La Policía griega ha comenzado este jueves una amplia operación de traslado de los miles de personas que duermen desde hace días en los alrededores del devastado campo de Moria, en la isla de Lesbos, Grecia, a un nuevo campo que aún está en construcción. En las primeras dos horas de operación, 450 personas han sido trasladadas a la nueva instalación de Kará Tepé, de las cuales 250 ya han entrado al campo, según ha confirmado un portavoz de la Policía local a Efe.
Alrededor de las 8 de la mañana, centenares de agentes de policía han bloqueado la carretera donde se ha generado un campamento improvisado tras el incendio que devastó Moria. Allí iban despertando a los migrantes, repartiendo panfletos y trasladándolos al nuevo campo donde, antes de entrar, son sometidos a un test rápido de coronavirus. El portavoz de la Policía local ha asegurado que la operación se desarrolla sin el menor incidente, algo que confirmaron representantes de Médicos del Mundo y Médicos Sin Fronteras (MSF) presentes en la zona.
Además, ha afirmado que la operación continuará hasta que las alrededor de 13.000 personas que han quedado sin techo y se encuentran repartidas en el arcén de la carretera que conecta Moria con Mitilene y los aparcamientos de algunos supermercados entren en Kará Tepé, el nuevo campo.
La policía ha trasladado en la noche de este miércoles a Lesbos a decenas de agentes mujeres, con la intención de facilitar la tarea de convencer a las mujeres y niños de la necesidad y beneficios de trasladarse al campo. Hasta el miércoles, tan solo 1.800 personas habían aceptado instalarse en el nuevo campo, en el que la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha instalado 600 carpas. De momento las instalaciones tienen capacidad para unas 3.600 personas. Según un responsable de Médicos del Mundo, hasta este miércoles se han instalado 80 baños, una operación que continúa.
Además, según medios locales, el Gobierno suizo ha enviado todo el material necesario para la instalación de canalizaciones que permitirán la distribución de agua para 10.000 personas, una de las mayores carencias de las que adolecía Moria.
Este jueves, MSF ha denunciado en sus redes sociales que durante las primeras horas que duró la operación policial se les ha impedido el acceso a la nueva clínica que la ONG ha montado para dar respuesta a esta crisis. Aunque después de varias horas, finalmente han podido reabrir la clínica. “El movimiento de personas hacia el campamento continúa y esperamos que la situación no degenere”, indica la entidad.
En los últimos días ha habido varios partos en condiciones de urgencia y muchas personas tienen problemas de salud que necesitan atención médica diaria.
Los refugiados rechazan el nuevo campo
Las más de 12.000 personas que se han quedado sin techo debido al incendio que arrasó la semana pasada el campo de Moria se resisten a instalarse en el alojamiento temporal que está construyendo el Gobierno, Kará Tepé. Está situado a tan solo dos kilómetros de Mitilene, la capital de la isla y no atrae a nadie, a pesar de que el Gobierno insiste en que allí van a estar mejor que en la calle.
Este lunes el ministro de Migración, Notis Mitarakis, prometió que a mediados de la semana habría alojamiento para todos. Por ahora, las instalaciones sanitarias y el agua corriente parecen estar en proceso, aunque con agua o sin ella, los refugiados no quieren entrar en este nuevo campo. Para ellos es una prolongación de su infierno anterior. Quieren marcharse de la isla cuanto antes. Mitarakis ha sido claro al respecto: “¡Que se olviden de ello!”, ha dicho. La lentitud con la que se está llevando a cabo el alojamiento se debe más a ese rechazo que a las complicaciones del proceso en sí, según el portavoz.