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Un sudanés devuelto en caliente en la tragedia de Melilla pone a prueba a Marlaska y pide asilo en la embajada de España en Rabat

Basir, junto a su abogado Arsenio G. Cores, en la embajada de España en Marruecos este martes

Gabriela Sánchez

13 de diciembre de 2022 20:45 h

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Cuando a Fernando Grande-Marlaska se le ha recriminado que quienes saltaron la valla el día de la tragedia de Melilla no tenían otra forma para pedir asilo en España, el titular de Interior ha tachado de falsas las denuncias y ha defendido la existencia de una serie de mecanismos establecidos en la legislación que, sin embargo, en la práctica apenas se aplican. Pero este martes, Basir, un sudanés superviviente de la tragedia de Melilla, ha dado el primer paso para poner a prueba las declaraciones del ministro. El joven ha acudido a la embajada de España en Marruecos para pedir asilo, acompañado por un equipo jurídico.

La posibilidad para pedir asilo en las embajadas españolas está recogida en la Ley de Asilo de 2009 pero su aplicación depende de un reglamento que nunca ha sido desarrollado. Como no existe un procedimiento establecido para solicitar protección en dependencias consulares, esta vía no es una opción estable ni real para quienes necesitan pedir refugio en España, menos aún para los migrantes subsaharianos en Marruecos, que carecen de libertad de circulación por el país.

Tras las declaraciones de Marlaska en el Congreso de los Diputados, en las que tachó de “falsas e irresponsables” las afirmaciones de diputados que recordaban la inexistencia de vías legales para entrar en España como solicitantes de asilo, Basir (nombre ficticio) ha registrado en la embajada española en Rabat un documento en el que argumenta su caso y pide protección internacional en aplicación de la Ley de Asilo de 2009, precisamente, la normativa citada por el ministro del Interior para defender su posición.

“El objetivo es que Basir, quien reúne todos los requisitos legales para que España le conceda asilo, tenga acceso al procedimiento de protección internacional y sea trasladado a España de forma inmediata y segura debido al riesgo que correo su vida y al riesgo de volver a ser torturado”, explica Arsenio G. Cores, abogado del despacho Demos (Estudio legal de derechos humanos). A pesar de una serie de “reticencias iniciales”, el letrado detalla que el joven sudanés, acompañado por el equipo jurídico, ha logrado registrar finalmente la documentación, que ha sido sellada por el personal diplomático.

Obstáculos

No es un procedimiento habitual. El Defensor del Pueblo ha recriminado al Gobierno recientemente “la imposibilidad” de que nacionales de terceros países puedan solicitar protección internacional en las representaciones diplomáticas de España en Marruecos, en base a lo establecido por la Ley de Asilo. “A través de las quejas recibidas se comprueba que el primer obstáculo, en la mayoría de las ocasiones insalvable, lo constituye la imposibilidad de acceso físico de estas personas a la embajada”, según una resolución emitida por la institución en octubre. Ángel Gabilondo se mostró entonces preocupado por “el alto número de personas, presumiblemente con necesidades de protección internacional, que se ven obligadas a poner en riesgo sus vidas para poder formular dicha solicitud, en lugar de hacer uso del procedimiento previsto en el citado” en la legislación.

Aunque no se ha llegado a crear un procedimiento para pedir asilo en las embajadas, los embajadores tienen potestad para emitir un salvoconducto que permita el acceso seguro a España de potenciales refugiados para que, una vez en suelo español, puedan formalizar su petición. La jurisprudencia del Tribunal Supremo apunta que “el embajador, en el marco de sus funciones, tiene la facultad para que, si según su criterio ”la integridad física de esa persona corre peligro“, se lleve a cabo el traslado al territorio nacional”.

La petición de Basir, por tanto, va más allá de un caso puntual y su resolución puede marcar la política migratoria. La respuesta del embajador podrá demostrar si pedir asilo en la embajada de Marruecos es una opción factible para los ciudadanos de origen subsahariano -como defiende el ministerio del Interior y el PSOE-. De verse aceptada, podría abrirse en la práctica una vía para solicitar protección desde uno de los países claves en la ruta migratoria hacia España, evitando así los riesgos ligados a las entradas irregulares. De ser denegada, desmentirá uno de los argumentos más repetidos por el Ministerio del Interior para defender las devoluciones en caliente en las vallas de Ceuta y Melilla: sobre esa supuesta posibilidad de pedir protección en las embajadas se basa la sentencia con la que la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos avaló los “rechazos en frontera” practicados por España a dos migrantes que saltaron la valla de Melilla en 2014. Y, a su vez, esta resolución de Estrasburgo es recordada por Marlaska cuando es cuestionado por los llamados “rechazos en frontera”.

“A pesar de cumplir todos los requerimientos establecidos por la legislación, fue devuelto ilegalmente por España. El embajador tiene la obligación de responder. Ahora, la pelota ya está en su tejado”, sostiene el letrado del solicitante a elDiario.es.

La huida de Basir

Basir presenta claras necesidades de protección internacional, sostienen sus abogados. El joven es cristiano y procede del estado de Kordofán del Sur, una de las zonas donde el conflicto de Sudán es más intenso, detalla el equipo jurídico. En 2013, su padre y hermano fueron asesinados a manos de la etnia Kawalib, Basir resultó “malherido y dado por muerto, pero sobrevivió y fue trasladado a un hospital en el que estuvo varias semanas”. Su madre le pidió que no volviera a la casa y que se refugiase con un tío en otra región del país, pero tampoco allí estaba seguro. Según su testimonio, sus familiares musulmanes “le maltrataron y forzaron a cambiar de religión bajo la amenaza de denunciarle ante la policía”. Cuando salió de Sudán, pasó por Egipto, Libia, Argelia y Marruecos. 

“En todos esos países ha sido, según su relato, detenido, torturado y sometido a tratos inhumanos. Ante la situación de inseguridad y la imposibilidad de ejercer sus derechos como refugiado no le quedó más opción que tratar de que sea un Estado europeo quien le brinde la protección que necesita”, reclaman sus abogados. 

Para pedir protección internacional en España, hay que llamar “a sus puertas”, dijo Fernando Grande-Marlaska. Basir ha llamado a una de ellas, gracias al apoyo facilitado por sus abogados. Ahora espera comprobar si, como dice el ministro, esta puerta puede abrirse para acogerle a él y tantos otros potenciales refugiados que malviven en Marruecos.

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