La Guardia Civil devuelve en caliente a un migrante tras más de 30 horas subido a la valla de Ceuta
Un joven de origen subsahariano ha estado cerca de 30 horas, un día y una noche completos, sentado sobre la valla de Ceuta. Aunque la Guardia Civil había colocado una grúa a los pies de la alambrada del lado español para que descendiese de forma segura, prefirió permanecer sobre un metal inestable a descender a suelo español, hasta que su cuerpo no aguantó más. Temía ser devuelto en caliente a Marruecos y no se equivocaba: cuando decidió hacer caso a los agentes, fue expulsado de forma inmediata, según han confirmado a eldiario.es fuentes de la Guardia Civil.
Después de 30 horas sobre una alambrada repleta de alambre de cuchillas, los agentes procedieron a devolver al joven subsahariano de forma automática. La Guardia Civil no activó a Cruz Roja para comprobar su estado de salud antes de efectuar su expulsión, según ha confirmado la institución humanitaria. Fuentes de la Delegación del Gobierno en Ceuta aseguran que el migrante “no estaba herido” porque, explican, “nunca se devuelve a una persona que no esté bien de salud”. Sin embargo, desconocen si personal autorizado ha comprobado su estado.
Cerca de las nueve de la mañana de este jueves, cuatro hombres de origen subsahariano intentaron saltar la valla de Ceuta con la intención de alcanzar la ciudad autónoma. Ante el despliegue de la Guardia Civil los jóvenes optaron por permanecer durante horas sobre la alambrada, la última posibilidad a la que se aferran para permanecer en España desde que el Instituto Armado empezó a devolver de forma automática y sin esconderse a todo aquel que tratase de sortear la frontera, aunque hubiese logrado pisar suelo español.
Las tres personas permanecieron durante todo el día en lo alto de la valla hasta que tres de ellos decidieron descender, como ha adelantado el medio local Ceutaldía.com. Según ha confirmado a eldiario.es la Delegación del Gobierno en Ceuta, la Guardia Civil devolvió a los migrantes de forma automática desde la zona de entrevallas, sin permitir en aplicación del “rechazo en frontera”, la figura regulada en marzo del año pasado a la que se aferra el Ejecutivo Español para, en la práctica, expulsar en caliente a todos aquellos que intenten saltar las vallas de Ceuta y Melilla. Las mismas fuentes añaden que “aunque hubiesen accedido por la valla más cercana a España también se hubiese activado el mismo 'protocolo”.
Las devoluciones sistemáticas aumentan el miedo de aquellos que intentan saltar la alambrada. El joven que estuvo más de 30 horas sobre la valla ceutí había visto como tres de sus compañeros fueron retornados a Marruecos. Él no quería ser el próximo y permanecía allí, solo, con varios agentes a sus pies intentando convencerle para que descendiese por la grúa que ellos mismos habían colocado a su lado. Él desconfíaba.
“Hemos hablado con los compañeros que estaban en el monte y nos cuentan que no quiere bajar porque no se fiaba. Dicen que aunque estuviese Cruz Roja, la Guardia Civil podía devolverles. Dicen que ahora nadie se fía...”, explica Helena Maleno, portavoz de la ONG Caminando Fronteras. “Un chico nos llegó a decir que, para que se fiasen, tendría que ir la Policía para tramitar el proceso administrativo”, añade la defensora de derechos humanos. Es decir, pedían la aplicación de la Ley de Extranjería que ampara un proceso de expulsión con garantías como asistencia letrada y acceso al asilo.
La Delegación del Gobierno asegura que se comprobó “el buen estado de salud” de tres personas devueltas en un primer momento. Sin embargo, la Cruz Roja no estaba presente en la zona en el momento de la devolución ya que, aunque había sido avisada, se había ido de la zona horas antes debido ante la negativa de los migrantes de descender de la alambrada.
“¿Quién ha verificado si son menores? ¿Si han pedido asilo o si no tiene lesiones? Los que han bajado han sido devueltos. Han sido devueltos porque dicen que estaban bien. Es totalmente inhumano esperar a que se canse y devolverlo. Estan empujándoles a que se queden hasta que les pase algo. ¿A qué esperan? ¿A que esta persona se desmaye y se caiga de la valla?”, se pregunta Maleno. “Teniendo en cuenta las horas que lleva esta persona ya necesita atención médica: ha pasado la noche en la valla y lleva horas bajo el sol...”.
A principios de junio, una persona de origen gambiano que aseguraba tener la intención de solicitar asilo permaneció cerca de 15 horas sobre la valla de Ceuta. Desde lo alto de la alambrada, reconoció en conversación con eldierio.es que el miedo a ser devuelto a Marruecos le impedía descender de la alambrada a pesar de su agotamiento. “Es duro. Estoy muy cansado. Tremendamente cansado...”, decía Salif a eldiario.es. Finalmente, bajó y la Cruz Roja estimó que debía ser trasladado al hospital de la ciudad autónoma, adonde llegó con síntomas de deshidratación. Su débil estado de salud después de horas sobre la alambrada fue lo que le permitió quedarse en España.