El 12 de octubre es el día en que las carabelas de Cristobal Colón avistaron tierra americana en 1492. Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XX cuando esta fecha comenzó a destacarse en el calendario. Fue rescatada por un antiguo alcalde de Madrid y entonces presidente de la Unión Iberoamericana, Faustino Rodríguez San Pedro, que trató de instaurarla como celebración nacional en España y en los países latinoamericanos.
La bautizó como 'Día de la Raza' en un intento de que sirviera, dijo en 1913, “para exteriorizar la intimidad espiritual existente entre la Nación descubridora y civilizadora y las formadas en el suelo americano”. Un título que, para Pablo Contreras, sociólogo chileno experto en asuntos latinoamericanos, buscaba centrar el relato en la “proyección identitaria de España sobre América, su misión civilizadora y su legado”.
Tras algún intento en la Segunda República, no fue hasta casi los años sesenta cuando la dictadura modificó su nombre a Día de la Hispanidad. “Es anhelo tradicional del pueblo español el ver anual y solemnemente conmemorado el aniversario del descubrimiento de América. Ninguna otra hazaña alcanza tanta grandeza”, reza el decreto del franquismo fechado el 10 de enero de 1958. En 1981, ya en democracia, el Gobierno de Calvo-Sotelo ratificó este título pero en 1987, durante el gobierno de Felipe González, una ley establecía el 12 de octubre como el día de la Fiesta Nacional de España.
En Latinoamérica, sin embargo, el 'Día de la Raza' –en algunos casos también Día de Cristóbal Colón (en EEUU)– se mantuvo hasta entrado el nuevo siglo. En la oleada de Gobiernos de izquierda, con el ascenso de Evo Morales, el primer presidente indígena de Bolivia como máxima expresión, se generalizó el cuestionamiento desde el poder al nombre de esta celebración.
Así, para algunas comunidades y corrientes políticas, el 12 de octubre se resignificó a favor de los que sobrevivieron a la conquista iniciada aquel día. “Fue un intento de descolonizar el lenguaje”, opina Fiore Longo, experta en América Latina de Survival International, organización que apoya las comunidades indígenas en todo el planeta.
Para Erika Ñanco, activista chilena mapuche –pueblo que abarcaba los territorios del sur de Chile y de Argentina, cuyos guerreros resistieron a la invasión en la región de la Araucanía–, con estos cambios en la festividad del 12 de octubre, se pasó de una celebración a una conmemoración “del encuentro trágico que supuso para los pueblos indígenas, a los que despojaron de sus tierras, esclavizaron y asesinaron”.
De Argentina a Nicaragua
En Argentina, Cristina Fernández de Kirchner cambió el 'Día de la Raza' por el 'Día del Respeto por la Diversidad Cultural'. Rafael Correa decretó que en Ecuador pasara a llamarse 'Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad'. Los gobiernos de Daniel Ortega de Nicaragua y Hugo Chávez, en Venezuela, lo denominaron 'Día de la Resistencia Indígena', y Morales en Bolivia lo renombró como 'Día de la Descolonización'. En Perú celebran el 'Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural'.
Costa Rica ya pasó en 1994 a conmemorar el 12 de octubre como 'Día de las Culturas', “haciendo alusión a su composición social y cultural multiétnica” del país, explica Contreras. En Chile, una ley del año 2000 lo modificó al 'Día de Encuentro de Dos Mundos'.
Sin embargo, no toda Latinoamérica se ha sumado a este cambio. Colombia, Panamá o El Salvador mantienen la denominación del 'Día de la raza' y en Estados Unidos se sigue celebrando el 'Día de Colón' [Columbus day] cada segundo lunes de octubre, aunque decenas de estados y ciudades están eliminando esta celebración y reemplazándola por denominaciones que homenajean a los pueblos nativos.
Por su parte, Brasil sí celebra el 12 de octubre su fiesta nacional pero bajo el nombre de Día de Nuestra Señora Aparecida, patrona del país, o Día del Niño. Es el único país en Latinoamérica que celebra una fiesta religiosa en esta fecha, que no tiene nada que ver con la llegada de Colón. “La colonización dejó grandes heridas en la población indígena, que si no se convertía a su religión, sería asesinada por los portugueses”, explica Robson Delgado, indígena brasileño del grupo étnico Baré.
“Aquel sistema se sigue reproduciendo”
“Reivindicamos esta fecha como una conmemoración de lucha”, insiste la activista Erika Ñanco. “Si bien nos opusimos a la colonización española también luego tuvimos que seguir luchando contra el Estado chileno, que se instaló de manera violenta en nuestros territorios”, prosigue.
Longo, por su parte, defiende que los mismos gobiernos latinoamericanos que han buscado esas fórmulas para resignificar el 12 de octubre no están protegiendo ni garantizando la supervivencia de las comunidades indígenas. “No se trata de ahondar en lo que pasó hace 500 años, sino de reflexionar sobre por qué aquel sistema se sigue perpetuando y se sigue reproduciendo”, señala.
La colonización, esgrime Contreras, persiste en el lenguaje, en las relaciones sociales, en las jerarquías y subordinaciones que controlan el continente y que se rigen por cierta “pigmentocracia” [estratificación social fundamentada en el color de piel], por el eurocentrismo… cosas que “parecen abstracciones, pero las padecen cotidianamente las personas”, dice el experto.
La experta de Survival International subraya que la celebración del 12 de octubre “se presta a la misma retórica de ganar una guerra y de perpetuar, como hace España llamándolo Día de la Hispanidad, este modelo de orgullo negando lo que pasó en la realidad”. Añade que sería “impensable” que antiguos imperios como el británico o el dominio francés celebraran, dice, “un día de la colonización”.