Alemania frena los experimentos en el laboratorio que protagonizó el escándalo de maltrato animal

Aldo Mas

Berlín —

Nombres muy conocidos de la industria farmacéutica alemana son, por ejemplo, Bayer, Merck KGaA, B. Braun Melsungen o Boehringer Ingelheim. A diferencia de lo que ocurre con los nombres de estas grandes compañías capaces de generar miles de millones de euros y de emplear a decenas de miles de personas, los nombres de las firmas del sector de los ensayos científicos con animales no se suelen conocer.

En Alemania, sin embargo, el laboratorio donde se experimenta con animales Laboratory of Pharmacology and Toxicology (LPT) se ha dado a conocer a la opinión pública estos días por el que posiblemente sea el peor motivo. Maltrato animal. De ello dan cuenta las denuncias de las organizaciones animalistas Soko-Tierschutz y Cruelty Free International hechas públicas a través del periódico Süddeutsche Zeitung y de la televisión pública ARD. Ya se han registrado varias denuncias ante las autoridades judiciales y a la firma, según se ha sabido esta semana, se le ha impedido realizar nuevas pruebas en animales.

Este extremo lo confirma a eldiario.es la propia Oficina de Protección del Consumidor y Seguridad Alimentaria (LAVES, por sus siglas alemanas) de Baja Sajonia, donde tiene su sede LPT. “Actualmente todos los proyectos de investigación en LPT están sujetos a comprobaciones. No habrá nuevos permisos para realizar nuevos experimentos con animales en LPT hasta esta comprobaciones no hayan terminado”, dicen en LAVES sobre las últimas medidas puestas en marcha contra LPT.

Aviso a los lectores: Atención, este vídeo muestra imágenes muy duras de maltrato animal

Lo habitual es que el público desconozca a una empresa como LPT, incluso en Alemania, país que, sin embargo, también está en Europa a la cabeza en este ámbito. “Las pruebas con animales son un gran negocio y en pocos países de la UE hay más que en Alemania”, según el Süddeutsche Zeitung.

Friedrich Mülln, presidente Soko-Tierschutz y responsable de dicha investigación, explica a eldiario.es cómo su organización pasó casi un año preparando su última investigación. Su asociación logró infiltrar a una persona como empleado en la empresa familiar LPT, una compañía capaz de mover un volumen de negocio anual superior a los 10 millones de euros, según datos de Soko-Tierschutz. LPT realiza investigaciones científicas con animales.

El infiltrado de Soko-Tierschutz grabó imágenes de un cuestionable trato a los animales que sirve ahora para tachar a LPT no sólo como un “laboratorio de la muerte”, sino también para denunciar a la empresa ante la justicia.

“Hemos preparado una denuncia contra trabajadores del laboratorio y también contra funcionarios de las autoridades responsables de la vigilancia de estos trabajos”, dice Mülln. Su organización no sólo reprocha maltrato a LPT, también carga contra las autoridades germanas responsables de la vigilancia de las condiciones en las que tienen lugar las tareas de investigación de esa compañía. No obstante, las autoridades veterinarias y de consumidores de Baja Sajonia también han denunciado a la justicia la actividad de LPT.

Gracias a Soko-Tierschutz han salido a la luz imágenes de monos que sirven como conejillos de indias y que viven en celdas de tamaño insuficiente, mientras que las celdas de los perros están en un cuestionable estado higiénico, algunas de ellas ensangrentadas, o de cómo se extrae sangre a gatos en precarias y dolorosas condiciones.

“Dices que has tenido un acuario y te contratan”

No es la primera vez que Mülln y compañía ven este tipo de escenas denunciadas por su organización como un caso de maltrato animal.“En 2003, en 2013 y ahora en 2019, me he adentrado en el mundo de los laboratorios donde se realizan pruebas con animales. Las investigaciones ofrecieron siempre resultados catastróficos. No sólo a nivel legal, sino también a nivel de la caótica situación que impera en este sector”, señala el responsable de la organización animalista que ha denunciado el caso de LPT.

