El Banco de España ha publicado este martes su informe del año 2017. En el documento, el supervisor bancario español destaca la evolución positiva del sector financiero español en apartados como la mejora de la solvencia, el descenso de la morosidad o el avance en la rentabilidad de su actividad.
Sin embargo, el organismo asegura que sigue enfrentándose a “retos significativos” que transformarán la actividad del sector bancario. Uno de los más destacados por parte del Banco de España es la pérdida de intermediación bancaria. Es decir, que las entidades pierden parte de su rol central en el sistema financiero.
En concreto, se apunta que existe una diversificación en las vías de financiación de los distintos actores de la economía, con una pérdida de peso de las vías bancarias. En ello, destaca el refuerzo de herramientas como el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) o leyes que impulsan métodos alternativos para acceder a la inversión. El Banco de España remarca que es cada vez más común la idea de que una financiación diversificada reduce el riesgo. Reconoce que la “limitada traslación de los tipos bajos a los créditos” afecta a esta búsqueda de vías más baratas.
La pérdida de esta intermediación bancaria llegará también por la vía tecnológica, como apunta el Banco de España. El informe advierte de la necesidad de aumentar la innovación entre las entidades bancarias, con el consiguiente aumento de costes a corto plazo. Estas inversiones serán necesarias, según el organismo, para no perder cuota de mercado ante la irrupción de nuevos competidores en algunas áreas de su actividad.
En concreto, el Banco de España subraya que, pese a que se están sellando alianzas entre entidades bancarias, la entrada de nuevos competidores producirá una pérdida de ingresos en áreas como las de los pagos. El organismo apunta que hay tecnológicas de “gran entidad” y con una alta capacidad de gestión de datos. “Supone un reto importante”, apunta el documento, que destaca el impulso que va a supone la normativa de medios de pago (PSD2), que ha entrado en vigor este año y que el Gobierno todavía no ha terminado de trasponer.
Entre los retos señalados por el Banco de España también se encuentra el de la reducción de la morosidad. Aunque el organismo destaca los avances que se han hecho en el sector por recortar su exposición a este tipo de activos, apunta que el ritmo está siendo “moderado”, por lo que advierte de la necesidad de “perseverar” en estos trabajos. Sus estimaciones apuntan a que para 2020 la ratio de mora seguirá siendo relativamente alta. El propio gobernador del Banco de España, Luis María Linde, destaca en su escrito dentro del informe la importancia de que el sector siga trabajando en este campo.
Por último, el Banco de España apunta que la existencia de los tipos de interés bajo está teniendo un impacto en los ingresos de las entidades bancarias. Además, advierte de que si se mantienen de manera prolongada en el tiempo, esto podría tener nuevos impactos “negativos” en la banca.