La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) prevé que 2022 se cerró con un crecimiento de la economía del 5,3%, nueve décimas por encima de su estimación anterior. En 2023, apunta ahora a un crecimiento del PIB (Productor interior bruto) del 1,6%, una décima al alza y en la misma línea de instituciones como el Banco de España, aunque por debajo del 2,1% que espera el Gobierno.
“El mejor final de 2022 frente a lo anticipado y la mejora de los supuestos sobre los precios de las materias primas energéticas en 2023 justifican una revisión al alza del crecimiento esperado en 2023”, explica la AIReF.
“En el ámbito de los precios, la moderación reciente de los incrementos de los precios industriales y energéticos, ha redundado en un descenso más rápido de lo esperado de la inflación energética de finales de 2022”, continúa.
Sin embargo, advierte de que “la mejor evolución de los precios energéticos ha venido acompañada de elementos que parecen apuntar hacia una mayor persistencia del crecimiento de otros componentes del IPC. Conjuntamente todos los factores considerados redundan en una revisión al alza en la tasa de variación del IPC prevista para el año 2023”.
Dato a dato se han ido desmintiendo las peores previsiones para la economía en España. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, llegó a decir hace poco más de un mes que España estaba “al borde del precipicio”.
En cambio, el crecimiento en este año acerca la recuperación del PIB al nivel pre COVID, a menos de un punto porcentual. Tanto Francia como Italia y Alemania completaron antes la reconstrucción. Pero la economía de España sufrió un shock más acusado en la pandemia, por el mayor peso del turismo y de los servicios en general, fuertemente condicionados por los confinamientos.
Precisamente, la primera temporada alta del turismo sin restricciones por la COVID ha impulsado el crecimiento del PIB en nuestro país, el mayor entre las grandes economías de la eurozona en 2022, aguantando el golpe de las subidas de precios y la pérdida de poder adquisitivo de las familias. La fortaleza del mercado de trabajo tras la reforma laboral de 2021 está siendo el gran dique de contención de la inflación.
Los trabajadores tienen menos capacidad de compra, pero han mantenido los ingresos y se ha reducido la temporalidad. Es decir, afrontan el futuro con una certidumbre desconocida en España ante otras crisis, marcadas dramáticamente por rápidas y dolorosas escaladas del paro. Y eso ha salvado el consumo.
Y tanto la fortaleza del mercado de trabajo como la moderación de las subidas de precios, que ahora son especialmente preocupantes en la alimentación, se traducen en unos buenos resultados empresariales en la mayoría de sectores.
Menos déficit
La Airef también analiza el cierre del año en materia de los objetivos de estabilidad presupuestaria. Esto es, el déficit. El organismo que preside Cristina Herrero estima que 2022 ha cerrado con un déficit público del 4,5%, frente al 5% contemplado por el Gobierno en los Presupuestos del curso recién terminado.
La cifra definitiva avanzada por la Airef supone dos décimas más de lo que contemplaba el organismo en su anterior previsión. Este desfase en las cuentas lo achaca fundamentalmente al impacto del Real Decreto de medidas frente a la subida de precios presentado por el Gobierno días antes del cierre del año. Por administraciones, los cambios se concentran en la Administración Central por la inclusión de las últimas medidas y en las CCAA por la mayor previsión de gasto derivada de los últimos datos de ejecución presupuestaria.
La Airef ya había avanzado desde el pasado verano que el objetivo de déficit marcado por el Gobierno para este curso estaba por encima del cierre que ellos planteaban. El organismo ha achacado esta reducción del desfase de las cuentas a la evolución de la recaudación fiscal, por encima de lo previsto inicialmente en los Presupuestos del curso pasado.
La Airef estima que el déficit de la Seguridad Social alcanzará el 0,5% del PIB en 2022, similar a la previsión del Plan Presupuestario de octubre de 2022. La estimación mejora por la mayor previsión de cotizaciones, aunque el cierre se mantiene en el -0,5%. Las CCAA cerrarán 2022 con un déficit del 1,1% del PIB, manteniendo el déficit acumulado a octubre. La AIReF empeora una décima su déficit al aumentar el nivel esperado de gasto de acuerdo con la última información de ejecución presupuestaria. Finalmente, la AIReF mantiene la previsión de cierre de las entidades locales en 2022 en un superávit en torno al 0,2% de PIB, si bien con una ligera caída respecto a la última estimación, superando la tasa de referencia (0%) y la previsión del Gobierno (0,1%).
Incremento de la recaudación
La Airef considera que el año 2022 ha cerrado con un incremento de los ingresos tributarios del 13% respecto a los registros del año 2021. Por tributos, el organismo señala que el peso del IRPF alcanzará el 8,3% del PIB, medio punto más que el año anterior, gracias al aumento del empleo, los salarios y las pensiones. Sociedades tendrá un peso del 2,5% del PIB, tres décimas más que en 2021.
El IVA quedará en el 6,3% del PIB, con un crecimiento idéntico al de la fiscalidad de las empresas, pese al impacto de la rebaja de impuestos sobre la electricidad, que la Airef cifra en 1.723 millones. Pierden peso los impuestos especiales, quedándose en el 1,5% del PIB. Cifra en 1.909 millones el impacto hasta noviembre de la reducción del impuesto especial sobre la electricidad.