El Ayuntamiento de la localidad malagueña de Estepona ordenó retirar el pasado domingo “por contenido xenófobo” lo que se conoce como un “júa”, muñecos construidos por los vecinos en la playa a modo de burla que finalmente son quemados en la hoguera para celebrar la noche de San Juan.
La construcción representaba una patera con un grupo de migrantes en su intento de llegar a las costas españolas. Entre ellos se puede distinguir la figura de una mujer embarazada que sujeta un cartel en el que se puede leer: “Creo que roto agua [sic]. Por fin, en territorio español”. A su lado, uno de ellos dice: “Aguanta un poco cariño, que nos dan 2.500 euros por niño”. Otro de los carteles rezaba: “Muchas gracias España por acogernos”.
Según informa Diario Sur, los muñecos fueron retirados antes de medianoche después de que Izquierda Unida denunciara los hechos ante la Policía Local y lo pusieran en conocimiento del alcalde del municipio, José María García Urbano (PP). El PSOE y Podemos también se sumaron a la petición de su retirada. El Consistorio esteponero ha indicado en un comunicado que “no comparte esta actitud vecinal” y ha rechazado su contenido, que considera que contraviene “los valores y principios constitucionales”.
La imagen del 'júa' ha circulado en redes sociales desencadenando una lluvia de críticas de quienes denuncian su carácter racista. “De la misma forma que el blackface [pintarse la cara para representar a personas negras] en innumerables festejos, hay prácticas racistas que son concebidas para humillar, sea de manera consciente o inconsciente. Y este es un ejemplo perfecto de ello”, han defendido desde la organización Somos Migrantes en Twitter. “El humor es un vehículo seguro para expandir las mentiras racistas”, ha criticado el colectivo de mujeres afrodescendientes Afroféminas, que considera que la construcción “se ríe del drama de la migración”.
“Ayer, durante la celebración de las hogueras de San Juan, se permitió al grupo local 'Estepona en el alma' realizar este acto racista. Esto es la normalización del racismo social por parte de la institución”, ha dicho por su parte el activista antirracista Yeison García. “Vergonzoso. Asqueroso. El Ayuntamiento debe tomar medidas inmediatas para condenar y prevenir que este indignante acto de racismo vuelva a pasar”, ha defendido otra usuaria, Sarah Dickins.