La presidenta del Banco Santander, Ana Botin, ha confiado hoy en que España tenga estabilidad política “cuanto antes” para generar confianza, seguir creciendo y creando puestos de trabajo, para que los empresarios “se animen a invertir y la gente se anime a comprar casas”, entre otras cosas.
Botín se ha expresado de esta forma en su respuesta a uno de los 27 accionistas que han hablado en el extenso turno de intervenciones de la junta general de accionistas del banco y ha reconocido que “el entorno político afecta al banco y nos afecta a todos”.
Sin embargo, ha recordado que no le gusta hablar de política, como tampoco lo ha hecho explícitamente en su discurso.
A la pregunta de otro accionista, extrañado de que ya no se vea a los empleados y directivos de la entidad vistiendo su característica corbata roja, ha contestado que ese no es el único símbolo de compromiso con el banco.
“Con corbatas rojas o azules, estamos decididos a que el Santander sea cada vez mejor banco para los accionistas”, dijo.
También insistió en respuesta a otro interviniente en que la sede central de la entidad no se va a mover de Santander, y reafirmó su compromiso con Cantabria, donde la entidad nació hace más de 150 años.
Sobre la posibilidad de que Gran Bretaña salga de la Unión Europea, lo que se conoce como “Brexit”, dijo que se trata de una decisión de los británicos, aunque a su juicio “es bueno que sigan en Europa”.
“Veremos lo que pasa en junio (en el referendum donde los ciudadanos de ese país decidirán si se van de la UE), dijo, pero en cualquier caso, en la entidad ”tenemos planes de contingencia y podemos afrontar cualquier cosa que ocurra“.
La entidad tiene en Reino Unido una de sus franquicias más potentes, que ella misma presidió durante cuatro años, justo antes de regresar a España para ocuparse de todo el grupo tras el repentino fallecimiento de su padre, Emilio Botín, en septiembre de 2014.
También respondió a la regañina de varios accionistas, que no están conformes con el dividendo actual (0,20 euros frente a 0,60 de antes) ni con la forma de pagarlo, e insistió en que lo importante es lo que se cobra en efectivo.
Según explicó, el dividendo anterior era dilutivo y el actual no lo es y hace un año, cuando decidieron cambiar la política retributiva tras muchas reflexiones y debates, se tuvo en cuenta la nueva regulación, la capacidad del banco para generar beneficios y el interés de todos los accionistas.
“El dividendo es una prioridad absoluta para el banco”, dijo Botín, que añadió que “somos conscientes de que tenemos 3,7 millones de accionistas y siempre estamos pensando en ellos”.
El año que viene se propondrá elevar el dividendo, y si se aprueba, la rentabilidad sería de casi el 4 %.
También se mostró de acuerdo con otros accionistas, que se quejaron de la cotización del banco en bolsa, que “no refleja la calidad del banco ni los buenos resultados”, aunque se mostró convencida de que en el futuro sí lo hará.
Sin embargo, destacó que la evolución bursátil ya es mejor que la de sus comparables desde la presentación de los resultados anuales, y “según vayamos cumpliendo objetivos se notará en la acción”.