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Interior acusa a los inmigrantes de “virulencia” y de lanzar ropas en llamas sin facilitar pruebas

Un subsahariano habla con un guardia civil que sostiene una porra en la valla de Melilla. / Fernando García / AP Photo

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Interior acusa, pero no ofrece pruebas. El comunicado de la Delegación del Gobierno en Melilla afirma: “Destaca del segundo grupo que se despliega por la zona de Vaguada Linares, la fuerza y virulencia con que acometieron este segundo intento de salto”. Y prosigue: “Los encaramados se han enfrentando abiertamente a los efectivos de los Grupos de Reserva y Seguridad de la Guardia Civil e incluso en algunos casos han llegado a prender fuego a parte del ropaje que vestían para lanzarlo contra los agentes de la Benemérita”.

Unos 800 inmigrantes subsaharianos han intentado entrar a Melilla en dos asaltos al perímetro fronterizo que se han producido con apenas unas horas de diferencia y por dos puntos distantes, un objetivo que han conseguido 140.

Otros 150 han sido finalmente devueltos a Marruecos tras permanecer unas seis horas encaramados a la valla, donde se han registrado momentos de tensión por el enfrentamiento entre los inmigrantes y los agentes.

Según la Delegación del Gobierno, los inmigrantes han actuado con fuerza. La Delegación también ha difundido que una docena de guardia civiles has resultado heridos, en unos enfrentamientos en los que a algunos de los inmigrantes se les ha rociado con un aerosol de pimienta mientras los subsaharianos se desplazaran por la valla apoyados en los flejes, un elemento que el Gobierno ha ordenado retirar, porque, asegura, ayuda a estas personas en su propósito de entrar a Melilla.

La primera tentativa de entrada, protagonizada por 500 personas, se ha registrado a las 6.00 horas y, poco antes de las 10.45 la segunda, en la que han participado más de 200, aunque en esta última ningún subsahariano ha conseguido entrar a Melilla.

Los inmigrantes subidos a la valla durante horas lanzan distintos cánticos, con una frase que suena con mayor frecuencia: “Libertad”.

El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que ya alberga a más de 1.900 personas, casi el cuádruple de su capacidad: se han instalado dos tiendas modulares del Ejército, que ha cedido también 40 literas triples.

Allí algunos de los recién llegados pasarán su primera noche, tras ser recibidos por muchos de sus compatriotas, quienes les aguardaban a las puertas del centro. Seis inmigrantes han tenido que ser trasladados hasta el Hospital Comarcal, uno con un traumatismo en una pierna, cuatro con contusiones leves y un sexto con una herida en el labio, mientras que otros han sido atendidos, incluso a pie de valla, por Cruz Roja.

El último salto a la valla fronteriza de Melilla tuvo lugar el pasado 24 de abril, cuando una treintena de inmigrantes subsaharianos se encaramaron a ella, de los cuales una decena consiguieron acceder a la ciudad autónoma. Anteriormente, el 3 de abril, decenas de personas permanecieron encaramados al vallado de la ciudad fronteriza.

El pasado 25 de abril el Consejo de Ministros aprobó el procedimiento de emergencia para acometer obras en los perímetros fronterizos de Ceuta y Melilla, con un importe de 2,1 millones de euros, que se destinarán a instalar mallas “antitrepa” en ambas vallas, entre otras actuaciones.

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