Las pateras vuelven a Portugal: 48 migrantes llegan al Algarve por vía marítima en los últimos siete meses
Cuando una ruta empieza a cerrarse, otra comienza a abrirse. El férreo control de las rutas marítimas migratorias mediterráneas entre Marruecos y España ha empujado la búsqueda de caminos clandestinos a través del Atlántico, ante la falta de vías legales y seguras de entrada a Europa. Más allá del auge de las entradas por las Islas Canarias registrado en los últimos años, Portugal ha empezado a recibir pateras a las costas del Algarve. Las cifras son bajas, pero algunos expertos consideran que apuntan a la posible apertura de una nueva ruta.
En los últimos siete meses, 48 personas alcanzaron el sur del país en patera desde el norte de África. Aunque determinadas autoridades portuguesas advierten de la necesidad de “prestar atención” a un posible cambio de ruta para llegar a Europa, que sustituiría Andalucía por el Algarve de Portugal, otras restan importancia al fenómeno, pues consideran que son entradas “puntuales”.
Este camino migratorio es más largo y más peligroso. Las embarcaciones zarpan de las localidades atlánticas de El Jadida, una ciudad de origen portugués a 108 kilómetros de Casablanca; y más al norte, de Larache y Asilah; y han llegado a distintos puntos en el Algarve, en el sur de Portugal.
El pasado 16 de junio, la Policía Marítima lusa interceptó la última embarcación pequeña de madera con 22 personas cerca de Quarteira (Faro). Los migrantes fueron detenidos y declararon en el tribunal judicial tener nacionalidad marroquí, aunque carecían de documentación. Según informó la televisión portuguesa RTP, los recién llegados no solicitaron protección internacional. En esos casos, el juzgado de instrucción ha abierto procedimientos de expulsión coercitiva por entrada irregular en territorio portugués.
El 7 de junio, siete jóvenes marroquíes de entre 20 y 30 años fueron rescatados por unos pescadores en la Ría Formosa (Faro-Olhao). El pasado 29 de enero, la policía lusa detuvo una embarcación de madera con 11 de personas, todos hombres magrebíes, de 21 a 30 años, que pasaron a disposición del Servicio de Extranjería y Fronteras (SEF).
A finales de 2019, el 11 de diciembre, otras ocho personas de nacionalidad marroquí accedieron a bordo de una patera a la playa de Monte Gordo en el Algarve y fueron detenidas por la policía marítima, según anunció esta institución en un comunicado oficial. En la embarcación viajaban jóvenes de 16 a 20 años que pasaron cinco días a la deriva tras salir de la ciudad de El Jadida.
En total, se han producido cuatro desembarco irregular en el Algarve en siete meses, desde diciembre de 2019, lo que lleva a las autoridades lusas a investigar la existencia de una red organizada que utiliza este camino ante el aumento del control a través de las rutas del Mar Mediterráneo. El Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Almirante António Silva Ribeiro, en diciembre del año pasado, dijo que Portugal debe estar “muy atento” a la posibilidad de convertirse en una ruta de entrada para los migrantes: “Tenemos que ser muy conscientes de esta posibilidad porque no es muy diferente ir a España o al Algarve, es solo una cuestión de elección”.
No obstante, el ministro de Administración Interna de Portugal, Eduardo Cabrero, ha recordado recientemente que las llegadas irregulares al país son ínfimas en comparación a las de España. “Al estar hablando de cuatro desembarques desde diciembre de 48 personas, debemos tener una cierta dimensión de lo ridículo al comparar con lo que son 7.500 llegadas a España desde enero, incluso con una reducción significativa de llegadas verificadas este año”, afirmó hace casi un mes.
Algunas de las personas que han intentado atravesar esta ruta han sido rescatadas con síntomas de hipotermia por pasar horas e incluso días en el mar, ya que se trata de un largo camino que recorre entre 400 y 450 kilómetros en pleno Océano Atlántico. Otras, una vez desembarcan en la costa, intentan escapar por los montes y bosques cercanos. Si son detenidos, el SEF los identifica y realiza los trámites correspondientes de expulsión.
