La Historia la escribimos todas

El otro día, después de romper con mi novio porque me miraba el móvil, quise darme un paseo hasta el centro para cambiarme las ideas. Como no soy de Madrid, me pareció necesario activar el GPS de mi móvil. Y mientras me paseaba, tras dos piropos y algunos insultos (es verdad que esta falda me sienta muy bien, pero es un poco corta), me di cuenta: todas estas calles por las que estoy pasando tienen nombres de hombres. Ahora que lo pienso, donde vivía antes, también pasaba. Claro, como tengo ya interiorizado que esto es un mundo de hombres, no había caído. Miro bien, y estoy sola en la calle. Los tíos me acosan por donde vaya, las calles llevan nombres de hombre… No hay sitio para mí.

Si alguien llega a dar su nombre a una calle, será porque habrá hecho algo importante, que su existencia ha marcado la Historia. “La Historia la escriben los vencedores”. ¿Quiénes han sido los vencedores en los campos de batalla? ¿Y los primeros vencedores en la lucha para el derecho al voto? Los hombres. ¿Cuántas luchas han tenido que ser necesarias para que las mujeres tengan algunos derechos, al igual que los hombres? Para poder votar, las sufragistas hicieron huelgas de hambre. Para poder usar contracepción, las mujeres tuvieron que salir a gritar a la calle… Si eso no son campos de batallas y victorias, ¿qué son?

No nos aprendemos los nombres de las mujeres que han escrito la Historia en el colegio. ¿Alguien sabe que el primer viaje a la Luna fue posible gracias a la investigación científica de una mujer? ¿Y que la mujer de Einstein le corregía sus ecuaciones? A que os sabéis los nombres de los primeros astronautas y de Einstein. Claro. Aquí falta visibilidad. El mundo no ha sido construido únicamente por los hombres, las mujeres hemos trabajado y hemos luchado igual que los hombres, pero no se nos ve. Lo que sí se ve actualmente, son los casos de violencia de género y la imagen que se trata de darnos en la publicidad. Machismo omnipresente.

Yo creía que mi condición era mejor que la de mi abuela, ahora me paro a pensar y falta aún mucho por hacer. Si a puestos iguales, gano yo menos que un hombre, ¿dónde está el progreso? Si los chicos van por la calle creyendo que pueden disponer de mi cuerpo, ¿cómo puedo sentirme segura en ella? Y si los nombres de las calles, que sabemos reflejan la cultura y los valores de la ciudad, son por mayoría nombres de hombres, ¿cómo sé yo que también puedo escribir la Historia?

Las calles con nombres de mujeres trabajadoras que han marcado la Historia existen en Madrid. Hay unas 70 más o menos. Sobre las más de 35.000 calles de Madrid, duele un poco que la cifra sea tan baja. Pero seguro que dentro de estas 70 mujeres, no conozco ni a la mitad. Lo aprendido nunca está perdido.

Hoy es 8 de marzo. El día de la mujer trabajadora. Estos chicos de Juventud Sin Futuro han hecho un callejero especial para celebrar este día: han puesto en evidencia todas las calles con nombre de mujer trabajadora, y nos han descrito cuales habían sido su campo de batalla y sus victorias. En un día en el que se recuerda que el trabajo hacia la igualdad entre hombres y mujeres no está terminado y que se necesita un 8M cada año para dar espacio a las mujeres y que reivindiquen sus derechos, este proyecto le da un toque alegre a todo. Hoy me pasearé por esas calles. Seguro que se escucharán algunos piropos e insultos, pero ya no pensaré que la calle no me pertenece. Y ya no pensaré que la Historia se hace sin nosotras.

El otro día, después de romper con mi novio porque me miraba el móvil, quise darme un paseo hasta el centro para cambiarme las ideas. Como no soy de Madrid, me pareció necesario activar el GPS de mi móvil. Y mientras me paseaba, tras dos piropos y algunos insultos (es verdad que esta falda me sienta muy bien, pero es un poco corta), me di cuenta: todas estas calles por las que estoy pasando tienen nombres de hombres. Ahora que lo pienso, donde vivía antes, también pasaba. Claro, como tengo ya interiorizado que esto es un mundo de hombres, no había caído. Miro bien, y estoy sola en la calle. Los tíos me acosan por donde vaya, las calles llevan nombres de hombre… No hay sitio para mí.