Alquilar “muebles con moral” para hacer un favor al planeta
Un sofá para dos personas con chaise longue de la empresa berlinesa diseñadora de muebles Noah Living, 46 euros. Una mesa de calidad y diseño premium para comer en el salón procedente de la Selva Negra (suroeste alemán), 11 euros. Cojines de la marca madrileña Alfombras Étnicas especializada en tejidos del altiplano andino, 2 euros.
El precio real de esos productos de alta gama no es ese. Baste como ejemplo saber que el sofá con chaise longue cuesta en realidad casi 3.300 euros. Sin embargo, por 46 euros al mes, la start-up muniquesa Frently lo pone al alcance de cualquiera que quiera pagar ese alquiler.
El negocio de Frently es precisamente alquilar productos de alta calidad y con el sello de “sostenibles” con el objetivo, dicen, de combatir esa habitual dinámica que consiste en comprar muebles baratos para después desecharlos al poco tiempo. Por eso, el equipo de seis personas que compone esta pequeña empresa se llaman a sí mismos “activistas del mueble”.
“La industria de los muebles en una de la más grandes del mundo, pero lamentablemente también es una de las más contaminantes. En Europa, cada año acaban en la basura 10,5 millones de toneladas de muebles al año. Esto es un gran problema de contaminación del medioambiente y también un uso astronómico de recursos”, señalan en Frently para justificar por qué los hermanos Baumann se lanzaron a la aventura de crear una start-up de muebles.
Raphael Baumann, CEO de la firma, y sus tres hermanos están detrás de la empresa. Ellos son el núcleo duro de este negocio de alquiler de muebles.
“Ahora, los materiales que se usan en los muebles que más se suelen comprar no son de gran calidad. En el sector, por lo general, se ha asumido que, usando este tipo de materiales baratos, los muebles se tienen que cambiar cada poco tiempo. Son muebles baratos, pero no duran mucho”, dice a ElDiario.es Raphael Baumann. “Pensar así el negocio de los muebles es algo fatal para el medioambiente”, añade.
De ahí que la idea fundacional de Frently sea facilitar a sus clientes el acceso a productos de calidad hechos para durar. La intención de cambiar el modo en que se consume el mobiliario para beneficiar al medioambiente es lo que ha hecho que en el diario berlinés Der Tagesspiegel digan que los muebles de Frently son “muebles con moral”.
Ayuda a ver de esta forma la actividad de los hermanos Baumann y su equipo que la compañía esté donando un 1% de sus ingresos para apoyar causas medioambientales. Como negocio, Frently forma parte de la ONG “1% for the Planet”, una iniciativa creada precisamente para ayudar a empresas e individuos a canalizar su deseo de contribuir con organizaciones dedicadas a las luchas medioambientales.
Fundada en 2002 en Estados Unidos, esta ONG ha conseguido en dos décadas la financiación de grupos ambientalistas con 250 millones de dólares (220,7 millones de euros).
Los muebles de Frently, que de momento sólo está implantada en Múnich y Berlín, también tratan de ser duraderos porque, según la selección que hacen los Baumann y compañía, los estilos del mobiliario que ponen en alquiler resultan más bien atemporales. No parecen muebles que puedan ser víctimas del paso de ninguna moda.
Se alquilan muebles que sólo “duren mucho tiempo”
Además, si duran los muebles de Frenlty es porque “nosotros sabemos ocuparnos de los muebles, sabemos repararlos, porque hay que saber que cuando hablamos de muebles buenos, éstos se pueden reparar, en general, muy bien; se pueden corregir daños y, así, tras una revisión y reparación se pueden alquilar de nuevo como si fueran nuevos”, aclara Baumann.
Entre sus hermanos y su equipo hay especialistas en carpintería y fabricación de muebles. Para evitar un gran impacto medioambiental, sus productos son regionales. Como muy lejos, los muebles vienen de empresas de otros países de Europa. Otras regiones del plantea, con peores condiciones laborales para los trabajadores, resultan más baratas a la hora de comprar muebles. Entre esas firmas europeas hay grandes nombres internacionales y pequeñas compañías locales.
“Lo que nos importa es que sean muebles que se puedan mantener en uso durante mucho tiempo, además de que durante la fabricación del mueble no se produzcan muchas emisiones, porque es en el proceso fabricación de los muebles donde hay más emisiones de dióxido de carbono”, según Baumann.
Alude el CEO de Frently a uno de los gases de efecto invernado con mayor responsabilidad en el calentamiento global. Según las cuentas que hacen en Frently, en 2020, primer año de actividad de esta start-up alemana, a través de su empresa hubo un ahorro de 26.582 kilogramos de dióxido de carbono.
El alquiler de los muebles sostenibles de Frently, a priori, puede interesar a ese consumidor joven y urbano que, por trabajo o estudios, por ejemplo, aún no tiene sus propios muebles para el apartamento en el que vive. Daniel, otro de los Bollmann, ha explicado que la oferta de Frenlty se dirige a “gente joven que está dando sus primeros pasos en el mundo laboral y que no tiene ganas de tener los típicos muebles de Ikea, pero que tampoco tiene presupuesto para comprar muebles sostenibles”.
Amueblar una habitación de piso compartido: 35 euros al mes
Así, por ejemplo, amueblar una habitación de un piso compartido con los muebles de Frently, según los cálculos que presenta la propia empresa, incluyendo una cama, un colchón, una lámpara, un escritorio y una silla, sale por 35 euros al mes. Pagar esos muebles de Frently a tocateja saldría por 2.371 euros.
Baumann apunta que su empresa también se dirige a quienes quieren probar lo que es tener este tipo de mobiliario. “Hay gente que quiere probar y pensar si le gusta tener este tipo de muebles. A estos también les ofrecemos la posibilidad de comprar el mueble tras el contrato de alquiler”, apunta Baumann.
Aunque de momento su empresa sólo alquila muebles en Berlín y Múnich, Baumann no esconde deseos de expandirse. Su modelo negocio ya se explota bien en Estados Unidos. Frently pasa por ser pionera en Europa en el alquiler de mobiliario sostenible. Está por ver si tendrán éxito. La empresa está actualmente en busca de inversores.
Pero hay algo, en principio difícil, que ya han logrado los Bollmann: lanzar una empresa en mitad de una pandemia que ha frenado muchos sectores de la economía mundial. “Nuestra industria, la de los muebles, no ha sufrido grandes impactos en la pandemia. Al contrario, mucha gente ha pasado a interesarse por el mobiliario de sus casas para que estén bonitas por dentro”, concluye Baumann.
4