“Las llegadas se han intensificado en los últimos cuatros meses”
“La policía marítima portuguesa comenzó a interceptar embarcaciones de madera con migrantes marroquíes en el último trimestre de 2019, pero ”las llegadas se han intensificado en los últimos cuatros meses“, explica Hassan Amari, de la ONG Alarm Phone Maroc.
En estos momentos Olhao, municipio próximo a Faro es uno de los principales puntos de llegada. “Hay que tratar el tema porque esta ruta va a ser demandada y esto conlleva la entrada de mafias consolidadas, y el posible ingreso de estos desplazamientos de objetivos que busquen el salto a territorio español”, sostienen desde la dirección de análisis del Observatorio Internacional de Seguridad, Crimen Organizado y Terrorismo (OISCOT), en declaraciones recogidas por eldiario.es.
“Cada vez que unas rutas son vigiladas, como pasa en Marruecos con las de Alhucemas, Nador y Tánger con destino el sur de España, las redes de tráfico o los propios migrantes buscan otro rincón para salir”, apunta el miembro de Alarm Phone Maroc. La primera llegada de una embarcación de madera en el litoral portugués se registró en 2007, en Olhao (Algarve), con 23 personas a bordo. “En 2008 y 2009 salieron algunas zodiacs de Marruecos, aunque no muchas; pero ahora con el dinero que recibió de la Unión Europea (UE), y sobre todo de España, para controlar la frontera, se reactivan estas rutas”, explica el portavoz de la organización.
Estos jóvenes dejan su país debido a “la falta de trabajo y de expectativas de futuro”, apunta el experto. “Con el Hirak en el Rif la situación es difícil: sin libertad de expresión y sin derechos sociales, económicos ni políticos. Por lo tanto, la gente emigra”, sentencia Amari.
Al control de las fuerzas de seguridad marroquíes de sus fronteras terrestres con Ceuta y Melilla, se suman las detenciones en las salidas por mar desde el norte del país. Además, Marruecos con una política migratoria amparada en la Ley 02-03 expulsa a las personas migrantes irregulares en autobuses al sur del país desde hace año y medio, y ahora durante el confinamiento por la COVID-19 han detenido a migrantes en los montes cercanos a las ciudades autónomas españolas con el objetivo de abandonarlos en la frontera con Argelia.
El Reino alauí también ha improvisado centros de internamiento para retener a las personas migrantes en El Aaiún y Tarfaya, impidiendo las salidas desde esta zona en el sur a Canarias. Prácticas que vienen denunciando desde el mes de marzo la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en Nador y Alarm Phone Maroc por vulnerar los derechos humanos.
Marruecos coopera con España y Portugal
Para controlar la parte de la costa atlántica que discurre entre las localidades e El Jadida y el puerto de Safi, la Gendarmería Real marroquí comenzó a instalar un sistema de vigilancia con cámaras en abril de 2019. El objetivo es combatir el tráfico ilícito y los intentos de incursión, pero también controla el terrorismo y la emigración irregular. Según el Gobierno alauí, se trata de un sistema capaz de proteger “completamente” la costa a una gran distancia, incluso varias ciudades.
El máximo representante del control de las fronteras y responsable de la política migratoria marroquí, Khalid Zerouali, explicó el año pasado en una entrevista con eldiario.es que la instalación de cámaras de videovigilancia en las costas marroquíes forma parte de la inversión en dispositivos en el norte. “Vamos adaptando y mejorando los dispositivos para evitar que los asaltantes atacaran a nuestras fuerzas del orden”, reconoció.
Portugal mantiene contacto con España y Marruecos en relación a temas migratorios. El Gobierno de Marruecos no solo coopera directamente con España, Portugal es otro de los países vecinos con los que mantiene relaciones bilaterales periódicas. El primer ministro marroquí, Saaddine El Otmani, recibió en Rabat en el mes de enero a su homólogo portugués, Augusto Santos Silva, para examinar los medios de fortalecer la cooperación bilateral en materia migratoria y de establecer nuevos mecanismo para regular y alentar la migración organizada y la cooperación el lucha contra el fenómeno de la inmigración clandestina.
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