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El Ejército de Malta toma el control de un barco con migrantes amotinados cuando eran devueltos a Libia

EFE / Desalambre

El buque cisterna turco Hiblu 1, al que un grupo de migrantes rescatados frente a las costas de Libia presuntamente forzó a desviarse este miércoles cuando se dieron cuenta de que iban a ser devueltos al país, ha llegado al puerto de Boiler Wharf, en Malta. Lo ha hecho controlado por las fuerzas especiales maltesas, que esta mañana abordaron el barco.

En las imágenes mostradas por la televisión maltesa TVM se ve a miembros de las Fuerzas Armadas maltesas en varios puntos del barco, con 108 migrantes -77 hombres, 19 mujeres y 12 niños- a bordo que esperaban a ser desembarcados. Sobre las 9:30 han comenzado a descender de la nave, una operación que se ha desarrollado con calma. El primero ha sido un bebé de muy pocos meses en brazos de una mujer, según informa el diario italiano La Repubblica

El primer ministro maltés, Joseph Muscat, se refirió en Twitter a “la delicada operación en alta mar realizada por las Fuerzas Armadas que abordaron un barco presuntamente capturado por migrantes en aguas libias y lo desviaron a Malta”. “No eludimos la responsabilidad a pesar de nuestro tamaño. Ahora seguiremos todas las reglas internacionales acordadas”, ha añadido Muscat.

Por su parte, Vincent Cochetel, enviado especial de Acnur para la situación del Mediterráneo central, ha pedido prudencia a la hora de calificar el episodio como un 'secuestro'. “Algunos políticos y medios de comunicación se han apresurado a informar sobre un 'secuestro”. “Veremos lo que dice el poder judicial cuando se enfrente a los hechos y las pruebas”, ha dicho en un mensaje de Twitter. “Nada de conclusiones precipitadas o etiquetado, ¡por favor!”.

El “Hiblu 1” había rescatado a 108 migrantes que se encontraban en un barco en malas condiciones frente a las costas de Libia y poco después el capitán comunicó que “no tenía el control de la embarcación y que varios migrantes le obligaron y amenazaron a él y su tripulación para que se dirigieran a Malta”, según han asegurado las fuerzas armadas maltesas.

El barco, con tripulación turca y bandera de Palau, se ha dirigido durante la noche al norte y esta mañana cuando estaba a unas 30 millas náuticas de distancia de la isla, varias patrullas de la Armada maltesa abordaron el barco y tomaron el control. No se sabe cuántos migrantes estaban detrás de la acción, aunque se cree que es un grupo pequeño, según informa el diario Times Of Malta. 

De acuerdo con este mismo medio, cinco hombres han salido esposados y escoltados por la Policía. Fuentes consultadas por este diario aseguran que los miembros de la tripulación, que eran menos numerosos, “sintieron que no tenían otra opción que recibir órdenes” del grupo, pero estos “no utilizaron armas” en la toma de control del buque. El resto de rescatados, visiblemente cansados, han sido examinados por médicos antes de ser llevados a un centro de recepción. 

El capitán comunicó que no querían ser devueltos

De acuerdo con lo que publica el medio maltés, el capitán del barco, que se dirigía a Trípoli cuando efectuó el rescate, había comunicado a las autoridades que los migrantes estaban muy nerviosos y que no querían que los devolvieran a Libia, un país sobre el que pesan numerosos abusos sobre la población migrante. Un informe de la ONU volvió a dar la voz de alarma el pasado diciembre sobre los “inimaginables horrores” que sufren los migrantes que atraviesan Libia para intentar alcanzar las costas del sur de Europa, que incluyen casos de ejecución extrajudicial, tortura, detención arbitraria, violaciones en grupo, esclavitud, trabajo forzado y extorsión. Estas denuncias hacen que Libia no sea considerado un puerto seguro en el que desembarcar a rescatados en el Mediterráneo.

La ONG alemana Sea Eye ha relatado en una nota de prensa que se encontraba realizando labores de vigilancia cuando la tripulación escuchó las comunicaciones por radio entre un avión de la flora europea y el carguero turco. “El avión informó de la posición de dos barcos de goma al carguero y llamó al capitán del Hiblu 1 para que le ayudara, ya que la gente estaba en peligro de muerte y la Guardia Costera libia estaba 'fuera de servicio”.

En estas conversaciones, la organización escuchó cómo el capitán del barco pidió ayuda. “Dijo inequívocamente que la gente estaba muy molesta y no quería que la llevaran de vuelta a Libia. Trípoli, sin embargo, era el puerto de destino del carguero. En los medios de comunicación italianos y malteses, mientras tanto, se habla de piratería”, sostiene la ONG, en referencia a las palabras del viceprimer ministro de Italia, Matteo Salvini, que ha descrito a los migrantes como “piratas”.

“Las personas rescatadas han pasado por un infierno y ahora se enfrentan a tripulantes de un carguero completamente desbordados y sin preparación, que tienen que explicarles que están siendo devueltos exactamente al lugar al que intentaban escapar arriesgando sus vidas”, apunta Gorden Isler, portavoz de Sea Eye. Para la ONG, “se ha puesto en una situación difícil” a la tripulación de El Hiblu y los rescatados “están siendo criminalizados e instrumentalizados”. 

La organización humanitaria italiana Mediterranea Saving Humans ha pedido que los 108 migrantes sean acogidos en Malta como refugiados porque han escapado de las “cárceles libias”, los centros de detención para migrantes del país norteafricano. “Imagina escapar de un campo de concentración. Durante la huida te atrapan y quieren traerte de vuelta. ¿Te rebelarías? Es lo que hicieron los 'piratas' del carguero para salvarse a sí mismos y a sus hijos”, ha escrito la ONG en Twitter.

“Es un gesto desesperado que debe hacernos pensar. Prefieren ahogarse en el mar o el riesgo de arresto que volver al infierno”, ha asegurado por su parte la organización Sea Watch 

Tras la llegada al puerto comenzarán inmediatamente las investigaciones para conocer lo ocurrido y los responsables, en lo que es la primera toma de control por parte de migrantes de un barco para impedir ser devueltos a Libia, según la prensa local.

Sin embargo, el episodio guarda similitudes con otro suceso ocurrido el pasado julio, cuando un grupo de rescatados por el barco mercante italiano Vos Thalassa empezó a enervarse y a pedir explicaciones a la tripulación al comprobar que ponían rumbo a Libia tras la orden de Italia. La protesta provocó que la nave pidiera ayuda y, finalmente, fueron transferidos a un barco de los guardacostas italianos.