En Soko-Tierschutz han constatado lo relativamente fácil que resulta acceder a un empleo en estas empresas. “Cuando me infiltré en 2003, me limité a decir en la entrevista de trabajo que había tenido un acuario. Eso bastó para que me contrataran”, cuenta Mülln. En la última operación de su organización, el infiltrado en LPT dijo que era electricista de formación.

Para Mülln, clave para que haya empresas como LPT en Alemania resulta la existencia de una gran industria farmacéutica que, de alguna manera u otra, acaba aprovechándose de los servicios de quienes ofertan la investigación sobre animales. “LPT es una de las empresas más grandes del sector en Alemania. Hay una gran cantidad de empresas de este tipo en el país, pero sus nombres nadie los conoce en el debate público. No pasa como con Merck & Co. o Bayer, empresas que dejan a estas otras compañías desconocidas hacer el trabajo sucio”, expone Mülln.

En Soko-Tierschutz comentan, además, que si este tipo de empresas han arraigando en Alemania, ésto es debido a la tradicional buena reputación del 'Made in Germany'. Del mismo modo que un producto industrial con esas palabras está, por así decir, “asegurado” en términos de calidad, lo mismo parece ocurrir con los análisis científicos sobre animales que se desarrollan en suelo germano.

“Alemania tiene una muy buena reputación internacional, es una fama de país donde se trabaja de manera muy precisa y donde se trabaja de forma limpia y ordenada”, razona Mülln. “Pero los grandes laboratorios utilizan esto a su favor. Piensan que la buena reputación de los laboratorios alemanes les llega caída del cielo al estar implantados en Alemania”, abunda el responsable de Soko-Tierschutz.

A raíz de las revelaciones de su organización, ahora hay grandes empresas farmacéuticas que se distancian de LPT. Es el caso de la multinacional Livisto, que tiene sede en Barcelona y fábricas en España. “Conocíamos este laboratorio, somos conscientes de lo que ha pasado y obviamente no estamos de acuerdo con este tipo de maltrato animal”, dicen a eldiario.es desde Livisto, empresa que anteriormente había trabajado con LPT. “A raíz de lo ocurrido ahora, no vamos a contar más con esta empresa”, abundan en esta empresa.

“La pesadilla de los animales”

Mülln y compañía no obvian el poder de este sector a la hora de hacer lobby sobre los políticos alemanes. En virtud de ese trabajo, en cualquier caso, puede explicarse que Alemania se esté enfrentando actualmente a las autoridades europeas por no dar los pasos previstos en la legislación de la Unión Europea emitida en 2010 en materia de protección para los animales empleados en la industria de los análisis de uso científico.

Este verano, la Comisión Europea pidió sin mucho éxito explicaciones al Gobierno alemán a cuenta de la pasividad de Berlín en esta materia. “Esto muestra que la política en Alemania en este tema es lo suficientemente arrogante como para, durante años ya, situarse al margen de la legislación europea. Da vergüenza”, lamenta Mülln.

El responsable de Soko-Tierschutz no está sólo cuando critica al Gobierno de gran coalición formado por conservadores y socialdemócratas que dirige la canciller Angela Merkel. La diputada ecologista Renate Künast, toda una ex ministra de Agricultura y Alimentación entre 2001 y 2005, ha señalado a cuenta del comportamiento del Ejecutivo alemán en este tema que “la gran coalición es una pesadilla para todos los animales”. Pero, en la oposición, la voz de Künast no parece oírse lo suficiente.

Al sector del negocio millonario que desarrollan en Alemania empresas como LPT, la empresa de Baja Sajonia que ha sido la última en ver destapadas sus vergüenzas gracias a Mülln y compañía, se le atribuyen “muchas” muertes registradas entre los millones de animales utilizados cada año para la investigación. Parece que esas muertes todavía no son suficientes para que Angela Merkel haga cambiar esto en su país.