Los 'youtubers' se cuelan en los institutos para desactivar el machismo y el racismo en redes sociales

Son las 12 de la mañana de un miércoles cualquiera en el instituto público de un barrio al oeste de Madrid. Tras el recreo, una veintena de alumnos de 15 a 18 años debate en grupos cómo se muestran en sus redes sociales: qué imagen quieren dar, qué sentimientos prefieren ocultar, qué percepción de ellos tienen sus seguidores. Algunos comparten en voz alta sus experiencias, otros prefieren no hacerlo.

Julia, educadora, lanza una reflexión al aire: “Hay cosas que en el mundo físico tenemos muy claras, pero en el mundo virtual se nos escapan. Todos actuaríamos en una agresión machista o racista en el metro. En cambio, en Internet nos cuesta más. A veces incluso damos a 'me gusta' a estos comentarios o pensamos que nuestro clic no tiene importancia. ¿Por qué?”.

Entonces llega el intercambio de miradas, el silencio tímido. “Porque en las redes no te ven, no te afecta tanto la reacción de los demás”, responde una de las alumnas que han participado en los talleres de Somos Más, una iniciativa para prevenir el discurso del odio y la radicalización. Desde septiembre, 230 centros educativos de toda España han acogido este proyecto impulsado por diversas entidades sociales junto a YouTube y varios ministerios. En él también ha colaborado un grupo de 'youtubers' que trata de desterrar prejuicios con sus vídeos.

“En Internet es donde más se nos ataca”

Mohamed, Iris, Calixto y Nuria tienen varias cosas en común. Los cuatro son activos en las redes sociales. Todos han sido alguna vez blanco o han presenciado actitudes xenófobas, homófobas o racistas. Los cuatro piensan que los más jóvenes tienen mucho que decir a la hora de hacerles frente.

“Somos los que más usamos las redes sociales y desde allí es donde más se nos ataca. Tienes que hablar con tus padres, con los profesores... pedir ayuda y no dejarlo pasar. Tanto si lo sufres, como si lo ves. Porque si no haces nada, ayudas a quienes acosan”, opina Mohamed.

Aquí se le pone apellido al bullying. Es acoso, pero a menudo, reiteran, también es racismo, machismo o LGTBIfobia. Además, se habla de la discriminación más cotidiana y los sentimientos que despierta en una etapa clave como la adolescencia. “En el metro, por ejemplo, hay quienes no se quieren sentar a tu lado por ser, digamos... diferente. A veces no le doy importancia, pero hay amigos que me lo han contado y me he sentido mal. Te sientes menos, sientes que estás apartado”, explica el estudiante. “Sientes que tienes la culpa”, agrega Iris.

Según un informe reciente de UNICEF, los niños de la comunidad gitana, migrantes y del colectivo LGTBI son los que sufren con más frecuencia el ciberacoso y el discurso de odio en Internet. “Los adolescentes están viviendo ya la discriminación, pero nadie les ha explicado cómo relacionarse en las redes porque los adultos somos desconocedores. Han llegado antes que nosotros y para ellos es el 50% de sus relaciones. Te dicen: 'Muchas veces das a 'me gusta' para que no te marquen como diferente”, explica Eva Martínez, responsable de UGT, uno de los colectivos que participan en el proyecto.

El primer paso, dicen, es identificarlo más allá de las agresiones y los insultos más evidentes, y para ello utilizan dinámicas y juegos de rol. “¿Qué herramientas les damos más allá del 'denuncia'? Les pones la responsabilidad de que sean más valientes que los adultos. Tampoco les damos claves para sobreponerse. Hay que trabajar la autoestima, tan importante a esta edad”, recalca.

Los talleres se han desarrollado, sobre todo, en centros educativos con una alta diversidad cultural, según los organizadores. “La primera causa de discriminación es la clase social y los chicos ya tienen un discurso sobre cómo esto va afectar a sus oportunidades”, apunta Martínez.

“Hemos observado que las chicas, cada vez que se identifican como feministas, están siendo muy agredidas. Ha habido un retroceso. También, hay un discurso mucho más tolerante con la diversidad sexual que con la religión, por ejemplo”, señala.

“Las redes pueden ser un espacio de empoderamiento”

Además de enseñarles herramientas para denunciar estos contenidos discriminatorios a las plataformas, la idea principal, dicen, es que ellos sean los protagonistas. Así, se busca que los alumnos elaboren un código ético para el uso responsable de las redes y usen Internet para dar la vuelta a estos discursos con mensajes alternativos que promuevan la tolerancia y el respeto.

“Las redes pueden ser una herramienta positiva y, para estos chavales víctimas del odio, pueden ser un espacio de militancia, de empoderamiento, de identidad”, insiste Martínez. “Hay que generar identidades positivas, por ejemplo desde el feminismo. ¿Cuántas veces hemos oído eso de que 'el feminismo me salvó la vida'? Para que la escuela sea inclusiva de verdad no solo tiene que dar contenidos, tiene que trabajar esto, el derecho a ser diferentes. La diversidad brilla por su ausencia en algunas asignaturas”, prosigue.

Por esta razón, han recurrido a figuras que son referentes para ellos, los 'youtubers', que han acudido a algunas de las sesiones en los centros. Es el caso de Ramia o La Familia TV, muy activos en la lucha contra la islamofobia. En Barcelona, los alumnos también recibieron la visita de Miss Black Glamour, que usa su canal de Youtube para dar consejos de belleza a chicas negras y reflexiona sobre lo que supone ser una mujer afrodescendiente en España, lo que también la ha convertido en foco de numerosos comentarios racistas.

“Me asombró la madurez y la mente tan abierta de muchos de estos jóvenes. A veces pecamos en subestimarles y nada más lejos de la realidad”, recuerda. “La solución para neutralizar el discurso del odio en las redes es que haya una mayor visibilidad y normalización. Es importante que ellos sean los protagonistas. No es lo mismo recibir este mensaje de tolerancia y respeto de parte de una autoridad, que de parte de un compañero, amigo o ídolo. El impacto no tiene nada que ver”, opina la joven.

Algunos estudiantes de este instituto madrileño ya preparan vídeos para concienciar sobre el discurso del odio en Internet. En ellos volcarán algunas de sus reflexiones de estos días. “Antes había comentarios que me hacían gracia, ahora me lo voy a pensar antes de darle a 'me gusta”, asegura Mohamed. “El 8 de marzo leí: '¿Y ahora quién limpia los desastres del Día de la Mujer?' En ese momento me reí, pero ahora pienso en cómo le sentará a una mujer”.