Los trabajadores migrantes -guardias de seguridad, el personal de limpieza y el de hostelería- de la Expo 2020 de Dubái en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) trabajan en condiciones abusivas, que podrían equivaler a trabajo forzoso, según ha documentado un grupo de derechos humanos.
Los empleados en la Exposición Universal de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que se está celebrando con retraso a causa de la pandemia de COVID-19, alegan que se les ha obligado a pagar tasas de contratación ilegales, han sufrido discriminación racial y se les ha retenido el salario y confiscado el pasaporte, según un informe de Equidem, una organización sin ánimo de lucro que defiende los derechos de los trabajadores.
Conocida como “el mayor espectáculo del mundo”, la La Expo 2020, alberga 192 pabellones nacionales en los que se muestran las últimas ideas en materia de tecnología y sostenibilidad. Los organizadores esperan recibir 25 millones de visitas a lo largo de la feria, que se inauguró en octubre de 2021 y se prolongará hasta marzo de 2022. El evento ha atraído a grandes empresas patrocinadoras, a estrellas mundiales como will.i.am y a influencers. A los visitantes se les ha prometido que estará presente “la próxima generación de genialidad humana”.
Sin embargo, el informe de Equidem pone de relieve la “importante desconexión entre la ambición declarada por los EAU de ser un país moderno e internacional y la cruda realidad a la que se enfrentan los trabajadores inmigrantes, que son blanco de discriminación racial y de prácticas de trabajo forzoso”.
La investigación afirma que la supuesta falta de protección de los trabajadores migrantes por parte de los EAU daña la reputación de los países y las empresas que participan en el evento. En este sentido, el director de Equidem, Mustafa Qadri, afirma que “toda la comunidad internacional es cómplice de la explotación en la Expo, es escandaloso”.
Tasas de contratación y pasaportes confiscados
Los trabajadores migrantes, predominantemente del subcontinente indio y de distintos países de África, constituyen más del 90% de la fuerza laboral del sector privado de los EAU. Más de la mitad de los 69 trabajadores entrevistados para el informe afirmaron haber pagado tasas de contratación en sus propios países para conseguir el empleo.
Muchos dijeron que sus empleadores estaban al tanto de esto, pero no intervinieron ni reembolsaron los honorarios. Esta práctica, ilegal en los EAU, suele dejar a los trabajadores con grandes deudas.
Dos tercios de los empleados migrantes entrevistados afirmaron que sus salarios u otras prestaciones no siempre se pagaban a tiempo o en su totalidad, lo que dejaba a algunos con dificultades para poder comer o enviar dinero a sus familias. “Me prometieron un aumento de sueldo después del periodo de prueba, algo que no ha ocurrido hasta la fecha... Nunca he recibido el pago de horas extra de mi empleador... Nos tratan como esclavos, me refiero a esclavitud moderna”, dice un trabajador del sector de la hostelería.
Prácticamente todos han declarado que sus pasaportes están en manos de sus empleadores. Aunque la mayoría afirma que puede recuperarlos si lo solicita, esta práctica es ilegal y puede ser utilizada por algunas empresas para controlarlos.
Un trabajador comenta que su empleador se quedó con su pasaporte, a pesar de las instrucciones de la dirección de Expo de devolver los documentos de los trabajadores: “La empresa nos hizo firmar un papel diciendo que habíamos recibido nuestro pasaporte. En realidad, sigue en la oficina del campamento donde nos hospedamos”.
Aunque había algunas pruebas de que las condiciones de trabajo en la Expo eran, en general, mejores que en otros lugares de los EAU, los hallazgos revelan supuestamente múltiples infracciones de la legislación laboral de los Emiratos, así como de las normas más estrictas de bienestar de los trabajadores introducidas para proteger los derechos de los empleados en la construcción de los recintos y en la prestación de servicios de seguridad y hostelería.
Meses de advertencias
Las autoridades de los EAU y los países participantes han recibido reiteradas advertencias sobre el riesgo de que la Expo incurra en prácticas abusivas. En vísperas de su inauguración oficial, en septiembre de 2021, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que pedía a las empresas internacionales que patrocinaban el evento que se retiraran y un boicot por parte de los Estados miembros, citando abusos de los derechos humanos en los EAU, incluida la detención del activista Ahmed Mansoor y el abuso “generalizado” de los trabajadores inmigrantes.
El Parlamento árabe rechazó las acusaciones. En un comunicado afirmó que: “EAU es uno de los países líderes en materia de derechos humanos”. En octubre, Human Rights Watch describió la Expo como una oportunidad “para que EAU se presente falsamente en la escena mundial como un país abierto, tolerante y respetuoso con los derechos de la población, mientras limita el espacio para la participación política, el discurso público y el activismo”. La ONG instó a los gobiernos y a las empresas a que “eviten contribuir a los esfuerzos de las autoridades de EAU por encubrir sus abusos”.
Las autoridades de EAU y la Expo 2020 no han contestado a las preguntas de The Guardian. En la página web de la Expo 2020 se afirma: “Estamos comprometidos con la salud, la seguridad, el bienestar y la dignidad de todos los trabajadores”. Asegura que los estándares de bienestar de los empleados se controlan mediante inspecciones periódicas de las condiciones de trabajo y alojamiento.