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ENTREVISTA | Irina Gordienko

“La comunidad LGTB no denuncia judicialmente la violencia que sufre en Chechenia porque está aterrorizada”

Irina Gordienko es periodista del diario ruso independiente Novaya Gazeta. El 4 abril, tres días después de que su colega Elena Milashina publicara el primer artículo sobre el arresto y la tortura masiva de integrantes de la comunidad LGBT en la República rusa de Chechenia, recibió mensajes de víctimas y conocidos de ellas que le revelaron las detenciones, torturas, y humillaciones que habían sufrido a manos de las fuerzas de seguridad de esta región caucásica.

A partir de esos contactos, logró reunir información para precisar las condiciones en que sobrevive la comunidad LGBT en Chechenia, y porqué se aterrorizan cuando les sugieren la posibilidad de declarar ante un tribunal.

Su información permitió ampliar la denuncia periodística y las posibilidades de que se inicie una investigación judicial. El propio Vladímir Putin apareció en el principal canal de televisión de Rusia refiriéndose a la denuncia, dos temas (los derechos gays y Chechenia) que son prácticamente un tabú en la sociedad rusa. Con su consentimiento, el Defensor del Pueblo prometió investigar la denuncia.

Mientras tanto, las autoridades religiosas y políticas de Chechenia acusaron a la redacción de Novaya Gazeta de ser “traficantes de odio” y aseguraron que les darían un “castigo” sin límites. Aunque no es la primera vez que sufren intimidaciones, en esta oportunidad, se trata de la más seria que recibieron. La amenaza de clérigos y altos cargos del Gobierno partió de una reunión en una mezquita de esta región caucásica, a la que asistieron unas 15.000 personas, y que se transmitió por televisión.

Días atrás el Ministro de Asuntos Internos de Chechenia dijo que no se encontraron pruebas objetivas respecto a la denuncia sobre detenciones masivas, torturas y muertes de gays en Chechenia. ¿Cree que se podrá apelar esta resolución?

No hay forma de confiar en el gobierno de Chechenia, en su Comité de Investigación y en sus fuerzas de seguridad porque ellos lo hicieron, entonces qué van a investigar. En nuestro primer artículo dijimos que conocíamos gente que había sido torturada hasta la muerte, pero nunca los nombramos. Solo los nombramos ante la persona encargada del Comité Nacional de Investigación. Pero públicamente nunca lo hicimos para proteger a sus familiares. 

Nosotros teníamos tres, quizá cuatro nombres, y había varios otros de los que no estábamos seguros. Sobre uno de ellos, sabíamos que había sido detenido y torturado, pero luego desapareció y no pudimos encontrarlo. Sus familiares primero dijeron que estaba en un hospital en San Petersburgo, luego que estaba en un hospital en Europa. Y de repente, él apareció en su casa, en un pueblo en Chechenia. 

Entonces, Kadírov fue personalmente a su casa, y las autoridades chechenas dijeron que la prensa había mentido sobre la detención, tortura y muerte de esta persona, que en realidad estaba en su hogar, sana y salva. Sin embargo, nosotros nunca dijimos su nombre. Entonces, ¿cómo es que supieron que en nuestro artículo hablábamos de esta persona?

Después supimos que este hombre fue arrestado en un sótano de una estación policial en Grozni. Nadie sabía dónde estaba, y por eso las personas que lo conocían pensaban que estaba muerto.

Cuando esta campaña contra los gays en Chechenia se hizo pública, lo dejaron en libertad y lo llevaron a su casa. Cuando Kadírov estuvo allí, esta persona dijo, “los rumores sobre mi muerte fueron un poco exagerados”. Eso es ridículo. Esto muestra la situación de pánico en la que se encuentran las personas para denunciar públicamente lo que les sucede.

Entonces, ¿la única opción de que se juzgue a los culpables es que el Comité Nacional de Investigación ruso se decida a investigar?

Después de que publicáramos varios artículos, el Comité Nacional de Investigación empezó una pesquisa, que es el paso previo para abrir una investigación oficial. La persona encargada del Comité de Investigación de Rusia ha comenzado a analizar los hechos y nos entrevistó a mí y a Elena (Milashina), y brindamos toda la información que teníamos, por supuesto, obviando datos personales. 

Esta persona del Comité Nacional de Investigación trabajó en el Comité de Investigación del Cáucaso durante más de 10 años y sabe bien cómo trabajar en Chechenia.  Ahora se encuentra allí, interrogando a las fuerzas de seguridad, a funcionarios policiales, políticos, y religiosos. Es por eso que las autoridades de Chechenia están declarando públicamente que investigaron la denuncia y que no encontraron nada. Están en pánico y no saben qué hacer porque no esperaban esa reacción. Igual que nosotros no la esperábamos. 

