Christine Lagarde mantiene la artillería “al completo”. Así lo ha decidido el consejo de gobierno del Banco Central Europeo en su reunión de este jueves. El BCE, además, ha decidido mantener inalterables los tipos de interés.
“El Consejo de Gobierno continuará las compras en el marco del programa de compras de emergencia pandémica (PEPP) con una dotación total de 1,85 billones de euros”, dice el Banco Central Europeo, que se compromete a realizar “compras netas de activos hasta al menos finales de marzo de 2022 y, en todo caso, hasta que juzgue que la fase de crisis del coronavirus ha terminado”.
“En este contexto”, dice ha dicho Lagarde, “un amplio estímulo monetario sigue siendo esencial para preservar unas condiciones financieras favorables durante la pandemia para todos los sectores de la economía. Al ayudar a reducir la incertidumbre y reforzar la confianza, esto fomentará el gasto de los consumidores y la inversión empresarial, apuntalando la actividad económica y salvaguardando la estabilidad de precios a medio plazo. Mientras tanto, la incertidumbre sigue siendo alta, incluso en relación con la dinámica de la pandemia y la velocidad de las campañas de vacunación”.
Según Lagarde, “los datos económicos, las encuestas y los indicadores sugieren que el resurgimiento de la pandemia y la intensificación de las medidas de contención probablemente hayan llevado a una disminución de la actividad en el cuarto trimestre de 2020 y también se espera que pesen sobre la actividad en el primer trimestre. de 2021, en línea con las proyecciones macroeconómicas de diciembre de 2020”.
Estas proyecciones preveían en diciembre una caída del PIB del 7,3% en 2020; y crecimientos del 3,9% en 2021, del 4,2% en 2022 y del 2,1% en 2023. En comparación con las proyecciones macroeconómicas elaboradas por los expertos del BCE de septiembre de 2020, las perspectivas de actividad económica se revisaron a la baja: en septiembre, la caída del PIB prevista para 2021 por el BCE era del -8%, en lugar del -8,7% que avanzó en junio. Asimismo, en 2021 el BCE esperaba que la economía creciera en un 5,2%, dos décimas más de lo previsto en junio, mientras que en 2022 preveía un crecimiento del 3,2%, una décima por debajo del 3,3% que proyectó en junio.
“En general”, ha dicho Lagarde, “los riesgos que rodean las perspectivas de crecimiento de la zona del euro siguen siendo agudos, pero menos pronunciados. Las noticias sobre las perspectivas de la economía mundial, el acuerdo sobre las relaciones futuras entre la UE y el Reino Unido y el inicio de las campañas de vacunación son alentadoras, pero la pandemia en curso y sus implicaciones para las condiciones económicas y financieras siguen siendo fuentes de riesgo”.
En este sentido, el BCE “pide a los Estados miembros que aceleren el proceso de ratificación” del fondo anticrisis de 750.000 millones de euros y que “finalicen sus planes de recuperación y resiliencia y utilicen los fondos para un gasto público productivo, acompañado de políticas estructurales que mejoren la productividad. Esto permitiría que el programa de la UE contribuyera a una recuperación más rápida, más fuerte y más uniforme y aumentaría la resistencia económica y el potencial de crecimiento de las economías de los Estados miembros, respaldando así la eficacia de la política monetaria en la zona del euro. Estas políticas estructurales son particularmente importantes para abordar las debilidades estructurales e institucionales de larga data y para acelerar las transiciones verde y digital”.
En paralelo, el BCE seguirá con las compras de deuda del programa de compra de activos (APP) a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros, unas compras que se prolongarán “durante el tiempo que sea necesario para reforzar el impacto de los tipos de interés oficiales” y finalizarán “poco antes de que comiencen a subir los tipos de interés”.
El Banco Central Europeo aprobó el 10 de diciembre dedicar otros 500.000 millones adicionales a la compra de activos para rebajar la presión sobre las deudas galopantes de los Estados de la eurozona a cuenta de la respuesta a la crisis sanitaria y económica de la pandemia del coronavirus. En total, el BCE anunció que empleará 1,85 billones de euros hasta marzo de 2022. Su última decisión era destinar 1,35 billones hasta junio de 2021.
La decisión de Lagarde tuvo que ver con las proyecciones macroeconómicas elaboradas por los expertos del Eurosistema para la zona del euro.
EUROSTAT
La deuda pública de la eurozona creció hasta el 97,3 % del producto interior bruto (PIB) en el tercer trimestre de 2020, frente al 95 % registrado entre abril y junio, mientras que el déficit público se moderó hasta el 5,8 % tras haberse disparado hasta el 11,6 % en el segundo trimestre, según informó este jueves la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.
España registró el cuarto mayor déficit de la Unión Europea (UE) en el tercer trimestre de 2020, del 7,7 % del PIB, y se situó como el sexto país con mayor deuda, con 114,1 % del PIB, según informó este jueves la oficina de estadística comunitaria, Eurostat. En el conjunto de la UE, la deuda pública alcanzó el 89,8 % del PIB, tras llegar al 87,8 % entre abril y junio.
El déficit de la zona euro, por su parte, se situó en el tercer trimestre del año en el 5,8% del PIB, lo que representa un sustancial ajuste desde el 11,9% registrado entre abril y junio, aunque el dato quedó todavía muy por encima del 0,7% del mismo trimestre de 2019, mientras que la deuda pública de los Diecinueve subió al 97,3% desde el 95% del segundo trimestre y el 85,8% del tercer trimestre de 2019, según informó Eurostat.
En el conjunto de la Unión Europea, el déficit público alcanzó en el tercer trimestre del año el 5,6% del PIB, frente al 11,6% de los tres meses inmediatamente anteriores. En el mismo trimestre de 2019, el desequilibrio negativo de las cuentas públicas de la UE fue del 0,7% del PIB.