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La Unión Europea obliga a etiquetar los productos de los territorios ocupados por Israel

La Comisión Europea ha aprobado este miércoles una directriz que obliga a los estados miembros a especificar la procedencia en las etiquetas de los productos elaborados en los territorios ocupados por Israel y a eliminar, por tanto, el 'Made in Israel' de sus envases y etiquetas. La medida ha sido retrasada durante años por las reticencias israelíes y la poca disposición de algunos gobiernos europeos para dar ese paso. 

La decisión de Bruselas se refiere a los bienes producidos en las zonas ocupadas desde 1967, que incluyen Cisjordania, Jerusalén Este y el Golán. Dicha ocupación viola la ley internacional y ha sido condenada en repetidas ocasiones por Naciones Unidas.

Para estas zonas, ya no se podrá encontrar productos que adjudiquen la procedencia a Israel, ya que no se trata de territorio israelí, a pesar de estar ocupado militarmente. Las indicaciones sobre el origen deberán especificar que proceden de “asentamientos israelíes”, indica la disposición, además de la zona geográfica en la que fue elaborado: por ejemplo, “producto del Golán (asentamiento israelí)”.

Para las zonas palestinas en las que no hay asentamientos de israelíes, como la Franja de Gaza, la denominación de origen indicará que se trata de un “producto de Gaza” o “producto de Palestina”, aunque esta mención no supone un reconocimiento del estado de Palestina, indica la Comisión en un pie de página.

La decisión de Bruselas no tiene por objetivo “obstaculizar los flujos comerciales” entre los países miembros e Israel, reza el texto, pero sí cumplir con la ley internacional y las normas comunitarias sobre el etiquetado del origen de los productos.

En el primer punto de la directriz, la Unión Europea recuerda que no reconoce la soberanía israelí en los territorios ocupados desde 1967. Por ello, comercializar los productos originarios de estas zonas bajo la denominación de 'Made in Israel' “es considerado incorrecto y engañoso”.

Israel se enfada

Israel ha convocado al embajador de la Unión Europea (UE) en Tel Aviv, Lars Faaborg-Andersen, para pedirle explicaciones y reprocharle la aprobación de la directriz para el etiquetado, según ha indicado el portavoz de Exteriores Emmanuel Nahson.

El Ministerio de Exteriores aseguró en un comunicado que, a pesar de que la UE la presenta como una “medida técnica”, “no hay duda de que el principal propósito es ejercer presión política en Israel”.

El primer ministro Benjamín Netanyahu también ha respondido con dureza. “Estas medidas son discriminatorias por naturaleza. Es intolerable que Israel sea el único país individualizado para esta política, a pesar del hecho de que hay más de 200 territorios disputados en el mundo”, añade el escrito, el cual asegura que la legislación ha sido promovida por “organizaciones anti-israelíes”.

Netanyahu ha afirmado también que “la UE debería avergonzarse de sí misma”. 

Las organizaciones palestinas celebran la medida

Miembros de la sociedad civil y figuras políticas palestinas han alabado la directriz aprobada por la Comisión Europea. Apreciamos esta medida y vemos que es el paso en la dirección correcta que había que tomar”, ha declarado el miembro del Comité Ejecutivo de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) Yaser Abed Rabo, que fue su secretario general hasta este año.

El alto funcionario palestino subrayó: “No podemos continuar soportando la política de Israel de seguir construyendo en los asentamientos y bloqueando una solución política sin que reciba castigo alguno por su violación del derecho internacional”. Y remarcó que la directriz comunitaria “es lo mínimo que se podía hacer”.

Por su parte, líderes de la sociedad civil palestina han apoyado igualmente la medida, que será de obligado cumplimiento en todos los países comunitarios.

Mahmud Nawajaa, coordinador general del Comité Nacional palestino del movimiento BDS, que promueve el boicot, la desinversión y sanciones a Israel, consideró que “es un signo positivo que los gobiernos europeos reaccionen a su opinión pública y las campañas de la sociedad civil y a la intransigencia israelí”.