La cruel aventura de nacer mujer en la India
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Hace 20 años que trabajo para proteger a la mujeres en la India. A lo largo de todo este tiempo, nunca he dejado de creer en las posibilidades de progreso, a pesar de que los casos que he asistido me inducían a creer en lo contrario. El 17% de las mujeres del mundo viven en la India, un país con grandes obstáculos e injusticias para lograr su desarrollo. El día a día nos demuestra que detrás de redundantes y mediáticas imágenes de colores y danzas, la mayoría de ellas vive con represión, inseguridad y maltrato. Desde la agresión y asesinato de Amanat en diciembre de 2012 en Nueva Delhi, hasta el más reciente: la violación en grupo a una fotoperiodista de 23 años en Mumbai, se ha producido una concienciación del problema tanto a nivel nacional como internacional.
Si eres mujer en la India y has sido víctima de un abuso sexual, es probable que no quieras denunciarlo porque la violación la habrá cometido un familiar o conocido tuyo, como ocurre en el 98% de los casos. Si aún así decides tomar la vía judicial, te encontraras sola frente al sistema. A lo largo de mi trayectoria, he acompañado a muchas mujeres en este proceso. Agentes de policía, ginecólogas, abogados y jueces me han demostrado su ineficacia en la defensa de la mujer. Cuando las fuerzas de seguridad, la justicia y los políticos no apoyan a la víctima el margen de maniobra que queda es mínimo.
Si eres mujer en la India verás cómo la mayoría de los recursos que en teoría deben garantizar tus libertades, en la práctica no son más que obstáculos manejados por una sociedad machista. En vez de censurar al agresor, te recomendarán que no salgas de casa a determinadas horas, que no te vistas de cierta manera, o que no camines por según qué zonas…
Si eres mujer en la India y estás casada, debes saber que tienes un 70% de posibilidades de que tu marido te maltrate. Desde la Fundación Vicente Ferrer intentamos prevenir la violencia y discriminación abordando los casos problemáticos en las aldeas en las que trabajamos. Realizamos actividades de sensibilización para educar -desde la infancia- a hombres y mujeres en la igualdad de género, un principio que no nunca ha existido en los libros de texto. Debemos educar a las personas para que puedan desenvolverse como ciudadanos sensibles, con capacidad de justicia y comprensión.
En centros de acogida como el que tenemos en Gandlapenta, en el estado sureño de Andhra Pradesh), ofrecemos clases de autoestima y salud física y mental. Todo ello con el fin de conseguir para ellas una vida más digna. Puesto que una mujer violada es en demasiadas ocasiones una mujer a la que la sociedad excluye, nuestro trabajo también se centra en la etapa previa a la agresión.
En el caso de Bombay, el incremento de agresiones ha sido del 122% en los cinco primeros meses de 2013, en relación al mismo periodo del año anterior, lo cual significa que se empiezan a romper tabúes y hacer más denuncias. Desgraciadamente estos indicadores, no han revertido en un interés por parte de las autoridades para mejorar la protección a la que tienen derecho las mujeres.
Si eres mujer en la India, sabes que vives en el cuarto país más peligroso del mundo y que, cada 20 minutos, una de nosotras es violada. Si eres mujer en la India, deberás luchar sin descanso, la mayoría de veces, sola. Aunque haya 586 millones con la misma aspiración.