El Centro de Gandalapenta de la Fundación Vicente Ferrer acoge a mujeres “migradas”, eufemismo con el que se protege la realidad de muchas menores que fueron víctimas de la trata
El Centro de Gandalapenta de la Fundación Vicente Ferrer acoge a mujeres “migradas”, eufemismo con el que se protege la realidad de muchas menores que fueron víctimas de la trata