Iglesias advierte a Interior que las devoluciones en caliente “no se pueden producir” porque “no respetan los derechos humanos”
El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ha advertido este lunes al Ministerio de Interior que las devoluciones en caliente “no se pueden producir” porque “no son respetuosas con los derechos humanos” y, por tanto, incumplen su acuerdo de Gobierno. Sus declaraciones, realizadas en Los Desayunos de TVE, llegan después de que el ministro del Interior, Grande-Marlaska, mantuviese estas prácticas durante la anterior legislatura y defendiese el aval del Tribunal de Estrasburgo la semana pasada.
“Este gobierno tiene una política sobre las migraciones que va a ser respetuosa con los derechos humanos. Es un consenso que las devoluciones en caliente no son respetuosas con las derechos humanos”, ha sostenido Pablo Iglesias. “Cualquier acción que vaya en contra de los derechos humanos y del acuerdo que tenemos no se puede producir”, ha zanjado el líder de Podemos a la pregunta de si continuará con las expulsiones inmediatas en la frontera.
El vicepresidente ha añadido que “ha escuchado” al ministro del Interior decir que las devoluciones en caliente “no son respetuosas con los derechos humanos”. No obstante, Grande-Marlaska ha mantenido estas prácticas en la pasada legislatura y la defensa de estas prácticas por parte del Gobierno de Pedro Sánchez llegaron hasta el Tribunal de Estrasburgo. Tras la sentencia de la Corte europea, que avaló las expulsiones inmediatas, el titular de Interior señaló que el fallo manifestaba que “la violencia [efectuada supuestamente en el salto de la valla] era un límite a los derechos fundamentales” de los migrantes.
Las primeras tensiones del Gobierno de coalición surgieron a partir de la sentencia del 13 de febrero del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que avalaba las devoluciones en caliente. Tanto PSOE como Unidas Podemos tenían el firme compromiso de acabar con esa práctica, aunque el Gobierno de Sánchez la mantuvo durante su mandato.
El fallo de Estrasburgo fue analizado 24 horas después al máximo nivel en una reunión en la que, entre otros, participaron Sánchez e Iglesias. El primer argumentario del Ejecutivo, difundido entre diferentes sectores del Gobierno desde la mañana del pasado viernes 14 de febrero, interpretaba la resolución europea como un respaldo al “gran trabajo de la Guardia Civil en la frontera”. Esta respuesta oficial, cercana al enfoque duro sobre inmigración de Interior, comenzó a despertar las suspicacias entre distintos miembros del gobierno del lado de Unidas Podemos, según fuentes de la formación morada.
La respuesta del Gobierno tras el encuentro enmarcado en la Comisión Delegada para Asuntos Migratorios se moduló ligeramente en lo que fue una reacción compartida dentro de la coalición. Desde el Ejecutivo se lanzó el pasado lunes una posición oficial más suavizada, más abstracta, sin felicitaciones hacia la labor de los agentes fronterizos y enfocada a la apertura de canales legales para pedir protección internacional. No obstante, dentro del grupo confederal no convencía esa lectura. El diputado Rafael Mayoral calificaba el mismo lunes la decisión de Estrasburgo de “impresentable”. La política migratoria es uno de los temas sensibles para ambas formaciones.
Con esa brecha sin cerrar llegó el siguiente choque el pasado miércoles con la publicación en El País de un borrador de la normativa de asilo. Interior aseguró que no se trataba de un texto oficial y se desvinculó de él: apostaba por aplicar medidas más restrictivas. El departamento de Fernando Grande-Marlaska salió al paso asegurando que se esperaría a legislar sobre ese asunto a que exista una directriz en el marco de la UE. Pero el grupo parlamentario de Unidas Podemos dejó claro su rechazo y lanzó una advertencia a Interior al instar a Marlaska a aclarar el asunto al considerar que las propuestas reflejadas en ese borrador contravenían el acuerdo sellado por Sánchez e Iglesias.
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