El barco Sea Watch entra en aguas italianas por motivos de “emergencia” desafiando el veto de Salvini
El barco de la ONG alemana Sea Watch con 42 migrantes ha comunicado que ha entrado en aguas territoriales italianas por motivos “de emergencia”, con lo que rompe la prohibición del Ministerio del Interior del país, el ultraderechista Matteo Salvini, que les había impedido su ingreso y se enfrenta así a sanciones y procesos penales.
En un comunicado, la ONG explica que ante la situación “más desesperada que nunca” de los migrantes que llevan 14 días en el barco, la capitana se ha visto obligada a entrar en las aguas territoriales italianas bajo “la ley de emergencia”.
“Basta, entramos. No por provocación, sino por necesidad, por responsabilidad”, ha dicho la entidad en su perfil de Twitter. Llevaban días alertando de que las condiciones no hacían más que deteriorarse a bordo de la nave, que se encontraba hasta este miércoles en aguas internacionales frente a la isla de Lampedusa.
“Ninguna institución europea está dispuesta a asumir la responsabilidad y defender la dignidad humana en la frontera de Europa en el Mediterráneo. Es por ello que tenemos que asumir la responsabilidad nosotros mismos. Entramos en aguas italianas ya que no nos quedan otras opciones para garantizar la seguridad de nuestros huéspedes cuyos derechos básicos han sido violados durante el tiempo suficiente”, ha dicho el presidente de Sea Watch.
La ONG también ha calificado de “fallo político” la decisión de este martes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que, tras la solicitud de “medidas provisionales” de la organización, no impuso a Italia la obligación de dar un puerto al barco.
“Tenemos personas a bordo que han pasado por horrores en Libia, que han sido fuertemente torturadas, pero incluso si este no fuera el caso, cualquier persona rescatada en el mar, por ley, debe ser llevada a un lugar seguro. Estas son personas con necesidades básicas y derechos básicos. Una operación de rescate no se termina hasta que cada persona rescatada tenga ambos pies en el suelo” agrega por su parte Haidi Sadik, mediador cultural en el Sea Watch.
La capitana del barco, la alemana Carola Rackete, de 31 años, ya había adelantado que si la situación se dilataba violaría la prohibición impuesta en el decreto aprobado recientemente en el país y que conlleva multas de hasta 50.000 euros, pero además la incautación del barco y consecuencias penales. La organización alemana ha abierto para ello una campaña de donaciones para su fondo de asistencia legal.
La embarcación socorrió el 12 de junio a 53 personas (9 mujeres, 39 hombres, 2 niños pequeños y 3 menores no acompañados), y tres días después la Guardia Costera italiana realizó una inspección sanitaria a bordo y decidió la evacuación de diez personas por motivos médicos y el pasado sábado otra más fue llevada a tierra. Actualmente, 42 migrantes permanecen a la espera de que algún país europeo les permita desembarcar.