“Los palestinos de Siria prefieren huir a Europa en los ‘barcos de la muerte’ antes que morir en la guerra”
Desde hace cuatro años, Siria se desangra en una guerra civil que ha causado más de 200.000 muertos y 800.000 heridos. La cifra de desplazados dentro del país supera los 6,5 millones y son muchos los que intentan huir jugándose la vida en alguno de los rudimentarios barcos que cruzan el Mediterráneo con destino a Europa. La Comisión Europea propuso este miércoles que los países europeos se repartan 20.000 plazas para refugiados, desde terceros países.
Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España, responde a eldiario.es desde Siria, donde ha viajado para conocer de primera mano la situación de los palestinos refugiados que se encuentran atrapados en este conflicto y que, según relata, están desesperados.
¿Cuál es el motivo de su visita a Siria?
En los últimos meses se ha perdido mucho interés informativo sobre el conflicto en Siria en general y los refugiados palestinos en particular. Mi objetivo es llamar la atención sobre la situación en este país. Para ello, llegué a Siria este lunes y permaneceré hasta finales de esta semana. He venido sola, pero ahora en Siria viajo con los palestinos que trabajan para la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA). He tardado cinco meses en conseguir la autorización del Gobierno sirio y aunque es verdad que impone mucho venir aquí es necesario hacerlo para contar el drama.
¿Cuántos palestinos hay desplazados dentro de Siria?
Hay 280.000 palestinos desplazados dentro de Siria, lo que supone casi la mitad de la población palestina en este país (540.000). El 80% se concentraba en Damasco y en el gran Damasco.
¿Qué le ha transmitido la población?
Lo que me ha contado la gente es que está muy cansada, si bien desde finales de 2014 se ha notado un cambio en el país en relación a años anteriores cuando la población estaba siempre en sus casas mientras que los comercios estaban cerrados. Ahora la sensación cuando llegas a Damasco es que no existe guerra, debido a que las calles están muy bulliciosas, al tiempo que los restaurantes están a rebosar, aunque la situación en ciudades como Alepo es completamente diferente.
¿No hay, por tanto, en Damasco, la sensación de que el país está inmerso en una guerra?
Estuve en Damasco antes de la guerra y la sensación ahora es la de estar en la ciudad de siempre, excepto cuando se oye una explosión o se ve una columna de humo. El campo de refugiados de Yarmuk está a solo cinco kilómetros del centro de la capital siria, y de vez en cuando misiles y morteros impactan en esta zona y también en barrios de Damasco, lo que te hace volver a la realidad.
¿Además de Damasco, ha podido visitar otras ciudades sirias?
Este martes he viajado a Homs. Cuando hemos llegado a la ciudad, que está controlada por las fuerzas militares sirias, ha sido atacada con morteros y cohetes. Era sorprendente ver que la gente seguía en las calles haciendo su vida, a pesar de que estaban cayendo morteros a solo un kilómetro y medio de donde estábamos.
¿Cómo ha sido su primer contacto con la población?
He estado en el campo de refugiados en Homs, que es una de las zonas desde la cual están saliendo los palestinos para coger los barcos que cruzan el Mediterráneo con destino a Europa. Precisamente, he hablado con personas que han perdido a sus familiares en estos barcos que se han hundido. Me cuentan que han perdido ya la esperanza y que la única que les queda es atravesar el Mediterráneo, aunque se jueguen la vida porque la opción que les queda es que les maten en Siria.
¿No tienen miedo de morir en uno de los numerosos naufragios?
Han perdido sus casas y sus trabajos, por lo que no tienen ningún futuro y la guerra no tiene visos de acabar, de forma que solo piensan en salir de Siria y están dispuestos a correr el riesgo de ahogarse. Todos están pensando en cruzar el Mediterráneo y es un sentimiento que nunca había visto antes, ni siquiera en Gaza tras la última guerra. Les llaman 'barcos de la muerte' a los que se dirigen a Europa, por lo que son conscientes del peligro que entraña subirse a estas embarcaciones, aunque dicen que, de no hacerlo, acabarán muertos por la guerra, de modo que les da menos miedo cruzar el mar.
¿Ha podido hablar con gente que ha perdido a algún familiar cruzando el Mediterráneo?
Una palestina, llamada Ghada, me contó que había perdido en agosto de 2014 a siete miembros de su familia en un barco que salió de Libia hacia Italia. La llamaron la noche anterior a zarpar informándole de que al día siguiente se embarcaban y ya nunca más supo de ellos. En el naufragio murieron su prima hermana, así como los cuatro nietos y la hija de ésta.
¿Creen que en Europa les espera una vida mejor?
Son conscientes de que a aquellos que logran cruzar el Mediterráneo les espera un calvario en Europa. Algunos palestinos me comentaban que tienen familia e hijos que llevan seis meses en Europa sin conseguir ningún asilo, por lo que sin papeles y sin posibilidad de trabajar están bloqueados en algún país sin que nadie les esté ayudando.
¿Ha notado reproche por parte de esta población hacia los países europeos?
No, pero sí he notado agotamiento y desesperación. Lo único que piden es que se les trate como refugiados y se les aplique el derecho a asilo. El Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR) ha hecho muchas llamadas para que los países europeos acojan a esta población, teniendo en cuenta que el porcentaje de personas refugiadas que han acogido es ridículo si se compara con Líbano, Jordania, Turquía y Egipto.
¿Cómo está afectando mentalmente a la población los cuatro años ininterrumpidos de guerra?
No pueden más del estrés y del sufrimiento que tienen. No hay psicólogos formados en el tratamiento de traumas causados por conflictos, a pesar de que todos los niños en el campo de refugiados de Homs y de todos los campos están severamente traumatizados y agresivos, tras haber perdido a familiares y sus viviendas.
¿Cuál es la situación del campo de refugiados palestinos en Homs?
Actualmente, hay 12.000 palestinos en este campo de refugiados, que no ha recibido ningún impacto de cohetes o morteros, mientras que el 75% de la ciudad de Homs está destruida.
El 1 de abril fue noticia en todo el mundo la entrada del ISIS (Estado Islámico) en el campo de refugiados de Yarmuk. ¿Tiene previsto visitarlo?
No se puede entrar, por lo que nos quedaremos a las puertas del campo de refugiados, donde hay desplazados que han huido de este lugar cuando entró el Estado Islámico. Es imposible saber cuánta gente ha escapado, porque Yarmuk es un barrio de Damasco muy grande y han salido por cuatro zonas diferentes refugiándose en casas de amigos o pisos abandonados.
¿Cuál es el trabajo de la UNRWA con estas personas que han conseguido salir de Yarmuk?
Distribuimos comida y mantas y en las últimas semanas vamos a las puertas del campo de refugiados con clínicas móviles para atender a la población. También les estamos dando suplementos nutricionales para los niños porque hay muchos casos de desnutrición.
¿Les han informado de si Estado Islámico continúa en Yarmuk?
No tenemos esa información, pero sí sabemos que siguen existiendo facciones armadas dentro del campo de refugiados.
¿La UNRWA se ha planteado la evacuación total del campo de refugiados?
Salir de Yarmuk ¿para ir dónde? La gente que ha conseguido huir lo que quiere es regresar, pero no puede. Sin embargo, toda Siria está igual y Yarmuk se ha convertido en un icono porque es el campo de refugiados más grande del país. No obstante, hay otros que han sido totalmente arrasados y se ha obligado a la población a irse por la fuerza. Ahora la situación más grave está en Alepo y Derá, que son junto a Yarmuk las zonas con mayor difícil acceso.