Las perlas del auto que da carpetazo a las muertes de Ceuta
“Inhumano”, “sesgado”, o “no ajustado a derecho”. Son algunas de las valoraciones realizadas por la acusación popular y otras ONG de derechos humanos sobre el contenido y la redacción del auto que ha dado carpetazo de forma provisional a la causa del Tarajal. El caso investigaba la muerte de 15 personas el 6 de febrero de 2014 en un intento de entrada a Ceuta repelido por la Guardia Civil con pelotas de goma y botes de humo.
La defensa de los 16 agentes imputados, asociaciones de guardias civiles y el propio Instituto Armado han celebrado el archivo de la causa. “Buenas noticias”, para la cuenta oficial de Twitter de la Guardia Civil. El ministro Jorge Fernández Díaz ha declarado alegrarse “profundamente” por el carpetazo, que también se traduce en la falta de esclarecimiento judicial de los hechos que acabaron en la muerte de 15 personas en aguas fronterizas.
15 personas con nombres y apellidos: Ibrahim Keita, Armand Debordo, Dauda Dakole, Jeannot Flame, Joseph Blaise, Larios Fotio, Nane Roger Chimi, Ousman Kenzo, Oumar Ben, Samba Baye, Yves Martin y Youssouf, y otros tres jóvenes sin identificar. 15 personas con familias sin respuestas, que han reconocido sentirse “sin palabras” tras leer el auto de la jueza María del Carmen Serván. Que han descartado rendirse, “hasta que el dolor se convierta en justicia”.
15 jóvenes que, según el auto, “no son personas en peligro en el mar”.
¿Por qué el propio documento judicial ha despertado indignación? Más allá de la decisión de exculpar a los agentes imputados de los delitos de homicidio y lesiones, del análisis de los pormenores del auto surgen algunas de las contradicciones destacadas por ONG y acusación popular.
“Los inmigrantes no son personas en peligro en el mar”
Varios agentes reconocen en el informe presentado al juzgado que vieron a los inmigrantes en el agua “unos sobre otros, formando un embudo” muy cerca del espigón fronterizo. Aquella mañana la Guardia Civil no se lanzó al mar para socorrer a los subsaharianos en los momentos más dramáticos. Tampoco avisó a Cruz Roja ni a Salvamento Marítimo, como suele hacer en estos casos.
Aquella mañana los agentes continuaron sus disparos de material antidisturbios. La embarcación de los GEAS -buzos-, con dimensiones adaptadas para acercarse a tierra, no llegó hasta más tarde, cuando “ya casi no había inmigrantes en el agua”. Un agente solicitó nervioso a sus mandos, en varias ocasiones y durante los primeros momentos del intento de entrada, que requiriesen la llegada de los buceadores, como revelaron las grabaciones a las que tuvo acceso la Cadena Ser.
La única mención realizada por la jueza sobre la posibilidad de que estas personas fuesen socorridas es la siguiente: “Los inmigrantes no eran personas en peligro en el mar que precisasen ayuda en el sentido referido en el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS) y la Convención Internacional sobre SAR Marítimo”, reza en su auto.
“Los inmigrantes asumieron el riesgo de entrar ilegalmente en territorio español por el mar a nado, en avalancha, aprovechando la noche, vistiendo gran cantidad de ropa y haciendo caso omiso a las actuaciones disuasorias tanto de las fuerzas marroquíes como de la Guardia Civil”, señala la jueza.
Cuestiona si los cuerpos corresponden al 6 de febrero
La localización de cinco cuerpos en aguas españolas durante los días posteriores al 6 de febrero del 2014 motivó la apertura de diligencias por parte del juzgado de instrucción número 6 de Ceuta. Hasta ahora, nunca antes se había puesto en duda la correspondencia de estos cadáveres con los participantes del intento de entrada de acabó con la vida de 15 personas.
En su auto, la jueza María del Carmen Serván, afirma que “por la data de las muertes y de las fechas en las que fueron apareciendo los cadávares no se puede afirmar que los fallecimientos se produjesen el día 6 de febrero de 2014 con motivo del intento masivo de entrar en territorio ceutí, ni si quiera el primer cadáver”. Según dice, “el forense D. Ángel Macías dijo en su declaración que no puede afirmar al 100%” que estas muertes tuviesen lugar ese día.
