La Sociedad de activos procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb) ha amortizado de forma extraordinaria bonos senior por 857,5 millones de euros, con lo que el volumen total de deuda cancelada desde su creación en 2012 asciende al 25,4%, según ha informado el conocido como banco malo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La sociedad presidida por Jaime Echegoyen se constituyó en 2012 con la compra de 50.781 millones de euros en activos procedentes de las cajas de ahorro, que eran fundamentalmente préstamos al promotor. Para llevar a cabo esta actuación, la Sareb emitió deuda senior avalada por el Tesoro.
Del total, el banco malo ha cancelado, en términos absolutos, unos 12.835 millones de euros en casi seis años, con lo que aún queda por amortizar los 37.906 millones de euros. La Sareb se constituyó en 2012 con un plazo máximo de 15 años de vigencia, durante el cual debería acometer las desinversiones en todos sus activos. Tendría todavía algo más de nueve años para amortizar casi el 75% de la deuda.
El Estado es el primer accionista de Sareb, a través del fondo de rescate bancario, el FROB, que mantiene en torno al 45% de las acciones. Recientemente este organismo anunció que se anotó en 2017 un deterioro de 947 millones en su inversión en el banco malo. El resto de los accionistas de la entidad son las principales entidades financieras.
Concretamente, la Sareb ha amortizado en esta ocasión un total de 8.575 títulos de bonos senior 2016-4, 2015-4, 2017-2 y 2016-2, equivalentes los dos primeros a un importe nominal global de 605,3 millones y el resto de 252,2 millones de euros, con lo que el valor total asciende a 857,5 millones de euros.
Fuentes financieras han aclarado a Europa Press que los intereses de la deuda vencen anualmente en diciembre y en febrero, y se vuelven a renovar, mientras que, dado el caso de que no pudieran cancelarse dichos títulos por no haber generado el suficiente efectivo, se tendría que activar el aval del Estado.
Los ingresos de la Sareb provienen de la venta de los inmuebles y carteras de créditos adquiridos, que son utilizados para financiar la propia actividad de la sociedad y las cancelaciones de deuda.