La llamada de emergencia se produjo a las 2.53 de la madrugada: “Por favor, ayúdame hermano, por favor, por favor, por favor. Hemos caído al agua. Hay una familia”.
El hombre no identificado, que iba en una lancha neumática que se hundió, utilizó WhatsApp para ponerse en contacto con la ONG francesa Utopía 56, una organización de ayuda humanitaria que trabaja para dar apoyo a las personas migrantes en los centros de acogida del norte de Francia.
En la grabación de 22 segundos se oyen gritos de fondo, mientras el hombre explica: “Hola, hermano. Estamos en una embarcación y tenemos un problema. Por favor, ayúdanos. En la embarcación hay niños, una familia. Está entrando agua pero no tenemos nada para pararla, para sentirnos seguros. Por favor, ayúdame, por favor, por favor, por favor. Estamos en el agua. Hay una familia”.
El Utopia 56 dio la alarma a los guardacostas franceses a las 2.57 de la madrugada, ya que asumió que la embarcación se encontraba en aguas francesas. El Gobierno británico informó a las 3.05 horas. Ambos países colaboraron el miércoles en las labores de búsqueda y rescate frente a las costas de Kent, en Inglaterra. Los botes salvavidas del RNLI (Royal National Lifeboat Institution) salieron de Dover a las 3.07 horas, seguidos rápidamente por embarcaciones de Ramsgate y Hastings.
El rescate
El propietario de un barco pesquero ha relatado cómo su tripulación rescató a 31 personas de la lancha neumática. Ben Squire, propietario del Arcturus, ha explicado que su capitán, Ray Strachan, y su tripulación de seis hombres ayudaron en la operación de rescate: “Vimos la embarcación y la tripulación consiguió rescatar a 31 personas, todas con vida. Se podía ver la tragedia, el pánico de la gente en el agua y el ruido. Debió de ser abrumador para el capitán y la tripulación”.
“Las condiciones eran bastante duras. Creo que la lancha se rompió y, obviamente, algunas personas ya habían caído al agua. Hace bastante frío y eso afecta al cuerpo. Pero nuestra tripulación reaccionó de forma increíble. Conseguimos subir a 31 personas al pesquero”, cuenta.
“La tripulación los llevó a la ducha, con agua caliente para que entraran en calor, les dio ropa y les ofrecieron comida. Asombroso. Fue increíble lo que hicieron”, detalla.
Las primeras informaciones apuntan a que los supervivientes tienen diversas nacionalidades, como suele ocurrir con quienes emprenden la desesperada travesía por el canal: Raymond, un capitán de pesca que participó en el rescate, dice que se trataba de personas de Afganistán, Irak, Senegal e India.
Cuatro muertos
Fuentes oficiales han confirmado que entre los rescatados hay afganos. Un hecho sorprendente es que ese grupo de personas estuvieran tan desesperadas como para emprender la peligrosa travesía de cinco horas en la hora más fría del día, a altas horas de la noche y con temperaturas bajo cero.
Pero no todos han sobrevivido. Al mediodía se confirmaron cuatro muertes. Dos murieron en tierra tras “una hora de intentos de reanimación”, según una fuente, y una tercera falleció tras ser ingresada en un hospital de Ashford.
En Dover una bolsa negra con el cuerpo de una cuarta víctima fue llevada a tierra en una camilla desde el bote salvavidas de la ONG especializada en rescates RNLI de Dover hacia las 11.15 horas. Se teme que haya más muertos, y Roger Gale, diputado de la zona, explicó después que algunos de los rescatados permanecían en observación en el hospital. Una persona está siendo atendida en el hospital William Harvey de Ashford, pero se espera que sea dada de alta.
Sin embargo, en esta ocasión se ha salvado un mayor número de personas que en el ahogamiento masivo ocurrido en el canal de la Mancha hace poco más de un año, cuando al menos 27 personas murieron ahogadas, cuatro están desaparecidas y solo dos fueron rescatadas.
Lecciones aprendidas
Voces expertas sugieren que, tras la información publicada sobre el hecho de que los guardacostas ingleses y franceses se pasaban la responsabilidad los unos a los otros, parece que se han aprendido lecciones en cuanto al tipo de respuesta de rescate, con el despliegue rápido de medios aéreos y marítimos para llegar al lugar de la catástrofe.
Matthew Schanck, experto independiente en búsqueda y salvamento marítimos, dice: “Parece que se han dedicado muchos recursos a este rescate, lo cual es alentador; parece que se han aprendido algunas lecciones de la tragedia del año pasado. Pero fue decepcionante oír que el primer ministro no mencionó en su discurso sobre las llegadas en patera la posibilidad de aumentar la capacidad de búsqueda y salvamento en el canal de la Mancha”.
“Las temperaturas del agua del mar en el canal de la Mancha rondan actualmente los 11 grados centígrados, lo que solo daría a un adulto sano y en forma un par de horas para sobrevivir antes de ser rescatado, a menos que no sepa nadar y no disponga de dispositivos de flotabilidad adecuados, en cuyo caso podría ser un par de minutos, especialmente si se combina con los efectos de la hipotermia”, sostiene.
Ha participado en este artículo Nick Irving
Traducción de Emma Reverter.