Llevamos años escribiendo sobre las torturas y los asesinatos en el Cáucaso, y nunca sucedió nada. No sé si es que la gente se cansó de toda la situación con Chechenia, porque es un agujero negro, donde no hay justicia, ni leyes. Entonces, de pronto, precisamente porque es este tema de la comunidad LGTB, sucedió una explosión. De todas partes del mundo empezaron a fijarse en lo que sucedía en Chechenia. Fue una sorpresa.

Activistas LGBT que ayudaron a algunas víctimas de esta persecución a escapar del Cáucaso, creen que esta vez habrá una investigación oficial porque las autoridades temen manifestaciones en la calle. ¿Está de acuerdo?

Esperamos que así sea. Pero una investigación oficial solo puede empezar con una condición. Si una de las personas detenidas y torturadas realiza una denuncia en la justicia. Sin víctimas que lo denuncien judicialmente, no habrá investigación. Nosotros (Novaya Gazeta) y la ONG LGBT Rusia, estamos trabajando para persuadir a estas personas de que presenten la denuncia jurídicamente, asegurándoles que en caso de que lo hagan, recibirán protección del Estado para ellos y sus familias.

¿El Estado ruso se encargaría de protegerlos?

Es muy sorprendente, pero la institución rusa que se encarga de esta materia es muy buena. Tenemos experiencias previas con gente de Chechenia que acordó presentarse como testigo de torturas realizadas por las fuerzas de Kadírov. Y ahora, por ejemplo, una de esas personas, junto a toda su familia, tiene otra identidad, otro pasaporte, y está viviendo legalmente en Europa. 

¿Cómo logró contactar con las víctimas? ¿Por qué tienen tanto miedo de denunciar los abusos?

Elena publicó su primer artículo el 1 de abril, y después, el 4 de abril, gente de Chechenia que reside en Europa me escribió diciéndome que toda la información publicada era cierta, y yo les dije que necesitaba testigos que confirmaran lo que me estaban diciendo. Entonces me dieron teléfonos de dos personas chechenas en Europa, a las que llamé, y una de ellas me dijo que era gay y que había dejado Chechenia en enero, y me dio el teléfono de una persona en Rusia con la que podía hablar.

Le llamé y me reuní con él unas tres horas. Esta persona me contó que era bisexual y que tenía esposa, hijos y un negocio muy exitoso. Me dijo que no participaba de ninguna fiesta o reunión LGTB, ni en Chechenia ni en otro lugar. En principio, no podría decir precisamente que era gay. Esto sucede porque en la sociedad chechena, cuando tienes 25 años, te empiezan a preguntar por qué no tienes mujer, por qué no tienes hijos... Entonces, puedes tenerlos solo para cumplir.

Esta persona me contó que estuvo detenida dos semanas, y que fue humillada y torturada. Tras ello, pensó en quedarse en Chechenia, pero unas semanas después una persona lo llamó, y entendió que la policía estaba vigilándolo, y decidió irse con su familia.

Cuando le pregunté a qué tenía miedo, dijo que temía más por su familia que por él mismo. Y es lo que sucede en la mayoría de los casos.

En Chechenia, una familia es un clan, que consiste en 10 familias. Si una persona del clan dice que es gay, será condenado públicamente junto a estas 10 familias. Sus integrantes serán deshonrados, despedidos de sus empleos y no podrán conseguir otros. Las mujeres no podrán casarse. Es una sociedad muy conservadora, y una persona que es excluida de la sociedad tras esta deshonra, puede ser escupida, insultada, o incluso que le incendien su casa. Su única salida es irse de ahí, y a dónde vas a ir, cómo vas a vivir.

¿Conoció algún caso donde la familia haya actuado contra un familiar gay para evitar esta supuesta “deshonra”?

Conocí la historia de una persona en un pueblo de Chechenia que todos sabían que era gay. Un hombre que tenía unos 50 años, que vivía por sus propios medios y que era muy discreta. Después de que comenzara esta detención masiva, él fue detenido, torturado y luego liberado. Tras su liberación, las fuerzas de seguridad convocaron a tres hombres de su familia, y los humillaron frente a otros familiares y policías. Después los forzaron a 'abdicar' de su relación familiar con esta persona gay. Entonces, los policías le dijeron que su clan estaba deshonrado y que podían hacer lo que quisieran con su familiar.

Posteriormente, el consejo de su pueblo le dijo a esta persona que las autoridades sabían que era gay, y que no podían poner en riesgo la honra de su clan, por lo tanto debía irse. 

Mucha gente en Chechenia no ha salido ni siquiera de su pueblo, e ir a Grozni (la capital) es algo muy importante. Así que imagina lo trágico que es para ellos irse a otra ciudad o, peor, a otro país.

Por su experiencia de haber trabajado en el Cáucaso y con lo que está sucediendo ahora con esta denuncia, ¿cree que habrá un impacto político en Chechenia?