La acusación popular se ha mostrado muy sorprendida con la nueva duda expuesta por la magistrada. Recuerdan la rapidez con la que este juzgado aprobó el entierro de los cuerpos localizados en Ceuta, sin esperar a una posible identificación, cuando la ONG Ca-minando Fronteras tenía contacto con supervivientes y familiares de las víctimas.
También se acuerdan de la polémica despertada entre España y Marruecos en relación a los llamados “muertos de nadie”. Durante la misma mañana del 6 de febrero, la Guardia Civil localizó dos cuerpos en aguas fronterizas entre Marruecos y Ceuta, en la esquina del espigón más cercana al lado marroquí, según se desprende de las grabaciones de las conversaciones mantenidas por los agentes.
“Hemos sacado a tres metidos entre las rocas del espigón. Al lado hay dos cadáveres. Vamos a proceder a sacarlos”, afirmó alrededor de las 8 de la mañana un miembro de los GEAS. La respuesta del capitán al mando del operativo fue inmediata: “Eso está en Marruecos”, contestó. “Eso está en el lado marroquí, lo van a hacer ellos”. Pero ellos, los agentes marroquíes, nunca lo hicieron.
Estos cuerpos deambularon durante días en aguas fronterizas después de haber sido avistados a escasos metros de los agentes, como confirma una imagen publicada en El Faro de Ceuta. En ella puede verse los cadáveres hallados muy cerca de la esquina del espigón donde se encontraban las fuerzas de seguridad españolas.
“No hay indicios de un uso inadecuado del material”
La magistrada concluye que los agentes de la Guardia Civil emplearon el material antidisturbios “con efecto disuasorio” y afirma que “no existe ningún indicio que permita afirmar que los agentes imputados hicieron un uso inadecuado del material”.
La jueza menciona la declaración de los agentes y la orden de servicio 15/11, que no contempla el uso de este material en el agua. “Caso de que prosigan el avance haciendo caso omiso a las indicaciones anteriores se podrá hacer uso de los medios antidisturbios, pelotas de goma y defensas, de que se dispone”, expone la instrucción del Instituto Armado. “El uso de los medios habrá de regirse por los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad”, añade.
Los vídeos oficiales, que según la jueza tienen un valor “limitado” debido a la baja calidad, muestran a un agente de la Guardia Civil posicionado en la esquina más cercana a Marruecos que dispara pelotas de goma hacia el grupo de inmigrantes en aguas marroquíes. La cámara térmica situada en el Monte Hacho capta al menos cinco lanzamientos consecutivos muy cerca de estas personas. También recogen el lanzamiento de varios botes de humo sobre las personas que nadan. Nada de esto aparece en el auto.
“De las imágenes no se puede extraer la forma en que fue lanzado el material antidisturbios por todos y cada uno de los agentes intervinientes, la distancia en la que impactó en el agua o si impactó sobre algún inmigrante. Es decir, de las imágenes no se deduce ningún atisbo de un uso imprudente del material antidisturbio”, concluye Serván.
“El tumulto está en todo momento en Marruecos”
Desde el primer momento, la Guardia Civil e Interior defendían que “todo ocurrió en Marruecos”. Pero se olvidaban de que los miembros del Instituto Armado también actuaron en Marruecos, según reflejan las imágenes oficiales.
La jueza también menciona esta argumentación. “Se observa que el tumulto o apelotonamiento se produce en todo momento en el lado marroquí”, destaca. Pero el auto no recoge la actuación de los agentes españoles sobre las aguas marroquíes, sobre esa zona donde está “el tumulto” referido, adonde lanzan material antidisturbios.
Sí ve “riesgo” en la actuación marroquí
Mientras ninguno de estos lanzamientos aparece mencionado en el auto, las imágenes que para la jueza tienen un “limitado valor” sí sirven para dejar caer una posible responsabilidad de Marruecos.
“Posteriormente, se ve a la embarcación navegando entre la propia masa de inmigrantes, con el consiguiente riesgo”. Este es el momento en el que la embarcación marroquí entra muy rápido en aguas españolas, se para cerca de cinco segundos, y regresa al lado alauí.
Este es el momento en el que la magistrada hace notar “el consiguiente riesgo”, que sin embargo no ve en lanzamientos de material antidisturbios como estos: