La suspensión de pagos de Toys 'R' Us, el mayor distribuidor de juguetes del mundo, es el último y más rotundo exponente de las dificultades que atraviesan algunos operadores tradicionales de este sector. Un camino por el que, a escala mucho más modesta, ya transitó en España la cadena Poly (que fue a concurso de acreedores en 2012 y en 2014 acabó en manos de la francesa Ludendo). Un camino, también, con el que lleva tiempo coqueteando Imaginarium, que en julio pasado anunció un acuerdo in extremis con sus acreedores para refinanciar más de 30 millones de euros de deuda, en paralelo a la entrada de varios inversores internacionales.
La historia de Toys 'R' Us guarda ciertos paralelismos con la de la cadena zaragozana, salvando las enormes distancias entre ambas. Porque el gran problema de las dos es la deuda, derivada, en el caso de Imaginarium, de un crecimiento descontrolado en plena crisis que se ha saldado con pérdidas millonarias desde 2012. En el caso de Toys 'R' Us, con más de 1.600 tiendas en todo el mundo, 64.000 empleados y unas ventas a escala global de unos 9.600 millones de euros, el gigante estadounidense ha anunciado que se acogerá a la ley de quiebras de ese país para refinanciar un endeudamiento de 5.000 millones de dólares. 400 millones le vencen en 2018.
La cadena, que ha asegurado que de momento no cerrará tiendas y continuará sus operaciones con normalidad, ha decidido acogerse a la suspensión de pagos a dos meses de la campaña navideña, que concentra un 25% de sus ventas, y tiene ante sí el reto de lograr que las aseguradoras sigan cubriendo el riesgo de su mercancía. En España, con ventas de 226 millones anuales, más de 50 tiendas y 1.600 empleados, la cuota de Toys 'R' Us ronda el 22% del mercado. Como apunta La Información, su facturación se ha desplomado más de un 28% desde 2007, el año previo a la crisis.
Se ha señalado al gigante del comercio electrónico Amazon como gran responsable de la bancarrota de la cadena estadounidense, víctima de la nueva generación de padres de la era millennial. Sobre todo en su país origen, después de que, según datos de según la consultora Kloster Trading citados por la agencia Reuters, la compañía de Jeff Bezos haya arrebatado a Toys ‘R’ Us el liderazgo de ventas en el sector juguetero en EE UU.
Sin embargo, como apuntaba este martes el Financial Times, la declaración de quiebra de Toys ‘R’ Us es también en buena parte responsabilidad de sus dueños: los fondos de capital riesgo KKR y Bain Capital la compraron hace doce años junto a la firma de inversión inmobiliaria Bornado por 6.600 millones de dólares y endeudaron a la juguetera con 5.000 millones para financiar la operación, una losa que se ha traducido en un coste anual de unos 250 millones anuales para financiar el servicio de esa deuda. El rotativo británico, citando datos recopilados del regulador bursátil de Estados Unidos, añade que en estos años las tres firmas “se han pagado a sí mismas más de 200 millones en gastos y tarifas de asesoramiento y gestión”.
“Muerte anunciada”
Un exdirectivo del sector juguetero, que pide el anonimato, apunta como explicación de la caída del gigante estadounidense, además de ese apalancamiento, un problema de modelo de negocio, basado en la apertura de grandes tiendas en el extrarradio de las ciudades (frente a la tendencia reciente de algunos operadores de volver al centro urbano), una deficiente experiencia online y una gestión, cuando menos, errática. “Es la crónica de una muerte anunciada”, resume.
Algunos analistas creen que la quiebra de Toys ‘R’ Us puede “amplificar” los retos que afrontan algunos grandes fabricantes del sector, como Lego, que hace dos semanas anunció el mayor recorte de plantilla de su historia (1.400 empleados, un 8% del total) tras registrar en el primer semestre del año su primera caída de ventas en una década. No obstante, conviene recordar que la empresa danesa lleva una década acostumbrada a aumentar su facturación a tasas de doble dígito y en este periodo su plantilla se había triplicado.
Fabricantes tranquilos
José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), apunta que los problemas de Toys ‘R’ Us “son en EE UU y Canadá” y que el mensaje que ha trasladado la cadena es que la campaña navideña, que en España concentra el 60% de las ventas totales, “se va a desarrollar con normalidad, o eso nos aseguran”.
La AEFJ aglutina a unos 200 fabricantes con una facturación anual de unos 1.500 millones anuales (el 40% se destina a la exportación), 4.500 empleos directos y más de 20.000 indirectos. El sector, dice su presidente, vive un momento “francamente bueno” y está a punto de encadenar tres ejercicios en positivo, con un crecimiento que en agosto fue del 7% y un aumento de las exportaciones del 22% en julio.
“Otra cosa son los modelos de negocio de cada uno y cómo ejecutes la estrategia”, dice Pastor, que recuerda que este es un mercado “muy estacional en el que las cosas pasan muy rápido, se vive todo con mucha inmediatez: el 60% de las ventas se concentra en tres semanas y el 75% en los últimos tres meses del año”. Con un público objetivo “tan especial, que cambia de gustos o preferencias en cuestión de segundos”, adaptarse es “fundamental, seas fabricante o distribuidor”.