Creo que sí, que está sucediendo ahora mismo. Después de las informaciones, hubo una mala reacción de las autoridades: esto es una “provocación”, son “mentiras”, “no hay testigos”. Incluso el Defensor del Pueblo dijo que era una “provocación”. Pero luego nos comunicamos con algunos funcionarios, y les explicamos que muchas víctimas no quieren hacer la denuncia judicial porque están asustados no solo por ellos, sino por sus familias.

Posteriormente hubo una reunión en el Kremlin, entre Putin y Kadírov. Supuestamente era una reunión para hablar de asuntos sociales y económicos, pero creo, personalmente, que la principal razón por la que el presidente convocó a Kadírov fue por las denuncias sobre la represión a la comunidad LGTB, y a raíz de la presión internacional. El Kremlin estaba en shock con esta reacción en Europa y otros países. 

Tratamos de informar a Putin de la situación real, y luego, el Defensor del Pueblo, en esta reunión, habló de formar un grupo especial para investigar esta denuncia.

Putin prometió esto, y fue transmitido en el canal de televisión Rusia 1 (el principal canal ruso). Eso podrían haberlo dejado sin problemas fuera de cámara, pero fue como una señal para los países de Occidente de que Putin está al tanto de la situación, y está comprometido a investigarlo. Eso no significa que realmente vaya a suceder algo pero toda esta situación, que Putin esté hablando en el canal Rusia 1, sobre personas gays, sobre Chechenia, y que prometa alguna investigación, esto es increíble.

Por eso creo que esto ya tiene un impacto muy negativo en Kadírov. Tendrá consecuencias, pero dudo que podamos verlas públicamente. 

Sabemos cómo fue la reacción en Chechenia, y también la reacción internacional. Pero ¿cuál fue la reacción en las grandes ciudades rusas?

Es difícil decirlo porque Rusia es un país muy conservador. La gente tiene una actitud muy escéptica hacia temas que involucran a la comunidad LGTB. Las personas que están interesadas en asuntos sociales y políticos, y que saben lo que está sucediendo en Chechenia, saben que no es solo sobre LGTB, sino sobre defender los derechos humanos en general. En Chechenia hay muchas cárceles secretas, en donde integrantes de diversos grupos sociales son arrestados. Pero la otra gente, que no está interesada en asuntos sociales y políticos, realmente no les importa. No leen los diarios, ni investigan en internet.

Por otra parte, lo que sucedió con LGTB Rusia, la ONG que lanzó una línea telefónica (para que víctimas de esta comunidad soliciten ayuda) es de una magnitud enorme, por la cantidad de llamadas que recibieron desde el Cáucaso desde que publicamos los artículos.

Una de las personas que fue arrestada decía en su testimonio que antes que matarlos, por los menos podrían llevarlos a un hospital. Es decir, consideran que su orientación sexual es una enfermedad.

Esa es una opinión muy extendida entre gente con falta de educación. Otro tema es que en el Cáucaso, hay un descreimiento total con la institución psiquiátrica, si vas al psicólogo es porque tienes un problema mental grave, y no puedes encargarte de tu mujer. 

¿Esto pasa solo en Chechenia o en grandes ciudades rusas también?

No, también sucede en grandes ciudades rusas, incluso en Moscú. Aquí, por ejemplo, cuando los familiares, especialmente los padres, descubren que su hijo es gay lo fuerzan a ser internado en una clínica psiquiátrica. De todas formas, aquí hay muchas fuentes de información para entender que no se trata de una enfermedad. Pero en ciudades pequeñas, la gente realmente lo cree así.

Todos los trabajadores de Novaya Gazeta fueron amenazados por clérigos chechenos, el gobierno de esa región y una multitud de ciudadanos de Chechenia que se reunió el 13 de abril en una mezquita. ¿Tienen miedo?

Ya fuimos amenazados muchas veces, aunque esta vez fue más intenso. Incluso antes de esta reunión de los clérigos, Kadírov dijo que los periodistas de Novaya Gazeta debíamos ponernos de rodillas y pedir perdón a él y a la nación chechena. Creo que es demasiado ambicioso, ridículo, y le deseo suerte... Creo que la persona debe estar preocupada si escribe mentiras, pero estoy tranquila porque lo que escribimos es cierto, está respaldado por los hechos. 

En Occidente muchos medios y personas ponen en cuestión que exista libertad de prensa en Rusia. ¿Qué diría al respecto?

No sé si hay libertad de prensa o no, o si tenemos alguna libertad de prensa, pero estamos realmente trabajando, y estamos escribiendo sobre lo que opinamos, investigando asuntos inconvenientes, y logramos publicarlos. Es realmente muy, muy difícil, y debo decir que nuestro director, Dimitri Moratov es un héroe de nuestros días porque soporta una enorme presión, y hace enormes esfuerzos diplomáticos para que no se cierre el periódico y no dejar que algunas autoridades, que son nuestros enemigos, logren cerrarlo.