Tras comprobar sobre el terreno la situación de los refugiados sirios en Melilla, decenas de ellos separados de sus familias por el bloqueo de la policía marroquí, Podemos ha pedido al Gobierno que ordene a su consulado en Nador la emisión de visados humanitarios a los solicitantes de asilo que intentan acceder a España desde Marruecos y la concesión de la reunificación de familias divididas por la frontera hispano-marroquí. Se suma así a peticiones similares lanzadas por las ONG Prodein, CEAR y Save The Children. El Ejecutivo continúa sin responder al defender que no es su responsabilidad, sino de Marruecos.
Este lunes, varios integrantes de Podemos –el eurodiputado Miguel Urbán; la diputada del Parlamento andaluz, Teresa Rodríguez; la senadora Maribel Mora y la responsable de Migraciones, Ione Belarra– han visitado Melilla para reunirse con el delegado del Gobierno, colectivos de la sociedad civil y visitar el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) –aunque no dejaron pasar a todos los integrantes del grupo–. “Mientras todos los ojos se posan ahora en otras fronteras europeas como la húngara, tenemos muy cerca una barrera propia de contención que restringe el derecho al asilo”, afirma Rodríguez a eldiario.es.
Ese bloqueo, denuncia la portavoz andaluza a su vuelta de Melilla, “tiene varias caras”. Podemos cita el bloqueo de cientos de sirios en Marruecos, a los que la policía marroquí frena cada día, como publicó eldiario.es hace varias semanas. Una de las consecuencias directas es la separación de decenas de familias a uno u otro lado de la frontera hispano – marroquí.
“Hemos visto situaciones muy duras. Unos logran pasar y otros se quedaban atrás… Hemos visto familias rotas. Una mujer lloraba desconsolada porque se había dejado atrás a su nieta”, cuenta Teresa Rodríguez.
Desde el punto de vista de la formación, esta situación “solo favorece a las mafias de tráfico de personas”, ya que los refugiados que se encuentran al otro lado de la frontera española se ven obligados a pagar a traficantes para poder pasar. Por ello, piden al Gobierno la aplicación de las medidas lanzadas la semana pasada en su plan sobre refugiados y política migratoria. “Pedimos la emisión de visados humanitarios y la admisión de solicitudes de asilo en el consulado de Nador –ciudad marroquí más cercana a Melilla–. También solicitamos que se concedan reunificaciones familiares a aquellas familias separadas a ambos lados de la valla”, enumera el diputado europeo Miguel Urbán.
Encerrados en Melilla
Otra de las realidades citadas por la formación es el bloqueo de los refugiados en la propia ciudad autónoma –donde el Gobierno restringe su libertad de circulación para viajar la Península debido a que Ceuta y Melilla no pertenecen al espacio Schenguen–. “Melilla se ha convertido en un gran CETI y esto no beneficia a nadie: ni a los refugiados, ni a los melillenses”, describe el eurodiputado Miguel Urbán. “Es una ciudad cárcel de la que no se puede salir”, añade Rodríguez.
En este sentido, piden que se agilicen los traslados a la Península. “Es necesario favorecer que puedan llegar a la Península cuanto antes para que sean acogidos o continúen su tránsito a los países donde quieran pedir asilo”, dice el europarlamentario.
Ligada a esta denuncia, añaden la saturación constante del CETI de Melilla, cuya ocupación triplica su capacidad desde hace años. “El CETI se ha convertido en un campamento improvisado. Donde antes había aulas, hay habitaciones; donde antes había espacios deportivos, hay tiendas de campaña con 90 personas”, indica Urbán.
“Se están vulnerando todas las normativas. Son personas que huyen de la guerra. Necesitan atención psicológica, especialmente los niños. Hay un psicólogo para 1.700 personas. Una abogada para 1.700 personas. Un médico 1.700 personas”, denuncia el eurodiputado “No hay fondos suficientes y es una cuestion de voluntad política porque su personal se vuelca en hacer todo lo posible para responder a esta situación”, añade.
Tras la visita a la ciudad autónoma, Podemos también ha solicitado más formación en materia de asilo a los agentes de la Policía Nacional que se encuentran en la frontera de Beni Enzar. “Pudimos comprobar que no cuentan con la formación suficiente”.
Otros de los rostros de la realidad de los refugiados y migrantes en este punto de entrada a España, muchas veces olvidados recuerdan, son los que ahora no se ven tanto: los de los subsaharianos, quienes no se pueden ni acercar a la frontera. “¿Qué pasa con ellos? Las explicaciones que nos dieron no nos convencieron”, apunta Rodríguez.