahora... ”, dice Yanine.

“No pensamos que iba a ser tan difícil pero, con todo lo que hemos pasado allá, podemos aguantar un poco más”, añade Leandro, su marido minutos antes de acomodarse junto a su familia delante de la verja cerrada del Samur Social para intentar dormir en la calle a pesar de las bajas temperaturas. Leandro y Yanine cedieron las mantas térmicas a sus hijos, y todos muy cerca, con sus gorros y bufandas, pasaron las noche a la intemperie.

Este miércoles, al amanecer, la familia ha acudido a la Policía Nacional para iniciar los trámites de su petición de asilo.

La mayoría de quienes han dormido las últimas noches frente a la verja cerrada del Samur Social son migrantes recién llegados a España, generalmente en avión, con la intención de solicitar asilo. Sin embargo, una vez en suelo español se chocan con una larga lista de espera para formalizar la petición de protección internacional, lo que conlleva la falta de acceso al sistema de acogida estatal, dependiente del Ministerio de Trabajo y Migraciones.

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