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Senegal encarcela a una activista francesa que vivió en España y la acusa de “conspirar contra la autoridad del Estado”

Colin Fay, activista detenida en Senegal durante una manifestación pacífica en apoyo al líder opositor.

Amado Herrero

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Coline Fay, una ciudadana francesa de 26 años, se encuentra detenida en una prisión de mujeres de Dakar (Senegal) desde el pasado 17 de noviembre. Ese día, Fay participó en una manifestación pacífica frente al Tribunal Supremo en apoyo de Ousmane Sonko, principal opositor político del actual presidente, Macky Sall, según ha confirmado esta semana la radio pública France Bleu.

Sonko actualmente está en prisión cumpliendo una pena de dos años de cárcel y se encuentra inmerso en una batalla legal para lograr su liberación, así como presentarse a las próxima elecciones presidenciales, que se celebrarán en febrero.

Según la radio pública francesa, durante la manifestación Coline Fay llevaba una pulsera con los colores del partido de Ousmane Sonko. Ha sido acusada de “conspiración contra la autoridad del Estado” y de “residir ilegalmente” en territorio senegalés. En protesta por su encarcelación, la mujer ha iniciado una huelga de hambre.

Varios medios de comunicación locales afirman, citando fuentes gubernamentales, que Fay es también un miembro “activo” de la Juventud Patriótica de Senegal (JPS), organización que apoya a Sonko. Según las mismas fuentes, habría compartido “mensajes instando a los miembros del grupo a movilizarse” de cara a la manifestación del 17 de noviembre.

“Los servicios de nuestro ministerio en Dakar y en París siguen con atención la situación de Coline Fay, en contacto con su familia”, declaró el lunes un portavoz del ministerio francés de Asuntos Exteriores. “Como todos los franceses detenidos en el extranjero que lo solicitan, goza de protección consular y como tal, se le ha hecho una visita recientemente, con el fin de comprobar sus condiciones de detención, su estado de salud y el respeto del derecho a la defensa”.

No obstante, el abogado de Coline Fay, el franco-español Juan Branco, ha expresado su preocupación y ha denunciado la falta de reacción del gobierno francés. Branco también ha formado parte de la defensa de Ousmane Sonko y se desplazó a Senegal hace unos meses, donde fue también detenido y encarcelado, antes de ser deportado a Francia.

Activismo climático y decolonial

“Francia, que apoya al presidente Macky Sall, parece incomodada por esta situación”, ha denunciado el abogado en declaraciones a France Bleu. “Pero mi clienta es alguien que nunca ha causado problemas, es simplemente una activista por la paz, que en el pasado se ha implicado en causas medioambientales. El apoyo de las autoridades consulares locales no es suficiente. Tenemos que sacarla de allí y llevarla de vuelta a Francia”.

Originaria de la región de Grenoble, Fay vive en Senegal desde hace un año y trabaja en un centro de salud como fisioterapeuta. Anteriormente había residido en España, donde formó parte del movimiento ecologista y se implicó en la campaña de Rebelión o Extinción en paralelo a la Asamblea Ciudadana por el Clima.

“Coline fue una de las principales impulsoras de que el movimiento ecologista en España, encabezado por Rebelión o Extinción, incorporase la noción de Justicia Climática a su discurso y demandas”, recuerda Héctor Escudero, amigo de Fay y compañero en el activismo climático. “Algo que viene de su convicción ecologista, antirracista y decolonial”.

Pulso entre Gobierno y oposición

La detención de la activista francesa pone el foco en la situación política en Senegal, donde el opositor Ousmane Sonko mantiene un pulso judicial y político con el presidente Macky Sall y con el actual Gobierno. Sonko fue encarcelado el pasado verano condenado por “llamamiento a la insurrección”, “asociación delictiva en relación con una empresa terrorista” y “atentar contra la seguridad del Estado”.

A estas condenas se sumó una en mayo por difamación a un ministro y otra por corrupción de menores en junio. Tras negarse a comparecer en el juicio sobre este último caso –que denunció como un complot para dejarle fuera de las elecciones– fue condenado en rebeldía a dos años de prisión.

El anuncio de la sentencia desencadenó varias manifestaciones y enfrentamientos entre partidarios de Sonko y fuerzas de seguridad. Amnistía Internacional cifró entonces en 23 el número de víctimas mortales, cifra superior a la oficial de 16 fallecidos, y reclamó una investigación independiente.

“Como parte de su activismo decolonial Coline hizo muchas amistades con gente de países del entorno. Conocía la situación complicada a nivel político en Dakar, llevaba tiempo siguiéndolo. Desde allí me contaba que el pueblo africano nunca ha ganado, pero que con Sonko se abre esa puerta, que por eso estaba yendo a las manifestaciones”, relata Escudero. “Me dijo en un audio: quiero dar todo lo que pueda por esta gente porque me he dado cuenta de que tenemos normalizados muchos derechos y privilegios que aquí no se disfrutan”.

Aumento de las salidas de migrantes

La situación se desarrolla además en un contexto en el que la emigración desde territorio senegalés hacia Canarias se ha convertido en un tema central de la campaña para la elección presidencial. El archipiélago canario ha registrado el mayor aumento en las llegadas de migrantes desde 2006, con 30.705 personas entre el 1 de enero y el 31 de octubre, más del doble (+111%) que en el mismo periodo del año anterior, según los últimos datos del Ministerio del Interior.

Según datos de Frontex y de varias ONG, los ciudadanos senegaleses y marroquíes, representan el mayor porcentaje de esas nuevas llegadas. Ante este repunte, a principios de este mes el presidente Sall pidió a su Gobierno la puesta en marcha de “nuevas medidas urgentes de seguridad, económicas, financieras y sociales para neutralizar la salida de emigrantes del territorio nacional”.

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